✮Capítulo treinta y cinco.

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I'm covering my ears like a kid
When your words mean nothing, I go la la la
I'm turning up the volume when you speak
'Cause if my heart can't stop it,

- Sam Smith

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Cuando se hizo de noche, el timbre sonó.

¿Quién va?—preguntó Tyler acostado en sofá. Suspiró mientras que se levantaba—Por alguna razón, siempre que tocan el timbre pienso que alguien dejó una bendición por el camino—soltó hablando solo. Frunció el ceño al ver a la pelirroja en la puerta—¿Y desde cuando tocas timbre?

No lo se, solamente no quería tocar el pestillo—soltó esta entrando.

Si pasa, siéntete como en tu casa—habló este mientras cerraba la puerta, y cuando se giró, parpadeó al ver a Cheryl en el sofá con sus piernas en la mesa.—¿Qué haces?

Sentada—aseguró obvia mentras sacaba un esmalte de uñas.

¿Puedes no hacerlo en el sofá?

¿Puedes mantener tu boca callada?—soltó sin mirarlo.

No, no puedo.—este se sentó en el sofá también.

Quédate quito que me saldré.

¿Qué haces aquí?

Cheryl suspiró pero no lo miró—Betty está ocupada y la espero. Y los otros idiotas no se dónde están.

¿Sos tan loca que llamas idiotas a tu familia?—preguntó.

La pelirroja abrió su boca y lo miró—Me parece una falta de respeto que me llames así, imbecil.

Estás loca, supéralo.

¿Loca?—preguntó esta riendo —Ya lo sé. Yo hablaba de que es una falta de respeto que me llames "su familia" respecto a los idiotas. Tengo algo de dignidad.

Tyler no evitó soltar una risa mientras negaba—Estas jodidamente mal de la cabeza.

¿Acaso tú no lo estás?—preguntó mirándolo.—Todo el mundo.

Pero yo no me pinto las uñas en un sofá ajeno.

Dame tu mano—soltó Cheryl seria, poniéndose frente a él.

¿Qué?

Que me des tu mano.

No me vas a pintar la uña.

Dame tu mano—dijo seria.

Ya bueno—soltó este poniendo una mano en el muslo de Cheryl y esta tomó un dedo para pintarle una uña.

Ahora si mancho el sofá, será tu culpa. Tú tienes una uña pintada del mismo color que el esmalte que puede caer en el sofá.

Oh vamos, ¿Cuántos años tienes?—preguntó irónico ante la actitud de la pelirroja.

Diecinueve—soltó orgullosa.

Oh y dime, ¿Cuánto dinero te dan tus papás?

Cheryl le sonrió—No necesitan darme dinero. Tengo mi propio negocio, cabeza de pito—soltó cambiando su rostro serio—Y yo, no voy a dejar que un idiota como tú, me digas estupideces.

Conviviendo en un caos junto a una fraternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora