Tú en mí

Capítulo 8

Hola amigas/os, tuve que subir nuevamente este capítulo, por algunos incovenientes con la plataforma, espero que todo se arregle :)

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JENNA

Jayden me toma del brazo para ir a comprar, la verdad, todavía me siento aturdida al enterarme de que es un modelo de revista. Ahora es cuando empiezo a entender muchas cosas, su indiferencia, eso de que no le guste ser el centro de atención y la presión de su madre, pero con eso no me refiero a que esa sea la causa de su forma de ser, al menos puedo saber una parte de su vida.

Nuevamente, mi curiosidad se hizo presente, la idea de saber más sobre la vida de Jayden era más fuerte, así que, las palabras empezaron a salir de mi boca.

–¿Alguna otra cosa que pueda saber de tu vida? –Lo interrogué, sin miedo y sólo con un propósito.

–Toco el piano. –Soltó, sin rodeos.

–¿Desde qué edad? –Se me ocurrió en ese momento.

–Desde los 8 años, mi abuelo me enseñó. Tengo una afición por la capacidad compositiva y el talento de Mozart.

Sonaba como un chico intelectual, lo único que podía pensar era no decir algo estúpido, considerando que se expresaba con un lenguaje un tanto formal.

–Tu abuelo debe ser un apasionado del tema al igual que tú. –Okay, eso no era tan estúpido.

–Definitivamente, compartimos algunos intereses.

–Me gustaría aprender a tocar el piano. –Dije.

–Puedo enseñarte. –Hizo una pausa, aclarando su garganta, considerando el hecho de que lo miré de una manera sorprendida y exagerada por su gran oferta. –Claro, seré tu maestro y debes pagarme por mi servicio.

–¿Cuánto vas a cobrarme? –Pregunté un tanto desanimada.

–No será con dinero. –Dijo con un tanto de burla en sus palabras.

–¿¡Quieres decir que voy a pagarte con carne!? Expresé con angustia.

–¿¡Qué!? – Preguntó con total sorpresa.

–No, nada. –Dije apenada.

–No es cómo lo piensas Jenna. –Hubo una sonrisa en su rostro. – Te lo diré después.

Regresamos donde los chicos con un poco de palomitas y bebidas. La película comenzaba a adueñarse de las emociones y la imaginación de mis amigos. Ambos odiaban este género, pero yo me encontraba fascinada con las escenas que provocaban sustos inesperados. Jayden se encontraba neutral, de hecho, no lo vi inmutarse en ninguna parte de la película hasta que se terminó.

Al salir de la sala eran las 21:30, sentía un poco de temor ir por las calles a esa hora, ya que, para mi mala suerte, mis amigos y yo no tomamos la misma ruta de camino a casa.

–Si quieres podemos acompañarte a la parada de autobuses. –Me dice Tomas.

–Está bien, te agradezco mucho.

Andrew, Tomas y yo, nos encontrábamos dispuestos a despedirnos de Jayden, pero el me dejó atónita con su propuesta.

–Yo puedo llevarte Jenna, tus amigos también deben llegar a sus casas pronto por el horario de autobuses. –Jayden se dirige a mí.

–Sí Jenna, ve con él. –Andrew trata de convencerme, supongo que está cansado de mí el descarado.

–De acuerdo Jayden, pero sólo por esta vez. –Le digo con un poco de temor e inseguridad.