💮Cap 7💮

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El azabache acariciaba la pequeña y delgada manita de su hija.
Alessa estaba conectada a un respirador. Parecía estar en paz, durmiendo en esa cómoda y suave cama del hospital.
Levi solo esperaba que ella despertara.
No pensó en separarse ni un segundo de su hija. No en esta situación.

Pero esta vez no estaba solo.
El castaño le acompañaba en la habitación.
No tenía pensado en irse del hospital hasta que Alessa no estuviera bien.
Ambos no perdían las esperanzas.

---mi pequeña...perdoname por mi estúpidez. No soy capaz de cuidarte y darte lo mejor ---la voz del azabache se cortaba en cada palabra. Su corazón le dolía, como sí le hubieran apuñalado. Sus lágrimas caían en las sabanas de la cama, manchandolas.

---ella se pondrá bien, tu hija es muy fuerte. Porque tiene a una buena madre ---Eren le alentó con unas fuertes palabras de consuelo. No quería verle llorar. Y todo por que no estuvó con él ---cuando Alessa despierté, te sacaré de este infierno. Nos iremos lejos de aquí.

---no Eren, no puedo...él nos encontrará de todos modos. No quiero que le haga daño a mi pequeña ---se notaba lo preocupado que estaba el azabache. No podía imaginar lo que pasaría si Kenny le atrapaba en una situación como esta.

---no tengas miedo, yo estoy contigo. Tú y Alessa vendrán conmigo, ese tipo nunca los podrá encontrar, confía en mi ---tomó las manos contrarias del azabache dejando pequeños besos en las mismas.

Los días pasaban rápido.
Eren frecuentaba el hospital para encontrarse con el azabache y la pequeña Alessa.
Las esperanzas volvían de a poco, pero eran mínimas.
El médico se sorprendió al notar una mejoría en los pulmones de la pequeña. Aún le faltaba despertar.
En cuanto a Levi, sus moretones y golpes comenzaban a desaparecer.

Unos golpes en su puerta le sacaron de su mundo.
Entró en pánico pensando que era la persona que más temía. Pero se equivocó. Sus ojos grises se reflejaron en Eren, el cual traía varias bolsas de cartón en manos.
Parecé que fué de compras y regresó con todo el local de venta.

---¿y todo eso? ---preguntó con curiosidad el azabache.

---es para tí y Alessa. Es ropa nueva, espero que les guste ---el castaño tomó una de las bolsas para luego entregarla en manos del azabache.
Varias prendas de vestir, ropa de alto costo que jamás había visto.

---gracias Eren pero...no puedo aceptarlo. Te preocupas mucho por nosotros. Y yo solo te mostré lo peor de mi ---Levi se notaba desanimado al recíbir tantos obsequios del castaño. Se sentía como una carga para él.

---no digas eso. Si hago esto, es porque me importas tú y Alessa. Se volvieron  parte de mi vida ---el azabache mordió su labio inferior tratando de contener el llanto--- ven, si quieres desahogarte hazlo, yo estoy aquí contigo y jamás voy a despreciarte por lo que eres.

De sus ojos grises comenzaban a caer de a poco esas gotas cristalinas saladas. Levi detestaba llorar frente a alguien, deseaba ser más fuerte para proteger a las personas más importantes para él.
El celular del castaño vibró dentro del bolsillo de su chaqueta.
En cuanto lo sacó para revisar quién era el responsable de llamar, su expresión cambió a una mueca de desagrado.

---perdona, debo contestar. Si quieres puedes abrir los demás, son todos tuyos y de Alessa ---le dedicó una sonrisa antes de salir de la habitación.

La mirada de Levi se posó en las múltiples bolsas que estaban esparcidas en su cama, una de ellas traía un costoso perfúme de marca.
Recordó haberle visto en una vitrina de una tienda, su precio era elevado como para comprarlo.
Se preguntaba de dondé sacaba dinero para gastarlo en cosas tan súbidas de precio.

