💮Cap 20💮

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Eren contaba los minutos en el reloj de su habitación.
Desde que su padre le quitó las llaves de su departamento estaba obligado a pasar días y noches en la mansión.

La criada le lleva las tres comidas y sólo le daba permiso para ir al baño.

En cuanto a la universidad, Grisha contrató a un chofer privado para que le llevará y vigilará constantemente.
Carla cambió su rutina diaria y ahora pasaba más tiempo en la mansión, vigilando a su hijo.

Zeke iba con su padre a la empresa y pasaba el día con él. No tenía tiempo ni siquiera para almorzar, el trabajo en la empresa se puso pesado.
Por lo tanto, la conexión con su hermano era casi nula.

Luego de unas semanas, la tía Faye, hermana de Grisha, visitó la mansión.
No le agradaba ver a uno de sus sobrinos encerrado como un animal.

Amablemente le pidió a Carla que Eren la acompañara al mercado, por unos víveres.

---¿cómo has estado sobrino?
---preguntó Faye.

---de lo peor, tía. Papá me prohíbe usar el celular, no puedo salir de casa y mamá me vigila las 24 horas del día ---comentó el castaño en un tono de enfado--- ¡ya no soy un niño!

---lo sé y te entiendo, Eren. Desde que tuviste aquel accidente, tu madre se volvió muy sobre protectora contigo, pero he visto que no está bien de la cabeza.

---lo peor de todo es que papá me quitó las llaves de mi departamento ---bufó--- a veces no lo soporto.

---si quieres, puedo hablar con él para que te regrese las llaves. No puedes estar encerrado por siempre en esa casa ---mencionó Faye

---¿harías eso por mi, tía?

---por supuesto que sí, Grisha me va a escuchar ---sonrió de manera victoriosa.

---gracias, tía. Te lo agradezco.

Continuaron caminando por el mercado. Faye compró lo necesario para preparar el estofado favorito de su sobrino, el castaño le ayudaba a cargar las bolsas mientras seguían con la charla.

Al otro lado del puesto de verduras, una presencia llamó su atención.

Una niña de cabellos azabaches, baja estatura y con un sueter desarreglado.
La vió más de cerca y de pronto la reconoció.

---Alessa...

El nombre de aquella niña salió de su boca.
Ignorando a las personas de alrededor, corrió a su encuentro.
La pequeña azabache, al darse media vuelta le reconoció al instante.

---¡Alessa, Alessa!

---¡Eren!

Los delgados bracitos de la pequeña se sujetaron al cuello del castaño.
Estaba feliz por verle de nuevo.
De manera cariñosa, le llenó de besos y mimos.

---te extrañe mucho, Eren

---yo igual pequeña ---besó su frente---dime ¿dónde está tu mami?

En esos instantes, una castaña con lentes entró en escena.
Le aterró ver a Alessa hablando con un extraño, pensó lo peor.
No perdió el tiempo y corrió a protegerla.

---¡hey, alejese de ella! ¡¿quién demonios eres para hablarle a una niña tan pequeña?!

El castaño no pudo reaccionar.
Hanji tomó a la pequeña de ojos grises por el brazo, ocultandola detrás suyo.

---¡ni creas que la vas a secuestrar, maldito aprovechado! ---los gritos de Hanji llamaron la atención de todas las personas.

Pronto comenzaron los abucheos contra Eren.

---¡sólo estabamos hablando, no tengo malas intenciones! ---trató de explicar el castaño

En esos momentos, su tía Faye intervino en el acto. Tratando de dispersar los apucheos contra su sobrino.

---¿qué ocurre, Eren? ¿y todos estos gritos? ---observó a la pequeña--- ¿y esa niña?

---no es nada, tía. Es un malentendido.

La castaña con lentes no iba a quedarse atrás.

---¡mejor largate, aprovechado! ¡no regreses!

El ambiente se tensó.
Los de seguridad no tardarían en llegar y hechar más leña al fuego.

Alessa se interpusó en medio de aquella equivocación.

---¡espera, tía Hanji! ¡él es Eren, la persona que ayudó a mamá!

Las palabras dichas por Alessa llamaron la atención de la castaña.
Quien no podía creerlo.

Desvió su mirada hacía el ya mencionado.

---¿e-estás segura, cariño? ¿es él?

---¡sí, sí! ¡es Eren!

Pov Levi.

Han pasado dos semanas desde que deje la comodidad en el departamento de Eren.
Me pregunto cómo estará él.

Desde que estoy en casa de Hange, las cosas van de mal en peor.
Los gastos son mayores y el dinero no alcanza para todos.
Me disgusta ver la poca comida que hay en la mesa, pero por lo menos mi hija ya no pasa hambre.

Hange se esfuerza por traer dinero para nosotros, y yo aqui como un vago mantenido.

No es fácil conseguir un maldito trabajo descente, todo lo que conozco son los prostibulos y el olor a sexo.
Nada más.

No volveré a esa vida.
No regresaré a ese infierno.

Llevé mis manos a mi cabeza tratando de contener la frustación.
A veces he pensado en rendirme pero a la vez no quiero dejar a mi hija sola en este podrido mundo.

Sólo por ella sigo vivo. Sólo por ella debo afrontar la realidad en la que vivimos.

El sónido del teléfono me distrajó. Sin muchos ánimos contesté.

---¿Hola?

Silencio.

---¿Hola?

---pensaste que podrías escaparte de nosotros, ¿eh? maldita rata.

Mi corazón se aceleró.
La voz de aquel tipo estaba detrás de la línea de llamada.
Sentí mi respiración cortarse.

---¿K-Kenny?

Escuche su jodida risa de fondo.
Cómo olvidarla.

---así es estúpido, soy yo. Y no estoy solo, tu querida prima Mikasa está impaciente por ver tu mugrosa cara de nuevo.

---¿qué quieres de mi?

---pagarás un precio muy alto por haberte escapado, te mandaré al infierno junto con la rata malnacida de tu hija. Le espera un cástigo que no será capaz de soportar.

Mi cuerpo se paralizó.
No quiero ni pensar en lo que Kenny sería capaz de hacerle a mi pequeña, todo menos a ella.

---¡n-no, no! ¡Alessa no es culpable de mis errores! ¡si quieres regreso mañana al burdel pero no le hagas daño a mi hija!

---eso debiste pensarlo antes de tenerla, ni siquiera te cuidas a ti mismo y quieres follarte al primer tipo que te encuentras.

---escucha, por favor. No le hagas daño a mi pequeña, ella no sabe nada es sólo una niña.

---adelante, suplica más perra. Suplica por que nada le pase.

La llamada se cortó.
Mi corazón no paraba de palpitar, estaba como loco.

Me deje caer en la pared, mis piernas no respondian.
La ansiedad hizo de las suyas.

---n-no...no, todo menos mi hija. No mi pequeña.

Me odio a mi mismo por no ser más fuerte.
No soy capaz de enfrentarme a Kenny.

El sónido del timbre me alertó.
Unos golpes en la puerta.

Con mis pocas fuerzas, me levanté y fuí hasta el pomo de la puerta.
Me esperé lo peor.

[Continuara]

Nuestra Familia [ERERI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora