4. Una luz en mi oscuridad-Mewgulf (Terminada)

Capítulo veinte

La mañana del día siguiente fue muy intensa para todos pues finalmente las corneas para el trasplante llegaron y tras muchos nervios y casi dos horas en quirófano, todo fue sin complicaciones.

Uno de los doctores llegó a la salita de espera y así se lo comunicó a los angustiados abuelos.

...-Bueno, en unos días le quitaremos los vendajes y si no rechaza las corneas nuevamente, poco a poco ira viendo...primero serán sombras y luego formas y gradualmente las imágenes se le harán más nítidas...crucemos los dedos para que esta sea la definitiva.

-Gracias por todo doctor.

-Bien, ahora estará sedado por unas horas y le daremos calmantes para el dolor...podrán verlo cuando este listo y les avise la enfermera...por favor no permitan que se altere, ni dejen que se toque el vendaje. ¿De acuerdo?

-De acuerdo, gracias-dijeron al unisono el matrimonio.

Tras esperar una hora más, Lyn y Joong pudieron entrar a visitar a su nieto, el cual estaba aún algo adormilado.

-Cariño, ¿Cómo te encuentras?-le preguntó su abuela muy preocupada.

Gulf levantó su mano derecha u la dirigió a su cara.

-No, no te toques, el médico dijo que no debes tocar el vendaje.

El chico resopló.

-Tengo mucha sed, dame agua abuela.

-Si, mi niño ahora mismo.

Tras tragarse un poco de agua este buscó las manos de sus abuelos.

-Gracias a los dos.

-Cariño, no tienes porqué agradecernos ...es nuestro deber-dijo Lyn conmovida.

-Estamos muy orgullosos de ti..eres muy valiente-dijo Joong sonriendo.

Al escuchar esa última palabra, la mente de Gulf, recordó el apodo que Mew siempre le decía.

-Chico valiente- susurró esbozando una media sonrisa.

-Si, un chico muy valiente- habló nuevamente su abuelo poniéndole su otra mano en el hombro-...el más valiente de todos.

Durante los siguientes días, los nervios no abandonaron a la pequeña familia pues estaban expectantes por el resultado de la operación.

Mientras, en el campus universitario, la noticia de la nueva operación de Gulf corrió como la espuma.

Mew no supo nada pues no se relacionaba con nadie más de lo necesario pues su tristeza no le dejaba ganas de nada.

En cuanto su amigo Mild se enteró, fue corriendo para decírselo, luego de enterase en los baños y tras escucharselo comentar a otros estudiantes.

-¡Mew espera!, ¡Mew, amigo!-gritó al verle a lo lejos.

-¿Qué demonios te ocurre?, ¿A qué vienen esos jodidos gritos?-preguntó este con notoria enfado cuando su amigo llegó a su lado.

-Oye, ¿dónde te metes?, ¿en este tiempo apenas te hemos visto?, Kaownah me ha dicho que has estado faltado a clase.

Mew resopló con molestia.

-¿Vas a seguir interrogandome o puedo irme ya a casa?.

-Oye, soy tu amigo y te aprecio, por eso no te tendré en cuenta tus impertinencias...además te traigo una noticia pero si no quieres saber...

-No me interesan los chismes del campus... tengo demasiados problemas como para preocuparme de absurdos cotilleos sin sentido.

Mild negó con la cabeza.

-Veo que tu carácter se ha amargado, bueno entonces te dejaré regodearte en tu miseria pero creí que te interesaría saber algo sobre el chico pero sino es así, me iré.

Mew le agarró del brazo.

-¿Gulf?, ¿Qué pasa con él?, ¿Qué le ha ocurrido?, ¡Habla, maldita sea!

-Hey, hey tranquilo...respira hombre, son buenas noticias.

Mew le soltó.

-Lo siento, perdona...es que duermo bien y Art cada vez está más ido.

Su amigo le puso la mano en el hombro.

-Lo sé y te compadezco.

-Bueno, ¿Qué es eso que sabes?.

Mild sonrió.

-Ah si...bueno pues resulta que el chico que era ciego, ahora ya no lo es.

-¿Qué?, ¿Cómo?

-Al parecer se ha sometido a un trasplante y ha sido todo un éxito.

Mew sonrió con orgullo.

-Así me gusta...ese es mi chico valiente.