David

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No le voy a negar que sentí como mi corazón se detenía poco a poco. Carlisle decía que David era de fiar, pero esos ojos y ese collar, me ponían a dudar.

- Disculpa por irrumpir en tu casa así, y más sabiendo que debes ir a la graduación.

- ¿Qué quieres? No se supone que deberías hacerle un encargo a Aro.

- Y eso es lo que estoy haciendo Laila. - Me quedé helada. - Tú eres el encargo. Pero no te preocupes sólo quiere que sepas, que es tu decisión el venir con nosotros o no.

- ¿Por qué haces eso David? Eres amigo de Carlisle.

- Lo soy, y por eso deberías estar agradecida, de que soy yo el que viene y no alguien más de la guardia.

- ¿Qué tanto quiere Aro conmigo.?

- Ya te lo dije, quiere que te unas a nosotros y piensa usarte para así atraer a Alice y Edward.

- No lo va a lograr.

- Sabes que si. Edward haría cualquier cosa por ti. Y Alice te adora como una hermana. La familia es lo primero.

- A ellos no los metas aquí.

- Ellos ya son parte de esta historia Laila. Pero quienes no lo son son los pulgosos. - Sabía a que se referia.

- Ellos no... - Eleve mi voz y él a su velocidad, llego a taparme la boca.

- Ellos, son un obstáculo para el plan de Aro y hará lo que sea para que no les estorben. Aunque eso dependerá de ti.

- ¿Qué quieres decir.?

- Sólo tu puedes decidir, si los lobos entran a la historia o no. Sabes muy bien de que somos capaces los Volturis y esos pulgosos, no son nada en comparación a nosotros.

- ¿Por qué David?, Carlisle...

- Sé lo que hago Laila y tú eres inteligente- Me señala a la ventana y logro ver una pequeña sombra. Él no está solo.

- Carlisle, es un buen amigo de los Volturis, pero posee algo que queremos y lo vamos a a obtener. - Me toma de la mano y siento que me entrega algo.

- Ya sabes Laila, tú sólo decides que prefieres... Piénsalo - Se me acerca a darme un beso en la mejilla pero antes de retirarse... - Abrelo en dos dias, te estarán vigilando. - Dijo muy bajo y salió a su velocidad por la ventana.

No sabía que creer. Sus palabras retumban en mi cabeza. El ruido de la puerta hace que me sobresalte.

- Lala, llego Emett.

- Voy mami. - Sacudo mis pensamientos, no puedo dejar que los chicos sepan que pasa algo.

Me terminé de alistar y fui rumbo a la graduación de mis hermanos.

El discurso de esa tal Jessica, estuvo bueno. Fue casi igual al mío para mi graduación, pero no  lo superó obviamente.

- Hija ¿estás bien?- Pregunto mi madre a mi lado.

- Si, sólo pensaba que esta es la segunda graduación que voy de los chicos. - Ambas reimos.

- Es la ventaja de ser quienes son.

- ¿Ventaja? Pasar por la escuela nuevamente, olvidalo.

Ambas seguimos riendo y al finalizar la ceremonia nos encontramos todos.

- ¿Cómo sigue tú mano Bells?- Le pregunte haciendo referencia, al golpe que le dio a Jacob cuando la beso.

- Va bien.

Al filo de la irrealidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora