✮Capítulo extra; 1.

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—¿Por qué cierras tus ojos?—preguntó Betty la cual comía helado mientras estaba acostada en la cama—Estamos viendo una película, Jug.

El chico suspiró y se refregó los ojos—Ya te he explicado, amor. Addison está por nacer  y tú te mueves mucho en la noche, apenas puedo pegar un ojo.

La rubia lo miró—¿Quieres?—preguntó tendiéndole la cucharada de helado. Él negó.—Estoy nerviosa.—confesó pausando la película.

Jughead pasó su brazo por los hombros de Betty—¿Qué te preocupa?

—¿Y si algo sale mal?. ¿Y si le pasa algo?. ¿Y si le falta algo?

El chico sonrió y tocó el viente de Betty.—Tenemos una niña hermosa y sana, no le va a pasar nada. Tiene una madre increíble y sana, cargándola en su viente. Tiene una familia que la espera de brazos abiertos y con ansias. Esa niña tiene todo lo necesario para nacer, Betty. No te preocupes—le sonrió a la rubia—Estoy muy orgulloso de ti—confesó.

La rubia se llevó la cuchara a la boca—Aún no entiendo como me soportas y como lo has hecho todo el embarazo.

—Bueno, créeme que estuve muy agradecido de no haber pasado los genes de gemelos, así que... siempre me repetía que podía ser peor.—soltó algo divertido.

Betty apoyó su cabeza en el hombro del chico—¿Cambiarías algo de mi?

Jughead rió—¿Por qué te pones en esta etapa insegura todas las noches?—preguntó y luego la miró de reojo—No cambiaría nada de ti. Bueno, tal vez un poco tu humor en la mañana.

—Tú eres el amargo—dijo indignada.

—Exacto, y tú demasiado alegre.—tomó aire—en las mañanas no se habla.

—Te preparo, porque ahora tus mañanas se basaran es escuchar un llanto.—Jughead sonrió levemente, como si pensara en algo. Mientras, acariciaba el pelo de Betty. Esta lo miró y soltó una risita.—¿En dónde te has perdido?

—Creo que no me pondría de malhumor escuchar el llanto de mi hija—confesó.—Levantarme a las cuatro de la mañana, tocar sus suaves manitos, ver sus pies, ese llanto delicado e inocente—se encogió de hombros— creo que hasta agradecido tendría que estar.

—Yo me pondré insegura y dudosa en la noche, pero tú, te pones romántico y me encanta—sonrió mientras dejaba el pote de helado vacío y se acostaba en el pecho de él.—Tendremos una niña hermosa.

—Addison Jones, es extraño pensar que una persona llevará mi apellido. Que una persona respira gracias a mi. ¿No te pasa eso?

La rubia hizo una mueca—No... bueno, nunca lo había pensado.—aseguró.

La puerta sonó y ambos se miraron, sin embargo, pudieron ver a Max entrar. Este al verlos, suspiro.—Manos mal, pensé que hacian cochinadas.

—No tengo tanta suerte, Max—soltó Jughead divertido, Betty lo miró seria.

El niño se sentó en los pies de la cama—¿Qué ocurre, Max?

Max jugó con sus dedos y los miró—Tengo una pregunta, y quiero que me digan la verdad.

Los adultos se miraron confundidos—¿Qué pregunta?—habló Jughead.

El niño suspiró—¿Es cierto que Santa Claus no existe?—preguntó.

Conviviendo en un caos junto a una fraternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora