Capítulo 4

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El inicio de todo

—Voy a pedirles que hagan parejas para este taller—comentó la profesora—, mañana traerán con su pareja la idea y yo decidiré si la apruebo o no, ¿vale?

Toda la clase afirmó.

—Entonces nos vemos mañana—dijo y empezó a guardar sus cosas para marcharse. Automáticamente todo el salón de clases hizo lo mismo.

Jensen se acercó a Felix y le tocó el hombro.

— ¿Somos pareja? —preguntó.

—Pensé que ibas a estar con alguna chica de tu club de fans—rió el chico, Jensen se encogió de hombros.

—Es más cómodo trabajar contigo—rió—, además, no tienes intención alguna de hacer algo más que estudiar en mi casa—Felix lo miró y se acercó a él.

— ¿Quién dijo que no? —lo miró a los ojos y Jensen se echó hacia atrás esquivando su mirada. Felix se rió por ello—. Tenías que haberte visto, te pusiste pálido—se rió.

—No te hagas el gracioso, eh—Felix volvió a reír.

—Vale, seamos equipo—le dijo—. Miles me culpará de quitarle a su pareja.

—Oh, seguro que sí—dijo Miles llegando con ellos—, pero también tengo pareja. Estaré con Andrea ya que vi que alguien se alejó de mí sin consultarme—miró a Jensen, este sólo fingió como si nadie estuviese a su lado.

—Wow—dijo Felix—, tengo hambre, vayamos a almorzar de una vez—mencionó y tomó a ambos chicos del brazo para arrastrarlos fuera del salón.

En el pasillo se encontraron con Diana conversando con Fabricio, Jensen miró a Felix que todavía no se había percatado del par y tomó su cara capturando su atención.

—¿Qué...?

—Uhh, tienes una pestaña ahí, mira—comentó Jensen, Miles se dio cuenta de lo que sucedía y asintió.

—Cierto, cierto—mencionó—. ¡Cierra los ojos! —dijo y Felix frunció el ceño.

—¿Por qué? —Miles colocó su mano en la cara de Felix tapando sus ojos.

—No puedes ver la pestaña, debes pedir el deseo con los ojos cerrados sino no se te cumple.

Su deseó fue regresar a conocer a Diana nuevamente.

— ¿De qué deblin estás hablando? —dijo Felix, Jensen lo tomó de la mano y caminaron los tres hasta la cafetería.

Ahí lo soltaron por completo.

—Wow, esa fue una pestaña muy grande—dijo Miles y lanzó un suspiro para fingir cansancio.

—Ni que lo digas—agregó Jensen, Felix los miró con el ceño fruncido sin entender lo que había sucedido.

Caminó hasta el mostrador y tomó una bandeja para que le sirvieran su comida, sus dos amigos caminaron detrás de él. La Señora de la cocina le sirvió un plato de pasta y le entregó los cubiertos, Felix le agradeció y tomó un cartón de jugo para caminar a una de las mesas.

—Jensen, ¿me llevas nuevamente a mi casa ahoy? —preguntó Miles, su amigo asintió.

—Deberías aprender a conducir, ara que no uses a tu hermana y a mí como tus choferes—comentó el chico, su mirada se fijó en Felix—. ¿También necesitas que te lleve?

—No, hoy me voy con Fátima. Mi padre pasará por nosotros—explicó, Jensen y Miles asintieron sin nada más que decir. Felix los miró—. Están actuando muy extraño ustedes dos—los acusó, Miles y Jensen se miraron entre sí fingiendo no saber de qué hablaba.

La primera vez de muchasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora