Y se escapo el lobo

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Debo confesar que me sentía aliviada, luego que me desahogue con los chicos.

Parece mentira que luego de varios meses aquí, estaba aprendiendo a querer les como una familia y eso que éramos tan distintos.

Alice me decía que es mi destino ser parte de esta historia, pero yo no daba créditos a sus palabras.

Una mañana luego de terminar algunos deberes de la editorial, salí a dar un paseo por la playa, encontrándome a Paul.

- ¿Y cómo has estado?.  ¿Bella sigue estresandote sonríe y lo golpeo levemente en el hombro.

- Ella no tiene la culpa.

- Claro ella no la tiene, los culpables son otros.

- Sé lo que esconden tus palabras Paul y te advierto que las midas.

- No me disculparé por eso Laila, es mi naturaleza.

- Eso no tiene nada que ver. Creo que han demostrado que no son como los otros.

- Son lo que son y eso no va a cambiar Laila.

- Es lo mismo con ustedes.

- Ni se te ocurra compararnos con esas sanguijuelas Laila. - Su mirada me dio cierto miedo.

- Deja de llamarlos así. - me le enfrente.

- Es lo que son, o acaso me dirás que no sabes de que sobreviven.

- Obvio que lo sé,  pero ellos no dañan a ningún humano.

- Eso no lo sabes Lasila. Deja de ser tan ingenua y date cuenta que ellos son peligrosos.- apretaba fuerte los puños.

-¡Y ustedes también!- se que mis palabras le dolieron al ver su expresión.

- Y si somos tan peligrosos, porque estas aquí y no has regresado. -grito.

- Estoy aquí y sigo aquí, sólo porque Edward me lo pidió.

- ¿Estas aquí solo por él? - me miró incrédulo.

- Si, y de lo contrario ya me había ido o ni siquiera hubiese venido.

- Pues que esperas para irte. - me grita.

- Créeme que lo haré cuando termine de hacer mi trabajo, trabajo que ustedes me están dificultando. - respondi de la misma manera.

- Entonces no te preocupes más, no dificultaremos tu vida y así te puedes largar de una buena vez.

- Créeme eso espero.

Y me dejo sola viendo el inmenso océano delante de mi y fue ahí, donde todo empeoró. Era como si algo de otro de mi se rompía en pedazos.

Un fuerte rugido se escuchó en todo el lugar...

- Paul, Paul...- Llamaban los miembros de la manada que ahora se encontraban en fase.

- Dejemne en paz.

- ¿Cómo se te ocurre decirle eso?

- Ya lo viste Embry, ella no quiere estar aqui.

- En ningún momento ella dijo eso.

- Jared, basta de tratar de justificar lo injustificable. Ella vino solo por que el se lo pidió, solo vino por el. Ella se irá pronto.

- Ella no puede irse...- insiste Jared.

- lo va  a hacer.

-  Debes impedirlo. -

Al filo de la irrealidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora