Conviviendo en un caos junto a una fraternidad.

✮Capítulo noventa y siete.

Yourself was never enough for me
Gotta be so strong
There's a power in what you do
Now every other day I've been watching you

Elena Jane Goulding / Adam Richard Wiles

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El chico negó—Betty, puedo ir a buscar a Addison como hago todos los días. Sin engañarte, sin discutir contigo, con trabajo. Puedo ir yo—asintió para salir de ahí.

La rubia se mordió el labio mientras sus ojos se cristalizaban. Jughead arrancaba el auto, pisando el acelerador para llegar en hora. Que claramente, no llegaba tarde, pero pensaba estacionarse y quedarse en silencio pensando unos segundos.

Este bajó para ir a buscar a su hija y ni bien salió, la tomó en brazos con una sonrisa—¿Cómo estás, princesa?. ¿Cómo te has portado?

—Bien—asintió mientras se apoyaba en el hombro de su padre.

Él la dejó en su silla y le puso el cinturón para manejar hasta la casa, y fue cuando llegó, que vió como la niña se había dormido.

—Parece que no soy el único con un día cansador—este la tomó en brazos y esta siguió durmiendo. Al entrar a la casa, no vió a Betty en el sofá pero si a Margot.

No dijo nada para subir hasta la habitación de la niña y acostarla en su cama. Se dirigió a su habitación donde Betty doblaba ropa.

—Llegó dormida—aseguró Jughead para tomar su laptop y sentarse, dispuesto a seguir trabajando.

No se miraron, no hicieron contacto. La rubia tomó las prendas para guardarlas en los estantes.

—Tengo que irme a trabajar. Iré más temprano ahora que no he ido a clases para llegar más temprano hoy.

Jughead asintió y la rubia lo miró unos segundos para voltearse. Escuchó al chico suspirar—¿Quieres que te lleve?

—No, gracias—Betty negó para salir de la habitación. Esta caminó hasta la habitación de su hija y le dió un beso en la frente.—Mi niña—murmuró acariciando la cabeza de esta.

Esta se fue de ahí y hasta la tarde no volvió a hablar con Jughead. Cuando llegó nuevamente, vió a Addison en el sofá junto a Jughead el cuál tenía su celular. Ambos levantaron la vista y la niña se dió vuelta para bajar de espaldas del sofá y corrió hasta su madre la cual la tomó en brazos.

—¿Cómo te has portado, mi niña?

—Bien—asintió esta.

Betty miró como Jughead tomó aire para ir hacia la cocina.—¿Tus tíos?—Addison se encogió de hombros—¿Están aquí?—preguntó.

—Se fueron—aseguró Jughead saliendo de la cocina con un vaso de agua.

—¿Podemos hablar?—preguntó esta.

Este miró a Betty y luego vió como Max bajaba por la escalera—Te espero en el dormitorio.

—Max, ¿puedes cuidar un poco a Addison?

—Si señor—dijo el niño divertido y Betty subió tras Jughead.

Este estaba serio, apoyado en la pared. Betty entornó la puerta.

—¿Y ahora qué, Jughead?—preguntó la rubia, abrazándose a si misma.

Jughead levantó una ceja—¿Cómo que ahora qué?