𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 9

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Laila giró sobre sus talones posando su mirada sobre aquel chico de mechón blanco. San no parecía estar bromeando, pero ella quería creer que lo hacía.

— No tienes que usar esa mentira...

— No es mentira—se acercó a ella— ¿Por qué crees que desde tu llegada a Corea siempre he estado detrás de ti? —sonrió como si nada.

— Nunca has creído en eso de las almas gemelas.

— Digamos que lo creo, pero a mi manera—se encogió de hombros. Laila lo miró fijamente cuando él tocó su mejilla—En vez de dejarte morir preferí...hacerte alguien como yo—suspiró—Por eso es absurdo que quieras estar con alguien como ese idiota.

Laila no colocó mucha atención a la última parte, ella se enfocó en lo primero, a pesar de que su corazón no latía como tal podía sentir su respiración algo pesada, sus manos estaban convertidas en puños y quería saltarle al cuello. En un rápido movimiento lo empujó contra la pared intentando golpearlo, pero San era más ágil y terminó esquivándola.

— Eres un idiota, ¿Cómo pudiste hacerme eso?

— Vamos, Laila, odiabas tu vida.

— No es cierto—negó con la cabeza sintiendo sus ojos arder, los vampiros tenían sentimientos que los humanos creían no existir en ellos, la mayoría de los vampiros solían callarlos—Tuve que abandonar a mi familia.

— Ellos te estaban explotando.

Gruñó intentando golpearlo de nuevo pero San la esquivó.

— Mis padres me querían mucho...

— Laila, nena...

— ¡No me digas así! —esta vez al intentar golpearlo el chico tomó su muñeca fuertemente—Ellos creen que estoy muerta, creen que desaparecí—sus ojos oscuros contenían las lágrimas—Joanna me encontró casi muerta en ese callejón, eres un hijo de...—golpeó su estómago con su rodilla, San se quejó un poco, pero en otro movimiento rápido la colocó contra la pared presionando su cuello con su mano, Laila movió sus piernas mientras sus pies dejaban de tocar el suelo.

San no lucía tan sonriente ahora.

— Tienes razón, quizás me excedí un poco pero mi plan desde un inicio era convertirte—comentó restándole importancia—Tu sangre era muy deliciosa, Laila, ¿Cómo puedes culparme por haber aprovechado mi oportunidad? Sabes que un vampiro no puede alimentarse de otro, pero también debes saber que el deseo hacia esa persona se mantiene.

— Estás...enfermo—intentó soltarse desesperándose un poco. San la estaba ahorcando.

— Tal vez, pero hice lo que hice para mantenerte conmigo, no hay nada que no conozca de ti así que no dejaré que ese idiota esté cerca de ti o tú de él—advirtió—Te conviene hacerme caso, no me hagas ser el malo, Laila.

La soltó y ella se tambaleó un poco tocando su cuello. Tosió algo asesinándolo con la mirada.

— Deja en paz a JungKook.

— Acepta estar conmigo.

— No.

— Laila, Laila—chasqueó la lengua acercándose peligrosamente—Lo repetiré una vez más, acepta estar conmigo. No tiene caso estar detrás de ese muchacho, él te odia por lo que pasó con su amigo.

— Sabes que yo no lo asesiné.

— ¿Y eso lo convenció? —intentó tocarla y ella apartó su mano de un empujón, San llevó su mano a su nuca enredándola en su cabello, Laila jadeó de dolor golpeando su brazo para que la soltara—Quizás no lo hayas asesinado pero ese chico terminaría muriendo por tu culpa y terquedad, piénsalo bien, nena.

Votum • [JJK] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora