—¡No puedo creerlo! —dijo Wood indignado— ¡He reservado el campo para hoy! ¡Veremos qué pasa!
Wood se dirigió velozmente hacia el suelo. Debido al enojo aterrizó más bruscamente de lo que habría querido y al desmontar se tambaleó un poco. Harry, Fred, George y yo lo seguimos.
—Flint —gritó Wood al capitán del equipo de Slytherin—es nuestro turno de entrenamiento. Nos hemos levantado a propósito. ¡Así que ya podéis largaros!
Marcus Flint aún era más corpulento que Wood. Con una expresión de astucia digna de un trol, replicó:
—Hay bastante sitio para todos, Wood.
Angelina y Katie también se habían acercado. No había chicas entre los del equipo de Slytherin, que formaban una piña frente a los de Gryffindor y miraban burlonamente a Wood.
—¡Pero yo he reservado el campo!—dijo Wood, escupiendo la rabia— ¡Lo he reservado!
—¡Ah! —dijo Flint—pero nosotros traemos una hoja firmada por el profesor Snape.
«Yo, el profesor S. Snape, concedo permiso al equipo de Slytherin para entrenar hoy en el campo de quidditch debido a su necesidad de dar entrenamiento al nuevo buscador.»
—¿Tenéis un buscador nuevo? —preguntó Wood, preocupado— ¿Quién es?
Detrás de seis corpulentos jugadores, apareció un séptimo, más pequeño, que sonreía con su cara pálida y afilada. Draco Malfoy.
—¿No eres tú el hijo de Lucius Malfoy? —preguntó Fred, mirando a Malfoy con desagrado.
—Es curioso que menciones al padre de Malfoy —dijo Flint, mientras el conjunto de Slytherin sonreía aún más—Déjame que te enseñe el generoso regalo que ha hecho al equipo de Slytherin.
Los siete presentaron sus escobas. Siete mangos muy pulidos, completamente nuevos, y siete placas de oro que decían «Nimbus 2.001»brillaron ante las narices de los de Gryffindor al temprano sol de la mañana. Menos mal que al final no compre ese modelo, me hubiera avergonzado de llevar la misma escoba que todo el equipo de Slytherin.
—Ultimísimo modelo. Salió el mes pasado —dijo Flint con un ademán de desprecio, quitando una mota de polvo del extremo de la suya— Creo que deja muy atrás la vieja serie 2.000. En cuanto a las viejas Barredoras —sonrió mirando desdeñosamente a Fred y George, que sujetaban sendas Barredora 5—mejor que las utilicéis para borrar la pizarra.
—Quizás las utilicemos para borrarte a ti del campo, Flint.
George me sujeto del hombro. Malfoy sonreía con tantas ganas que tenía los ojos casi cerrados. Cada vez me hervía más la sangre. Y pensar que podriamos llevarnos bien...
—Mirad —dijo Flint— Invaden el campo.
Ron y Hermione cruzaban el césped para enterarse de qué pasaba.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó Ron—¿Por qué no jugáis? ¿Y qué está haciendo ése aquí?
Miraba a Malfoy, vestido con su túnica del equipo de quidditch de Slytherin.
—Soy el nuevo buscador de Slytherin, Weasley —dijo Malfoy, con petulancia—Estamos admirando las escobas que mi padre ha comprado para todo el equipo.
Ron miró boquiabierto las siete escobas que tenía delante.
—Son buenas, ¿eh?—dijo Malfoy con sorna—Pero quizás el equipo de Gryffindor pueda conseguir oro y comprar también escobas nuevas. Podríais subastar las Barredora 5. Cualquier museo pujaría por ellas.
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Jaeleen Reegan y la Cámara de los Secretos
Fantasy"𝑺𝒐𝒎𝒆𝒕𝒊𝒎𝒆𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒉𝒂𝒓𝒅𝒆𝒔𝒕 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒂𝒏𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒎𝒆" Casi todos los personajes son del mundo mágico de Harry Potter, de la maravillosa escritora J.K Rowling. Todos los derechos reservados...