Capitulo 14

254 35 19
                                    

Despertamos temprano, el desayuno se servía a las ocho en punto, ni mas ni menos asi dijo Lidia que debíamos hacer. Cuando desperté Dashk ya no estaba pero me había dejado una nota en la factura de la tienda «Despertamos abrazados, ¿Qué era eso del proverbio? Me lo cuentas después del desayuno.» sonreí y me empecé a alistar.

Me vestí como solía hacerlo para ir a la universidad, una falda color mostaza de botones y una blusa negra. Mientras bajaba las escaleras me encontré con Amber que me observo extraño, se alejó enseguida pero pude ver en su muñeca una marca extraña. Quizás se golpeó la mano sin querer o quizás mis miedos se están haciendo realidad, cuál sea, no era quien para decirle algo ¿O sí?

Poco a poco fueron llegando las demás personas, Dashk tomo su lugar a mi lado y tomó mi mano, no quise apartarla, se sentía bien, pero todos empezaban a darnos miradas extrañas así que lo solté.

El desayuno era grande, en un plato había un montón de tocino, en otro un par de pequeñas montañas con tostadas, varios huevos en un plato, jugos, café y mermeladas para las tostadas, una gran variedad. En casa solo comiamos una cosa por comida. Me servirían un poco de cada cosa. Brisa estaba charlando con su tía y el señor Dinam masticaba ferozmente su desayuno, él no se veía muy cómodo con su hija y la relación con Luca, pero parecía que ellos dos estaban en su propia burbuja mientras se sonreian.

—¿Qué opinan de bañarse en la piscina? —dijo la madre de Amber.

—Me parece bien, ¿Ya está limpia? Es mejor idea que bañarse en el mugroso lago.

Aunque no me parecía mugroso el lago, una piscina es más limpia y segura, en mi opinión, pero no me bañaría, no me gustaba usar trajes de baño en público. Una cosa era que ciertas personas me vean desnuda y vean mis marcas, por las reglas todos están obligados a no preguntar que pasó, pero las personas siempre que ven marcas en la piel ajena, suelen preguntar.

Todos se alegraron y al terminar subieron para cambiarse por su traje de baño y ropa más ligera, yo solo espere a que todos estuvieran por bajar para tomar a mi amiga por el brazo.

—Yo no me voy a bañar.

—¿Por qué? —preguntó.

—No quiero que me pregunten por mis marcas, tengo miedo a lo que puedan pensar...

Me observó con un poco de pesar.

—Pero antes nos hemos bañado en la playa ¿Qué hay de diferente?

Retorcía la falda con mis manos.

—A ellos los conozco, siento que podrían preguntar... O juzgarme.

Bajé la mirada, me sentía tonta e insegura.

—No importa, puedes estar afuera con nosotros, solo no te bañaras, es sencillo, dí que tienes el periodo. —Me abrazó un poco.

Asentí con la cabeza y la dejé seguir su camino hasta llegar a su habitación, mi amiga tardó en vestirse un par de minutos, pero el resto de su familia fueron bastante lentos. Al cabo de una hora todos bajamos las escaleras de nuevo, me lleve varias miradas extrañas por no llevar otra ropa.

En cuanto estábamos por entrar a la piscina el padre de Amber recibió una llamada, nos freno a todos. Al cabo de un minuto colgó el teléfono y habló con su esposa.

Los minutos pasaban mientras ellos discutían a parte, mis amigos se impacientaban por no poder ir a la piscina si ellos no daban la autorización, al final, todo se fue por el caño de todos modos.

—Amber, cariño, mamá y yo no podremos quedarnos en casa, pueden pasar el fin de semana aquí, pero no entren a la piscina y no toques mi reserva de alcohol.

Un Poco Más Que AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora