Gulf es ciego desde los diez años, cuando un fatal accidente lo dejó huérfano y sin visión.
Criado junto a su abuelos y tras rechazar en dos ocasiones implantes oculares, luchará por superarse y conseguir sus ansiados sueños.
A sus dieciocho años, e...
Cuando Mew regresó a su habitación, Gulf ya dormía plácidamente en su cama, entonces le miró con lástima y tras besarle en la frente, le acarició la cara.
-Lo siento mucho, precioso-susurró con tristeza-...esto no puede ser...tu no te mereces a alguien como yo, así que debo dejarte ir...podrás seguir tu camino y estoy seguro de que encontrarás a alguien que ame, como yo lo haría si pudiese.
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Luego de pasar una noche horrible, nuevamente el guía se levantó temprano, se duchó y preparó el desayuno.
A las siete en punto el despertador de voz de Gulf anunció que ya le era hora de levantarse.
-Mew- llamó
-Estoy aquí- habló desde la cocina-anda vamos a la mesa que ya está el desayuno-Dijo este con una seriedad notoria.
El moreno asintió y tras coger su bastón junto a su cama, caminó hasta su silla y acto seguido se sentó.
Durante todo ese tiempo, hubo un incómodo silencio que hizo más presente el sonido de los cubiertos chocar contra los platos.
-¿Ocurrió algo malo, Mew?, anoche no escuché cuando llegaste.
El mayor negó con pesar.
-No, no pasó nada.
Gulf frunció el ceño.
-Entonces ¿Por qué estás tan serio?.
-Solo estoy pensando en....
-¿En qué?
Mew suspiró dudoso.
-Emm...pues en mi examen de...de política social-Mintió.
-¿Seguro?.
-Si, seguro.
El moreno no se quedó muy convencido pero no quiso insistirle más.
-Ok.
Tras terminar de arreglarse, ambos chicos se fueron en dirección a la facultad de Psicología como cada mañana.
-Hasta luego, suerte en el examen-Se despidió Gulf sonriendo.
Su compañero lo miró con tristeza y asintió.
-Muchas gracias, chico valiente... cuídate mucho.
Tras escuchar eso, el moreno caminó con un nudo en el estómago pues esa despedida no le había sonado como las anteriores, ya que parecía como si su compañero se estuviese despidiendo para siempre.
La verdad, es que el presentimiento de Gulf no estuvo desencaminado pues en cuanto tuvo ocasión, el mayor acudió al despacho de dirección.
...-Lo siento señor director pero ya no podré hacerme cargo del chico del programa de minusvalía.
-Pe-Pero ¿por qué?, ¿Acaso ha habido algún problema con él?.
Mew negó.
-No, Gulf es fantástico pero yo no puedo ayudarlo como se merece.
El hombre se levantó de su escrito y caminó hacia este y puso una mano en su hombro.
-Chico, ¿te das cuenta de que esto es una minucia comparado a lo que habrá ahí fuera?, el mundo está lleno de gente desvalida y con problemas muy serios, ¿Cómo les ayudarás entonces?
Mew suspiró con resignación pues él estaba muy seguro de poder ayudar a cualquier desfavorecido del mundo pero cómo podía explicarle que en el caso de Gulf no podía hacerlo...porque si permanecía más tiempo a su lado, sería terrible.
-¿Está seguro de esta decisión, hijo?
-S-Si señor, lo e-estoy.
-Muy bien, lo arreglaré cuanto antes.
-Gracias, señor.
Tras salir de allí, Mew regresó a su aula.
-¿Cómo ha ido?-le preguntó su amigo Kaownah.
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Este resopló profundamente y se dejó caer en su silla.
-Ha sido lo más duro que he hecho en mi vida.
Su amigo lo miró con pesar.
-Bueno... has hecho lo que debías ¿no?, debes de sentirte aliviado.
-¿Aliviado?-rió con sorna Mew-... me siento morir, eso es lo que siento.
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Tras terminar las clases de la mañana, ambos salieron para ir a comer y en el pasillo se encontraron con la secretaria del director.
-Mew.
-¿Si?
-Vengo a comunicarte que ya está arreglado lo del chico del programa.
-¿Ya?, ¿tan rápido?-preguntó este muy asombrado.
La mujer asintió.
-El siguiente voluntario de la lista estaba disponible al igual que la otra cama de su habitación...este ha aceptado, así que ya ha ido a por él...al finalizar las clases de la tarde, irán por sus cosas.
-Está bien, gracias-habló este muy apenado.
Este avanzó cabizbajo por el pasillo, seguido de su amigo.
-Soy un maldito idiota.
-Tranquilo hombre, todo pasará...lo olvidarás.
-No, no lo creo Kaownah...será imposible que yo pueda olvidar a mi precioso chico valiente.
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