HADES
Beso a la chica que tengo sobre mis piernas, está desnuda mientras se balancea contra mi erección, no me gusta besar lento. Tomo su labio superior entre los míos y chupo, fuerte, ella gime y se retuerce sobre mí, mientras mis dedos juegan con su humedad, separo sus pliegues para luego penetrarla con dos dedos, tira de mi pelo y yo le beso el cuello, chupo y lamo toda la piel sensible de su cuello.
—Hades —gime mi nombre, pero no causa el mas mínimo efecto en mí, no es a esta chica la cual quiero sobre mí, gimiendo mi nombre.
Giro, y dejo caer mi cuerpo sobre el de ella, beso su esbelto cuerpo, me imagino que es a mi pequeña a la beso y venero, me dejo guiar por mis labios y bajo a su sexo, comienzo a lamer, ella gime y se retuerce del placer provocado por los lenguetazos que le doy, ella se abre más de piernas mientras aferra sus manos a mi cabello y mueve su cadera contra mi boca, desde aquí puedo ver como con su otra mano intenta callar sus gemidos.
Me dejo llevar por el placer que me provoca recordarla desnuda, indefensa.
Es mí pequeña...
La chica me pide que la penetre, y eso hago, cubro mi pene con un condón y me hundo en ella, no pienso ser tierno o cariñoso, y ella lo sabe. La penetro duro, hago un giro brusco con mi caderas, hundiéndome mas en su estrecho coño, lo que provoca que ella gima mi nombre, grita cuando le toco el clítoris con mi pulgar, grita como la perra que es.
Después de varias embestidas más, ella se corre. Y para aumentar mi frustración, yo no termino.
Me siento en la cama y ella vuelve a ubicarse sobre mis piernas, con su mano guía mi pene a su entrada y cuando lo tiene todo dentro de ella empieza a moverse, yo dejo que tenga un poco de control.
La tomo de su cabello, y arremeto contra ella, embistiendo fuerte. Muevo mi pelvis, haciéndola gemir, me echo hacia atrás y la tomo de las caderas guiando sus movimientos.
—Katherine... —susurro su nombre y me corro dentro del látex.
Hago a un lado a la muchacha y me voy.
—¿Por qué te vas? —pregunta.
Tomo mi ropa del suelo y empiezo a vestirme.
—¿Quién es Katherine?
—No debo porque darte explicaciones.
—¿Vamos a repetir? —tiene un hilo de esperanza en la voz
—No —respondo seco y frío para que le quede claro.
Cuando salgo de la habitación, suena mi celular, es Paul.
Puede esperar, no tengo tiempo para sus regaños, ni para escucharlo suplicarme que deje de jugar con las Jefferson. Son las tres de la madrugada, voy a mi coche y conduzco a casa, al llegar voy al bar de la sala y tomo un Whisky, subo a mi habitación y me tumbo en la cama, le doy un trago al líquido ambarino, no puedo creer que haya gemido su nombre mientras me venía.
¿Qué mierdas me pasa?
***
Es lunes, y mis ánimos de ir al colegio, están por el suelo, creo que tengo resaca y me duele la cabeza.
Recuerdo que tengo que hablar con Katherine.
Me doy una ducha, seco mi cuerpo y me visto. Bajo a la cocina por algo de desayuno, tomo cereal con yogur, me sirvo y empiezo a comer, cuando termino, vuelvo a mi habitación y me lavo los dientes.
Al llegar al colegio, la puta de anoche se me cuelga del brazo.
—¿Qué quieres?
No tengo ánimos para dramas esta mañana.
—Quiero repetir lo de anoche —me dice en un susurro mientras le sonríe a las chicas que la saludan.
—Hemos hablado de esto, te dije que solo sería un noche y se acabó. Punto final. ¿Entendido?
Hace un puchero y yo le dedico una mirada fría, la cual hace que ella se largue por donde vino.
Visualizo a Katherine que está conversando, o más bien, discutiendo con su hermana. Me acerco a ellas.
—¿Todo en orden? —pregunto haciendo que mi pequeña salte del susto.
—Hades... —habla Priscila y le hago un gesto para que continúe— nosotras estábamos hablando cosas de chicas, si nos disculpas debemos seguir con nuestra charla.
—Mas bien, estabas discutiendo con tu hermana, ¿por qué discutían?
—Eso no te incumbe —responde tajante Priscila.
—Tienes razón. Si me disculpas, debo hablar con Katherine.
—No. Yo estoy hablando con ella.
No le hago caso y tomo a Katherine del brazo, ella me sigue sin reclamarme nada. Así me gusta, ella sabe quién manda y ese soy yo.
—Tenemos que hablar.
Ella se queda en silencio, camino hasta llegar a la biblioteca y busco una de las esquinas mas solitarias.
—Quiero que te quede claro, no debes comentar con nadie lo que pasó hace dos semanas, ¿te queda claro?
—Vale.
—Bien. Sarah se deshizo del cuerpo, no tenemos que preocuparnos por nada.
—Vale.
—¿Qué? ¿Ahora solo dirás eso? ¿Vale?
—¿Qué más quieres que te diga? No tengo nada más que decir. —No me gusta que me hable así.
—Mucho cuidado en como me hablas, recuerda quien tiene el control aquí.
—Vas a caer, Hades, eso te lo aseguro. Yo misma me encargaré de hacerte pagar todo lo que nos has hecho a mi hermana y a mi.
—Katherine...
Se va y me vuelve a dejar con las palabras en la boca.
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Hades
Mystery / ThrillerKatherine y Priscila Jefferson; unas peculiares hermanas gemelas, tan parecidas que cualquiera las podría confundir. Katherine Jefferson: es un pequeño ángel incapaz de herir a alguien, se enfrenta a múltiples problemas cuando el chico más popular d...