Capítulo 20

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Debido a una pelea

Despertó sobre una cama y el olor a ella le hizo abrir los ojos con rapidez. Miró las paredes de color verde y la estantería de libros que tenía al lado de varios afiches de deportes y un calendario que marcaba la fecha del próximo juego en su Instituto. Supo sin necesidad de pensar mucho, que esa habitación pertenecía a Jensen.

Pero la pregunta era, ¿por qué estaba en la habitación de Jensen?

Se levantó y notó que llevaba una camiseta de él, la tomó extrañado y se quedó pensando en qué podría haber sucedido para que la tuviese. Escuchó la puerta abrirse y se encontró con Miles, un sentimiento de alivio llegó a él cuando notó que eran amigos; o eso imaginaba.

— ¡Al fin despiertas, Russo! —dijo y se acercó al chico, colocó su mano en su frente y este lo miró extrañado—. ¿Cómo te sientes?

— ¿Eh?

—Oh dios, ¿será un efecto? ¿Te sientes desorbitado? —lo hacía pero siempre se sentía de esa forma cuando aparecía en una nueva realidad.

— ¿Qué pasó? —preguntó, Miles suspiró y sobó su brazo.

—Primera resaca—dijo tranquilo—. Nunca me ha pasado pero los efectos parecen ser horribles; Jensen está abajo haciendo sopa, su mamá nos explicó cómo se hacía porque están en Leosville y no quisimos llamar a tus papás.

— ¿Por eso tengo la camiseta de él?

—Te vomitaste encima, así que tuvimos que cambiarte—mencionó, tomó sentido para él, aunque realmente no sabía cómo era posible que se haya embriagado.

—¿Por qué tomé? No soy fan del alcohol.

—Mmm—miró a su amigo y este le quitó la mirada, conocía a Miles lo suficiente como para saber que no quería decirle la verdad—. Bueno, tú...

—Miles—le dijo suave—. ¿Fue tan malo?

—Es sobre Diana—confesó el chico—. Ella y tú discutieron.

Felix sospechó que algo así podía pasar pero no creyó que fuese razón suficiente como para que él decidiera tomar alcohol. ¿Qué tan grave pudo haber sido para que eso sucediera?

—No recuerdo nada—confesó y Miles lo miró.

—Tranquilo, es mejor que te laves la cara y bajes a desayunar—mencionó, Felix asintió y Miles salió de la habitación.

El chico miró hacia la estantería de Jensen, tenía varios trofeos de fútbol y un par de fotos de él junto a Miles. Había una foto con sus padres y su pequeña hermana y también una en donde él aparecía; esa foto era de esa realidad, nunca se la había sacado en la suya pero le pareció genial debido que eso podía significar que su amistad era la misma ahí.

Entró al baño y se lavó la cara, tomó un poco de pasta dental y se la untó en su dedo para pasarla rápido por su boca. Todavía necesitaba pensar en qué había sucedido para estar en ese estado; él odiaba el alcohol por lo que no entendía por qué había accedido a tomarlo en primer lugar.

¿Qué relación tenía con Diana? Lo último que recordaba era que estaban en el pasillo del Instituto cuando Sean vomitó un poco en él. ¿Habría pasado algo entre esa situación y la actualidad que hiciera que pelearan?

Salió del baño y caminó hacia la cocina en donde podía escuchar la voz de Miles.

—Sí, tampoco entiendo mucho pero pasó, ¿vale? —escuchó a su amigo, pudo ver a Maia a su lado y ella jugada un poco con su cabello—. Jens, ¿crees que hice bien?

—No importa lo que Maia y yo te digamos, igual te castigarán por golpear a Sean—mencionó el pelinegro, Felix frunció el ceño, ¿Miles golpeó a Sean? ¿El mismo Miles que llora cuando se mueren los animales en las películas familiares? —; pero hiciste bien en golpearlo—rió su amigo y Miles le dio una pequeña sonrisa.

Felix entró a la cocina y Jensen le sonrió al verlo.

—Felix, ya estás aquí—le dijo acercándose—. ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?

—Estoy bien—respondió—. ¿Qué pasó?

Ambos chicos miraron a Maia esperando que fuese ella quién dijera algo.

—Los amigos incondicionales son ellos pero soy yo quién debe decir las cosas—bufó la chica y se levantó del banco para caminar junto a Felix—. Verás, Felix—pensó un poco—. Anoche, Diana y tú discutieron un poco por culpa de Sean; él te dijo algo que realmente no sabemos pero tú lo empujaste y él te devolvió el golpe, Diana se metió en el medio de ustedes y defendió su punto en vez del tuyo. Miles lo logró sacar de ahí pero Diana y tú se quedaron discutiendo por eso. Exactamente no sabemos que se dijeron pero te pusiste un poco melancólico y comenzaste a beber.

— ¿Por eso es que vomité?

—El vómito es porque no sabes controlar lo que bebes—dijo Jensen—. Te poner demasiado terco cuando tomas y cometiste el error que todo principiante comete, mezclar bebidas. Vomitaste y tuvimos que cambiarte de ropa, te trajimos a mi casa porque tus padres seguramente nos matarían y dejamos que descansaras en mi habitación.

— ¿En dónde durmieron ustedes?

—Yo en la habitación de huéspedes y estos dos en la habitación de los padres de Jens—dijo Maia señalando a su novio y al pelinegro.

— ¿Saben qué dijo Sean exactamente?

Los tres negaron, era la verdad, ninguno sabía qué había pasado; cuando se percataron de la situación, ya se habían dado el primer golpe.

—Felix, es mejor que comas—dijo Jensen y tomó la mano del chico para llevarlo a mesa del comedor. Buscó en la cocina el plato de sopa y se lo colocó en la mesa—. No será lo mejor que hayas probado pero te ayudará para el mareo y el dolor—dijo y despeinó un poco su cabello.

Felix bajó la mirada un tanto sonrojado por lo que había hecho el chico. Cada vez que lo veía podía sentir cómo su corazón le decía que él era lo que quería, pero estaba un poco confundido con todo lo que sentía.

Tomó la cuchara y le dio un sorbo a la sopa, Jensen lo miró curioso esperando que le dijera algo sobre el sabor; realmente no sabía mal, aunque sí, no era la mejor sopa que había probado.

—No sabe mal—le dijo, el chico sonrió victorioso.

—Mi mamá me explicó cómo se hacía luego de regañarme por no haberte cuidado—rió, Felix lo miró fascinado, ¿por qué no se había percatado antes de lo lindo que sonaba su risa?

Escucharon el timbre sonar, Jensen le mencionó que posiblemente era Fátima porque le había avisado sobre su estado y ella comentó que iba a ir a buscarlo en unas horas. Miles entró al comedor y miró a ambos chicos, Jensen al verlo supo que sucedía algo.

—Emm, Felix—dijo el castaño—. Diana vino a hablar contigo.

— ¿Diana?

—Dice que necesitan hablar de muchas cosas.

— ¿P-puedo preguntar cuál es mi relación con Diana? —preguntó, Miles y Jensen se miraron entre sí.

—Es tu novia.

La primera vez de muchasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora