✮Capítulo cuarenta y cinco.

5.1K 388 384
                                    

I know you'll stay up late
Just waiting for me
You held me so tight
Now someone else can
But you were the first man that really loved me
-Camila Cabello.

════ ∘◦❁◦∘ ════

A las ocho, la alarma de Jughead sonó. Ambos volvieron a despertarse y la rubia se desperezó.

Si me rompo un brazo, ¿te quedarías para cuidarme?—preguntó.

Jughead la miró divertido con una ceja alzada—No exageres, Betty. Me iré solamente unos dos días.—este besó su frente—Iré a bañarme.

No te hablaré más—soltó la rubia para voltearse abrazando a la almohada.

El chico rió y cuando se levantó, pero se inclinó para besar la mejilla de la rubia—Te amo.

Bueno, si te hablaré un poco—esta cerró sus ojos para escuchar al chico tomar algo y luego la puerta cerrarse y tras esto, ella se quedó con sus ojos cerrados pero despierta.

Pasaron treinta minutos cuando la puerta se volvió a abrir y se trancó.—¿Te dormistes?—murmuró Jughead sentándose lentamente en la cama. La rubia se giró totalmente despeinada y dormida. —¿Te peleaste con un gato?

Que divertido—dijo esta seria.

Este corrió un mechon de pelo que estaba sobre el rostro de la rubia—Te llamaré todos los días.

A todas horas.—habló Betty.

Cada dos horas—probó Jughead con una mueca.

Una hora y media—pidió la rubia.

Cinco horas—soltó Jughead.

Esta hizo una mueca de desagrado—Si no cumples tu promesa, no te hablaré más.

Bien, me pondré alarma.

Así me gusta—rió esta mientras se sentaba en la cama—¿Llevas todo?—preguntó.

Si, supongo.

¿Cuándo vuelvas me contarás todo?

Si me preguntas—asintió este. Acarició su mejilla—Y cuando vuelva iremos a cenar juntos.

Eso me gusta—habló esta.

Jughead rió para besar sus labios, sin embargo, la rubia se arrodilló sobre la cama para poner sus manos sobre la mejillas del chico, quedando a su altura. Este llevó su mano hasta la cadera de la rubia, pero para decir la verdad, esta seguía desnuda de no ser por su ropa interior.

Me pone nervioso verte desnuda. Tengo miedo que te enfríes.—este se separó.

La rubia suspiró y miró el reloj—¿Por favor?—pidió haciendo un puchero con sus labios.—Ni siquiera sexo, pero unos minutos de besos.

Jughead la miró divertido para levantarse y tomar una remera de él—Póntela. —la rubia sonrió para colocársela mientras el chico se sentaba contra la cama, acomodando los almohadones en su espalda.

La rubia se sentó en sus piernas para besarlo y así, estuvieron varios minutos. Se besaban y este tocaba los muslos desnudos que su remera no tapaba en Betty. Esta se levanta levemente cuando Jughead movía su cabeza.

Si sigues moviendo así tus caderas, no sabré que hacer luego con la erección—murmuró mientras separaba sus labios de la rubia, tomando un poco de aire.

Conviviendo en un caos junto a una fraternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora