Purre— papá ven aquí — gritó Mer desde la piscina
Hace unos meses, el doctor Garcia, nos informó que los tratamientos no estaban funcionando.
Mi hija, no sabemos cuánto tiempo le queda, pero entre Pili y yo hemos decidido cumplir cada uno de sus sueños antes de que se vaya.
Nos vimos en la necesidad de decirle sobre su enfermedad, no nos habló por una semana, pero después todo volvió a la normalidad.
Se ha convertido en todo mi orgullo, mi hija, ella es todo lo que más quiero.
Hicimos un viaje, porque ella quería conocer las Bahamas, así que toda la familia estamos aquí.
Los gemelos, con cuatro años, son los más inteligentes, pero eso no les quita lo traviesos.
— dale papi ven — gritó de nuevo mi hija.
Me vi obligado a ir con ellos, Álvaro tenía miedo de entrar, y America y Andy peleaban con el agua.
Tome a Álvaro en brazos y lo lleve al agua conmigo, quien no tuvo tanto miedo.
Jugamos un rato, hasta que llego su madre.
— tengo la visita lista — anunció Pilar llegando a nuestro lado
America quería visitar unas cascada que estaba en el mismo lugar, pero los pequeños no podían ir, solo nosotros tres.
— que bien — dijo Mer — ¿cuando iremos?
— esta misma tarde, así que salgan rápido de ahí, para arreglarnos — tomo la mano de uno de los gemelos para ayudarlo a salir.
Caminamos hasta la habitación, los niños temblaban de frío por que recién salían del agua.
Nos bañamos todos, y después nos arreglamos para irnos, pues la hora de el viaje se acercaba.
— papá me ayudas a cepillar mi cabello— pidió Mer con el cepillo en la mano.
— si
Comencé a peinar su largo cabello rubio, con cuidado de no causarle mucho dolor con los nudos .
Llamaron a la puerta y mi esposa fue a a abrir.
Regreso con la niñera, quien se haría cargo de los gemelos en lo que llegábamos de la excursión.
— es hora de irnos — anuncio Pilar, mientras tomaba su bolso.
Mire a mi hija, quien me sonrío y tome su mano para salir de la habitación.
— ¿iremos caminando? — pregunto mi niño en el elevador
— habrá un auto que nos llevará hasta un lugar, después andaremos con un guía hasta las cascadas
Esperamos en recepción a que el auto llegara, y cuando lo hizo subimos a el.
Quince minutos después habíamos llegado a donde se suponía que era el inicio de una selva.
America se estaba quedando dormida, y había que impedir eso.
— Mer, despierta, hemos llegado — la zarandeé un poco
Me tocó bajarla en brazos, donde nos topamos con muchos mosquitos, pero una increíble vista.
— sígame es por aquí — dijo un señor y caminamos detrás de él
Las plantas hacían un peque camino, por donde íbamos a nuestro destino.
El verde era el color predominante, a lo lejos se podía escuchar el agua que corría sin parar, y el canto de los diversos animales del lugar.
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Por Siempre Nuestra
RomanceDos amigos, Pilar y José , se conocen desde hace años y están seguros de sus sentimientos pero una pequeña niña llegara a cambiar sus vidas para llenarlas de risas y llantos pero sobre todo para abrirles los ojos de lo que en realidad sienten . Podr...