Capitulo 4

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—Daré la lista de los que aprobaron los ensayos que entregaron ayer.

El profesor hablaba desde su escritorio mientras Daksh estaba sentado a mi lado nervioso, habíamos entregado el lunes el ensayo y el profesor daría las notas.

La lista de desaprobados fue larga y los últimos nombres que dijo fueron los de nosotros. Me quería morir, mis notas todas eran las mejores y esa vez no había aprobado.

—Para compensar está falta, con la misma persona que reprobaron escribirán una obra con todas las bases de un verdadero libro, para el final del semestre.

—Profesor, el final de semestre es en un mes, es muy poco tiempo —exclamé enojada.

—No es mi problema, los dos ensayos estaban fáciles y reprobaron, es la única manera en que pueden recuperar la nota.

Al final de la clase quise escapar de él, pero Daksh me perseguía por los pasillos.

—¿Qué sucede?

Me giré hacia él.

—Tenemos que hacer esto juntos, no podemos reprobar nuevamente.

—Reprobamos por tu culpa. —Lo señalé en el pecho con el dedo—. Yo iba a hacerlo sola y tú insististe.

—¡Sola también ibas a reprobar! Tú insististe en hacer casi todo. Admite que no hay culpables, Violet.

Me voltee y seguí caminando, iba tarde al trabajo, él seguía tras de mí intentando seguirme el paso.

—Yo te llamaré ¿Sí? Pero deja de seguirme, voy tarde al trabajo.

Se quedó parado en el estacionamiento de la universidad. Varias cuadras más adelante una moto se detuvo frente a mí, Daksh me hizo señas para que subiera.
Fingí no verlo y cambié de acera, cuando pasas mucho tiempo con una persona terminas conociéndola más de lo que deseas, hasta tener la posibilidad de enamorarte, no es lo que busco.
Su mirada me siguió todo el camino, sentí como la moto dio la vuelta una cuadra atrás bajando nuevamente por la calle por donde iba, ese chico no se iba a dar por vencido.

—O subes o te subo.

Su voz era grave, siempre tenía ese porte de niño bueno y verlo en otra actitud hizo que se viera más atractivo.

—¿O qué? ¿Me vas a secuestrar? —dije con una ceja levantada.

Lo reté, pero aun así subí a la parte de atrás de su motocicleta, eso no significaba nada más.
La brisa hacía que mi cabello volara y me daba una sensación de libertad, mi trabajo quedaba cerca así que el camino fue corto, la libertad igual.

—Gracias.

Me bajé, pero él me sostuvo del brazo y me hizo voltearme.

—Mañana después de que salgas del trabajo nos veremos en mi departamento.

—No, es en contra de las reglas.

—Entonces todo se acaba Violet, no estoy dispuesto a perder esta materia solo por sexo y estamos claros que el bar no es un buen lugar para empezar este proyecto.

Resoplé y me crucé de brazos, odiaba no tener la razón y odiaba tener que hacer lo que las demás personas querían. Asentí y seguí mi camino hacia la cafetería.

La tarde estaba lluviosa así que el lugar estaba abarrotado de personas comprando café para pasar el frío, muchas mesas que atender. Brisa estaba apagada y no parecía ser ella misma, hasta se sentó varias veces al estar cansada. Su rostro estaba pálido.

—¿Te sientes bien? —pregunté agitada llevando un pedido hasta la cocina y volviendo.

Era la tercera vez que la veía sentada y suspirando fuertemente.

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