Mientras tanto, Eren discutía con su madre por la línea teléfonica.

---mamá, ya te lo he dicho mil veces. Estoy en el hospital visitando a un amigo, es todo. ¡Deja de preocuparte por mi, ya no soy un niño!
---el castaño comenzaba a perder los estribos. Y en especial con su madre.

---solo te llamé para preguntarte si vendrás a cenar. Aunque ya veo que no ---la voz de Carla cambió a uno de regaño contra su hijo. Se notaba su enojo.

---no iré hoy. Me quedaré en mi departamento esta noche, mañana tengo cosas que hacer. Ya no me molestes mamá ---la llamada finaliza.

Eren guardó nuevamente su celular en el bolsillo. Detestaba que le llamaran por cosas no tan importantes, y lidiar con personas molestas como su madre.
Al entrar de nuevo en el cuarto notó la mirada curiosa del azabache. Como un niño decídiendo que juguete llevarse.

---veo que te gustan todas, puedes quedarte con las que quieras. Despues de todo son tuyas ---formó una sonrisa en sus labios.

---gracias Eren...no tengo palabras para agradecerte lo que haces por mi y por mi hija ---bajó su mirada ocultado un sonrojo en sus mejillas.

---no tienes que agradecerme, lo hago para que tú y Alessa tengan una vida mejor ---sus miradas se encontraron en un solo punto. El azabache quedó hipnotizado por los ojos esmeraldas del castaño, parecían gemas.
Sintió como su corazón latía fuertemente, el ambiente se volvió cálido y cómodo para ambos.

Unos leves golpes llamaron a la puerta. Una enfermera entró con un rostro un tanto alegre.

---disculpen que interrumpa...

---m-mi hija...¡¿ella está bien?! ¡¿le pasó algo?! ---Levi no fue capaz de controlar sus nervios al ver a la enfermera acercarse hasta donde estaba. Pensaba lo peor.

---no, no nada de eso. Al contrario, la pequeña acaba de despertar y quiere verle...

La amable mujer de bata blanca les guió por el largo pasillo del hospital.
Eren notaba lo angustiado que estaba el azabache. Era normal, saber que su hija acababa de despertar luego de estar días en una cama sin reaccionar.
Llegaron a una de las habitaciones privadas donde Alessa sin percatarse de nada, observaba detenidamente por la ventana.

---m-mi pequeña...Alessa ---la tenúe voz del azabache desvió la mirada de la pequeña hasta posarse en donde él estaba.

---¡mami, mami! ---los bracitos delgados de la pequeña le llamaron. Sus ojos plateados se llenaron de felicidad al ver a su madre. El azabache atrajó el pequeño cuerpo de su hija hasta formar un abrazo. Aún conectada a una sonda no le impidió estar juntos--- mami, te extrañe. ¡Te extrañe mucho!

---y-yo tambien m-mi pequeña...mamá te echo de menos ---besó la frente de su hija cariñosamente.

El castaño no se contuvó de la emoción que le daba ver aquella escena. Admiraba la fortaleza del azabache al tener a su hija en brazos.

---¡Eren, regresaste! ¡abrazo, abrazo!
---la pequeña le extendió sus manitas al castaño para compartir ese cálido abrazo. El contrario la sostuvo por un buen tiempo, soltando lágrimas de felicidad.

---nos hiciste mucha falta pequeña, queríamos verte de nuevo ---Eren acarició el cabello enmarañado de Alessa, aún lo tenía enredado pero no le importó. Le daba un toque de ternura.

---no quiero irme sin mi mamá, ¿verdad mami?

---claro que no, mi pequeñita. Siempre estaré contigo ---el azabache depositó un dulce beso en las mejillas de Alessa. Ella por el contrario soltó una risilla al tener ese contacto tierno con su madre.

[Continuara]

Nuestra Familia [ERERI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora