Capitulo 16

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No sabía que día era, ni cuando había sido la última vez que había comido algo. Al enterarme del fallecimiento de mi madre me desmaye y luego desperté en casa... No sé si eso se le podía llamar casa, pero es el lugar donde me encontraba.

Me sentía una especie de zombie. Mi relación con mi madre nunca había sido la mejor, no éramos las mejores amigas y desde que supo que mi padre abusaba de mi simplemente se hizo de la vista gorda, pero no podía dejar de sentir que tenía la culpa.

Claro que sabía que él había sido el que propinó los golpes... Pero yo no estuve para hacer nada, yo debí haber detenido esto hace mucho, justo en el momento en que me di cuenta que esto que sucedía no era normal, cuando eres una niña crees que lo que hacen tus padres está bien y es lo normal, pero no te esperas que todo eso sea falso.

Ya no lloraba, ya no estaba sino sentada en mi cama, la puerta aún no servía, la casa estaba sola, vacía, llena de silencio y...
Tristeza, me sentía agotada, no había dormido nada, solo estaba allí llenando un espacio.

—¿No te haz levantado desde que te traje?

La voz masculina me hizo ver hacia la puerta. Su mirada era preocupada y tenía surcos oscuros bajo sus ojos.

—Oye, me fui porque debía ir a la universidad, hablé con el profesor, yo haré tu parte ¿Sí? No te preocupes por nada.

Se acerco a mi, sus brazos me rodearon y yo solo pude acurrucarme en su pecho cálido. No me había dejado sola en el hospital y no me dejaba sola en casa, ni en la universidad, ni desde que lo conocí, y lo agradezco.

—Brisa está viniendo, dice que no debemos dejarte sola más tiempo, ha sido un largo día, pero estaremos aquí para ti.

Escuche su corazón latir, me acosté y me quedé en su pecho cómoda, cálida y rota. Su respiración se volvia lenta y sedio ante el cansancio que sé que tenía encima, sus músculos se relajaron y el abrazo se volvio un poco flojo. Suspiré y logré quedarme dormida, nunca había podido tener algo así aquí en casa.

Mi sueño fue tortuoso, mi padre estaba en casa y mi madre viva, él la golpeaba pero no pude llegar a tiempo para separarlos, tal y como sucedió en la realidad. Me desperté con un grito atorado en la garganta y mi cuerpo suspendido a medio sentar, lágrimas caían por mis mejillas y lleve mis rodillas a mi pecho.

Dashk rápidamente se acomodo a mi lado y me abrazo, sobaba mi espalda mientras susurraba palabras de aliento.

—Ya hermosa, todo estará bien, yo estaré para ti cuánto necesites.

Me sentía rota, perdida, culpable e inútil, pero nada me reconfortaba más que sus abrazos. A veces me preguntaba que sentía él realmente por mi, si esa devoción era porque quería más puntuación en la clase, o porque realmente había despertado sentimientos en él.

Sentí que dormí una eternidad, pero no quería despertar, aunque mi lado estaba vacío y frío, mi cuerpo aún sentía su calor. Estaba rompiendo todas mis reglas, excepto una, me involucre demasiado con Dashk y eso no podía suceder, tenía que detener eso.

Levanté mi cuerpo, mis ojos se sentían hinchados, mis extremidades entumecidas y mi vida rota. A mí lado habían dejado una nota, la tomé en mis manos y la leí:

«Dormir es bueno, pero no debes dejar de vivir... Hoy será el funeral. Un auto te esperara a las cuatro en frente de casa. Estaré allí para que te sostengas en mi cuánto tiempo necesites.

Con amor, Dashk

Una sonrisa triste se plasmó en mis labios, había decidido romperle el corazón a la unica persona que me escribe notas cursis y está conmigo en los peores momentos... Pero es que soy un desastre que en cualquier momento se hundirá y si no lo alejo pronto podría hundirse conmigo.

Un Poco Más Que AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora