Capítulo 7

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Estaba en negación con las opciones de disfraces que me mostraba mi amiga.

—Ni en un millón de años me pondría eso —dije observando el pedazo de tela que me había entregado.

—No tienes más opción, sin disfraz no entraras. —Sonrío mi amiga.

¿Cómo decirle que realmente no quería ir? Suspire al ver el pequeño body que sostenía en mis manos, un pedazo de tela que a penas y taparía lo importante.

—¿Por qué tú disfraz tiene más tela que el mío? ¿No puedo ser yo la princesa? —pregunté examinando aún el body.

Brisa giró hacia mi rápidamente.

—¡No! —Se acercó y susurró—. Escuché que Thomás se vestira de príncipe.

—Con que se llama Thomas.

—Si —Hizo un bulto con la tela para aligerar su ansiedad y luego la soltó—. Hay que vestirnos.

Se levantó de su cama y caminó hasta el armario donde sacó la bolsa gigante con el vestido pomposo. Su vestido tenía mucha más tela de lo que yo iba a usar. Un vestido Rosa pastel con encaje blanco formando rosas colgaba de un gancho, tacones a juego y una diadema completaban el disfraz. Y yo en mis manos tenía un body negro, unas orejas de gato y una cola que tendría que amarrarme a la cintura. Medias de malla, collar con un cascabel y unos tacones negros que, si no me rompía la cabeza tratando de caminar con ellos al final de la noche, sería un milagro.

Mi amiga se sentó en frente al espejo y me hizo una seña para que me acercara. Hice lo que pedía y me senté a su lado, saco su maquillaje de un pequeño bolsito y comenzó a aplicarme base, polvo compacto, sombras, un labial extremadamente rojo y con el delineador me hizo tres rayas en cada mejilla.

—¿Qué es eso?

—los bigotes de gatita, ahora ve y cámbiate mientras me maquillo yo.

Coloque todo el disfraz en menos de cinco minutos, tampoco es que tuviera mucho que ponerme, solo era un body que no tapaba mucho y una medias que medio cubrían mis piernas, me sentía tonta, incómoda y para nada feliz con eso.

—Creo que en casa tengo un disfraz de bruja que podría usar... Podría ir a vestirme allá y nos veríamos en la fiesta...

Era obvio eso no era posible, pero nada me costaba intentar.

—Eso no pasará. Ya tenemos quien nos lleve y tu pareja viste acordé a ti —Me dió una sonrisa maliciosa.

Alcé una ceja con lo que acababa de escuchar.

—¿A qué te refieres con “Mi pareja”? —pregunté con el ceño fruncido y los brazos cruzados en el pecho.

Cuando ella estuvo a punto de hablar, sonó el timbre de su casa, la voz de su hermano habló desde abajo.

—¡Brisa aquí hay un chico llamado Daksh!

La culpabilidad se dibujo en el rostro de mi amiga.

—¡Daksh! —Sisie hacía ella frunciendo el ceño—. ¿Quién te dijo que Daksh podría ser mi pareja para ir a una fiesta?

No quería sonar tan ruda como lo hice, me sentí mal luego de eso.

—Él te gusta... —susurró con cara de triste—. Pensé...

—Sabes que te adoro, Brisa. Pero esta vez te pasaste —La interrumpí.

—¡Brisa! Bajen... ¡Mujeres! —habló Pet—. Siempre tardan. Espera acá abajo, hermano.

Observé a mi amiga que se veía triste y apenada por la situación que había causado, pero se repuso bastante rápido, me dió una sonrisa y volvió a hablar.

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