HADES
¿Dónde estoy?
¿Qué pasó?
¿Por qué no recuerdo nada?
Eso es lo primero que me pregunto cuando despierto en el suelo de lo que parece ser un depósito, el olor a sangre seca inunda mis fosas nasales y hago un gesto de asco. Luego me doy cuenta que el olor proviene de mi ropa y del piso en el cual estoy sentado.
¿Qué hago aquí? ¿Por qué mi ropa está bañada en sangre?
Debo salir de aquí.
¿Qué diablos fue lo que hice?
No puedo ir a casa en este estado. Joder, no tengo a donde ir. Casi al instante pienso en ella, ella me podría ayudar, ella sabría que hacer. Si, tengo que ir donde ella.
Una hora después estoy frente a su puerta, llamo a la puerta y espero paciente a que alguien la abra.
—Hades, ¿qué haces aquí?, ¿qué le pasó a tu ropa?, ¿qué es ese horrible olor?...
Priscila habla y habla, hace muchísimas preguntas y eso me hace desesperarme.
—¿Se encuentra Katherine?
Le pregunto directamente, no tengo tiempo para contestar todas sus preguntas.
—Sí, está en su habitación, pasa.
Priscila cierra la puerta cuando entro a la casa, mientras me lleva a la habitación de Katherine me pregunta varias cosas, a las cuales la única respuesta que obtiene es mi silencio, subimos las escaleras y frente a nosotros se encuentra un ancho pasillo con puertas a cada lado.
—Sígueme.
La sigo por el largo pasillo hasta el fondo, donde se encuentra una puerta azul.
—Es aquí, iré por toallas y ropa de mi hermano para ti.
Me quedo en silencio, ella bufa y yo la ignoro, cuando entro en la habitación, me encuentro con dos camas con un considerable espacio entre ellas, dos escritorios y un gran espejo en una de las paredes, también hay un estante con muchos libros, eso me hace sonreír y por un momento olvido porqué estoy ahí. Veo a Katherine sentada en una de las sillas del escritorio más apartado, esta frente a su laptod.
—Pequeña...
Ella voltea y sus ojos azules me miran, su cara se contrae en horror al ver el estado en el cual me encuentro.
—¿Qué te pasó?
—No lo sé, desperté en uno de los depósitos que están a las afueras del pueblo y solo recuerdo haber ido con Sarah allí, después, no recuerdo nada más. Creo que he hecho algo muy malo, pequeña.
—¿Con Sarah? ¿Por qué?
—¡¿No entiendes que no recuerdo nada?! ¡No sé lo que pasó! ¡Joder!
—No me grites y debes calmarte ¿si?
—¿Cómo quieres que me calme cuando posiblemente la sangre que está en mi ropa podría ser de una persona? Dime, ¿cómo quieres que me calme en una situación así? Algo como esto es para perder la cabeza y los estribos.
—¡Hades, por Dios! ¿Podrías dejar de gritarle a mi hermana? Te he permitido tu estúpido y tonto comportamiento conmigo, pero no voy a permitir que le hables así a Katherine, ella no tiene la culpa de las estupideces que hagas, ¿entendido?—, Priscila me dice esto con un gesto enojado y a mí me empieza a doler la cabeza—. Ahora ve al baño, lávate y ponte esto, ella me entrega unas toallas, unos calzoncillos, un pantalón holgado y una camiseta, todo está perfectamente doblado.
—¿Dónde está el baño?
—En esa puerta de allá— responde Priscila con un deje de molestia en la voz.
Me dirijo a la puerta que me ha señalado y entro en el baño, luego de poner la pequeña pila con la ropa que me ha entregado Priscila sobre una pequeña mesa que hay al lado del lavamos, procedo a desvestirme.
El característico olor de Katherine inunda mis fosas nasales cuando entro a la ducha. Eso de algún modo me tranquiliza y hace que un estado de relajación inunde mi cuerpo.
Abro el grifo de la ducha y cuando el agua cae sobre mi cabeza un recuerdo llega a mí.
Puedo escuchar la voz de un hombre pidiendo ayuda, suplicando por su vida, diciendo que tiene esposa, hijos, familia.
El recuerdo se repite una y otra, y otra vez, la suplicante voz del hombre me atormenta todo el tiempo que paso en la ducha. Lo que me hace preguntarme:
¿Qué fue lo que hice?
¿Asesiné a un hombre?
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Hades
Tajemnica / ThrillerKatherine y Priscila Jefferson; unas peculiares hermanas gemelas, tan parecidas que cualquiera las podría confundir. Katherine Jefferson: es un pequeño ángel incapaz de herir a alguien, se enfrenta a múltiples problemas cuando el chico más popular d...