Jaeleen Reegan y la Cámara de los Secretos

-Cap.i-

—No se por que tenemos que ir.

—Tío Tony, querrás conocer a mis hermanos, ¿no? Si quieres voy yo sola.

—No, no, esta bien, mocosa iremos, aunque solo podré ausentarme unos días.

—Tío, solo serán unas horas, y podremos ir por polvos Flu. Su madre adoptiva es bruja también. No te preocupes, Charlie se puede encargar mientras de los dragones y de la organización de la reserva.

—Esta bien iré decírselo.

—Querrás decir que iras a agobiarlo con todo lo que va a tener que hacer, ¿no?

—Es lo mismo ¿no mocosa? Anda, no querrás ir con esa ropa ¿verdad? Vete a cambiarte Jaeleen, ¿que van a pensar cuando te vean manchada de mierda de dragón?

Y se fue riéndose de mi. ¡Si fue el quien me puso el castigo! ¡Y encima se va regodeándose! ¡Será...!

Voy hacia mi cabaña para darme una ducha y vestirme, cuando Beast me rodea los hombros con su brazo.

—Vaya, menos mal que solo te pillo a ti, porque si no...

—Cállate. Vete por ahí, tengo que cambiarme.

—Vaya me parece que alguien esta un poco rencorosa ¿Y para que quieres quitarte este maravilloso olor que...? Anda cámbiate, no se como he podido soportarlo hasta ahora...

—Esta bien, pero solo piensa que estarías igual si te hubiera visto en el árbol.

—Pero no fue así, solo te vio a ti colocando bombas de colores en el suelo de la plaza central, y no a mi colgando el cartel de ¡Sorpresa, la primavera ya esta aquí pequeñas florecitas!

—Si tu sigue burlándote— le digo mientras se ríe.

Parece que hoy es el día no oficial para reírse de mi.

—No te preocupes cuando vuelvas lo volveremos a intentar. Pequeño abono para las florecillas.

Y se va corriendo antes de que pueda hacer nada. Maldito Krostane.

Entro en la cabaña refunfuñando, y menos mal que no la compartía con nadie. Privilegios de que te adopte el director de la reserva. Me lavo bien con jugo de fruticula, que elimina todo el mal olor, para después ponerme...

Mierda.

¿Que se pone uno para ir a ver a tus hermanos de forma oficial?

Por que de manera no oficial nos habremos visto unas cinco veces. O más.

Me pongo una falda a cuadros rojos y azul oscuro, y encima un jersey del mismo azul que le robe a Beast, y unas botas.

Este verano estuve una temporada en Cretea, ocupándome un poco de todos los asuntos referentes a la corona. Lo mejor de todo ello es que Krontos me enseño a aparecer con fuego.

Después de la visita oficial a mis hermanos, volvería a la reserva una semana más antes de irme a la Madriguera, el 31 de julio, el cumpleaños de Harry.

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Unas semanas antes...

—Jaeleen Cassiopeia Soleil, concéntrate. Es esencial en tu reinado que aprendas a aparecerte en fuego. Es algo que todos aprenden, pero por ser tú su reina deberás saber hacer antes.

—Lo sé Krontos, lo sé, pero no entiendo como que al pensar en la playa desaparezco en medio del océano.

—Porque piensas objetivos demasiados grandes, piensa primero de la sala de entrenamientos a la sala del trono. Es más cercano y te costara menos, sobre todo al principio.