El beso que no sale de su mente
Felix entró al comedor y miró a su alrededor, varios de sus compañeros ya se encontraban ahí. Buscó a Diana, a Miles y a Jensen pero no los pudo encontrar, miró la mesa con las bebidas y pensó en dirigirse allí, sabía que Jensen estaría allí.
Se detuvo un momento y el recuerdo de lo que había pasado minutos antes apareció en su cabeza. Se llevó una mano a la boca y sintió cómo Jensen posaba sus suaves labios sobre los de él.
Sus piernas temblaron de los nervios y luego negó intentando sacar ese recuerdo de su cabeza.
Jensen le había dicho que lo buscara antes de que él lo buscase. No había entendido pero quizás si le hacía caso, eso pudiese ayudarlo a cambiar las cosas.
Caminó por el salón mirando con atención a cada uno esperando que alguno de ellos fuese Jensen, pero no estaba ahí. Se detuvo en la barra de comidas, con el tiempo que había perdido, ya no podía hablar con Diana en las bebidas. Tendría que ingeniarse alguna otra forma.
—Te ves un poco tenso—escuchó y volteó rápidamente encontrándose con Jensen mordiendo un panecillo de azúcar.
Su mirada se fijó en sus labios y negó.
—No lo estoy—murmuró, Jensen no se acordaba del beso que le había dado, así que no tenía que actuar de esa forma.
—Claro—rió, tomó una servilleta y se limpió la boca—. Me llamo Jensen, ¿y tú?
—Felix—le dijo y el pelinegro asintió. Lo miró con curiosidad, él tenía que haber estado en ese momento en la barra de bebidas, no en la de comida.
—Te conozco—le dijo—, estás en varias de mi clases. Eres nuevo, ¿no? —Felix asintió.
—Sí, eh—miró cómo se llevó otro panecillo. Parecía que lo estuviese haciendo apropósito.
La sensación caliente de sus labios sobre los de él regresó a su mente, miró al chico y deseó poder pedirle explicaciones pero ningún Jensen podría dárselas. Ninguno era como el que lo había besado.
Quizás estaba perdiendo la cabeza en vano, Jensen sólo lo había hecho para sorprenderlo justo cómo le había explicado. Cuando se sorprendía, regresaba al momento cero.
Miró la hora en su reloj, tenía que buscar a Diana.
—Oye, ¿quieres bailar? —le preguntó Jensen tocándole el brazo en una forma de llamar su atención.
—Emm yo, debo ir a buscar a Diana—dijo y Jensen asintió.
—Diana, claro, sí—dijo y miró hacia otro lado incómodo—. Un placer conocerte Felix, espero vernos en clase—le sonrió y se dio media vuelta para irse.
Felix lo tomó del brazo.
—Espera—le dijo y Jensen lo miró—. Comamos juntos el lunes—le dijo—, tú, Miles y yo—Jensen frunció el ceño.
— ¿Miles? ¿Conoces a Miles?
—Todavía no—su cara de confusión creció—, te lo explicaré otro día. Pero ahora debo buscar a Diana.
Soltó el brazo de su amigo y lo dejó para buscar a la chica en la pista de baile.
›››
Las manos de Diana rodeaban su cuello y bailaba junto a ella alrededor de un montón de chicos. La miró reír de un chiste que le había contado segundos antes y suspiró esperando que algo de eso ayudase en el futuro.
No quería ser la mano de una relación que no era la suya, tampoco quería que fuese algo unilateral, quería que Diana y él pudiesen estar juntos.
—Amo esta canción—dijo ella y se juntó más a él, una canción vieja que él no conocía se escuchó por todo el comedor.
La canción era lenta, así que la tomó por la cintura y ella apoyó su cabeza en su pecho. A lo lejos, en la barra de bebidas, pudo ver a Jensen conversando con dos chicas, por un momento sus miradas se encontraron y los recuerdos de ellos besándose volvieron a aparecer en la cabeza del chico.
Quitó la mirada rápido y se fijó en Diana.
—Ven—le dijo ella separándose y tomando su mano—, vayamos por algo de beber, estoy sedienta.
Él asintió, aunque se dio cuenta de que se dirigían hacia Jensen.
El pelinegro los miró acercarse y luego regresó su atención en las chicas con las que estaba hablando.
—Hey chicas—les dijo Diana a los tres, las dos chicas le sonrieron.
—Hola Di—le dijo una, Diana miró a Jensen.
—Hola Jensen—le dijo, Jensen la saludó con la mano para mirar a Felix. Diana notó el gesto—. Él es Felix—lo presentó—, Felix, él es Jensen, y ellas son Rachel y Serena—le dijo.
—Ya nos conocemos—le dijo Jensen, Felix asintió.
—Oh, no sabía—sonrió Diana y se sirvió un poco de poche para luego sacar su botella de vodka y echarle un poco a su vaso—. Es fabuloso entonces, podemos bailar todos juntos.
—Oh emm—murmuró Felix sin saber, normalmente le habría gustado la idea pero no podía entender qué le pasaba.
¿Era por ese beso? ¡Tenía que olvidarlo! Jensen tampoco se acordaba, no podía ser el único que estuviese de esa forma.
—Hey Diana—escuchó la voz de Fabricio, Diana le sonrió y se acercó a saludarlo. Felix sintió molestia, ¿tenía que estar él para arruinar todo? —Emma te estaba buscando hace un rato.
—Oh vale, gracias—le dijo, el chico asintió y se despidió de ellos para irse con sus amigos—Debo buscar a Emma un momento, ya vengo—le dijo a Felix y éste asintió.
Felix se quedó con Jensen y las dos chicas en la barra.
—Oye guapo, ¿bailas? —le preguntó Serena a Felix.
— ¡Sí! Bailemos todos juntos—habló Rachel.
—Paso, acabo de comerme una bandeja de tequeños, si bailo puedo vomitarlos—rió Jensen, Felix se tensó al oír la palabra vómito.
—Es mejor que no pase eso—dijo Serena riéndose—. ¿Has bebido? —Jensen negó.
—No—le dijo y miró a Felix—, tengo recordar esta noche.
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La primera vez de muchas
Genç KurguElla. Diana D'Alessio. Su mejor amiga. Quizás si la hubiese conocido de otra forma la historia sería otra, pero no, la había conocido en la peor forma posible, en la única forma que podías tener un paso directo a la amistad y no podías hacer nada pa...