Capítulo 8

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Siempre me ha gustado observar las cosas desde mi punto de vista, los cielos, los árboles, los colores... Hasta las distintas partes de las sociedades y está era una versión que no conocía en su totalidad. La clase alta.

Brisa no se codeaba mucho con su prima y por eso podía tolerarla o eso es lo que dijo. Pero me sentía fuera de lugar, sentada en un gran sofá blanco junto a Dashk que intentaba socializar con otro chico. Habían muchas personas, la casa que era bastante grande estaba casi abarrotada.

Los candelabros se movían sobre nuestras cabezas al ritmo de la música y todos, absolutamente todos llevaban un vaso rojo con alcohol a excepción mía. El chico con el que Dashk hablaba se despidió rápidamente y se dirigió a la cocina por quinta vez en la noche.

—¿Segura no quieres nada, gatita? —susurro Daksh bastante cerca de mi.

Su aliento olía un poco a alcohol, Pero podia notar que se sabía controlar, eso me gustaba.

—No, no me digas así —siseé.

Lo miré mal, pero me dedicó una sonrisa.

—Ah, verdad que eres una víbora. Y de comer, ¿Tampoco quieres nada?

Me puse derecha y ladee mi cabeza hacia él con una sonrisa.

—¿Hay comida? —pregunté emocionada.

Sus ojos se llenaron de ternura. Sentí como me ruborice por eso.

—Si, hace rato ví varias cajas de pizzas y otros snacks. Podría buscarte algo...

—¡No hace falta! Yo lo conseguiré, la comida es lo mío.

Me levanté rápidamente del sofá y me dirigí hacia donde había visto al chico desaparecer hace unos minutos, Dashk decidió no seguirme de inmediato. En el camino me encontré a mi amiga bailando con un príncipe y asumí sería Thomas. Sonreí con ternura por la imagen, él parecía un buen chico.

En la cocina había una isla donde tenían las hornillas y fregadero, un gran mesón dónde muchas personas estaban sentados, algunas chica se besaban con chicos y otras con chicas, todos parecían besarse con todos mientras yo solo buscaba visualizar la pizza o cualquier comida que pudiese ingerir.

Muy alegre visualice entre unas personas varias cajas de pizza, unas gaseosas y un brownie chocolatoso que parecía llamarme. Me acerqué con cuidado de no parecer desesperada por la comida y tome varios trozos de pizza que se veía deliciosa, parecía tener un extra de todo incluído el orégano.

Me reprendi un poco al pensar en el brownie recordando que en este tipo de fiestas las personas consumen marihuana en deliciosos brownies y yo nunca había consumido nada por el estilo, esa sería la primera vez. Tomé mis cinco pedazos de pizza y un vaso de soda de cereza que me sirvió una linda chica, volví a mi puesto en el sofá junto a Dashk que me veía con cara graciosa.

—¿Qué? —dije mordiendo un trozo de pizza.

El orégano demás le da un extraño sabor, pero no era totalmente desagradable, solo era excesivo que también lo pusieran en la masa. Dashk me pidio un poco de mi pizza y como buena samaritana compartí un trozo.

—Tienes cinco y me darás solo uno, eres una glotona. —Me pincho un costado haciéndome cosquillas.

Reí, pero después le dediqué un ceño fruncido.

—No te moviste por ella, yo sí, te mereces solo uno.

La rubia se sentó en el sofá del otro lado y empezó a sacarle conversación, sus respuestas eran esquivas pero ella no renunciaba tan rápido. Yo solo comía y comía mi pizza haciendo pausa solo para tomar de la gaseosa de cereza. Le quite un poco del trago a él porque sentía mucha sed, me mareé un poco, hace mucho no tomaba.
Dashk le dió un mordisco a su trozo cuando la rubia se fue, inmediatamente frunció el ceño y escupió en la servilleta.

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