«Él es Adam ó Adi, mi novio»
Eso retumbaba en mi cabeza.
- Adi es un mal apodo - dijo Bert en mi oído mientra mirábamos a Frank y "Adi" doblar ropa felizmente.
- Es terrible - reí.
Después de ver aquél beso sobre el escenario, ambos bajaron y caminaron hasta nosotros. Frank nos saludó y presentó a Adam, su novio. El chico parecía ser tal cual me lo había descrito eso día en la cafeteria: perfecto. Y su sonrisa era aún más perfecta, dientes blancos, parejos, sacados de un comercial de pasta dental, su altura era la de un modelo europeo y su cabello se veía mucho más suave así de cerca. Su perfume era parecido a esos que siempre usan los atletas o los tipos populares, y el mío era uno con olor a ropa lavada con detergente de 5 litros barato, aunque no estaba mal.
Con Bert nos quedamos mirando el lugar, pero lo cierto era que mi vista no se iba de ellos. Frank llevaba su tan típica chaqueta de mezclilla, un collar con un candado en su cuello y una polera negra cortada en sus costados, se veía parte de su torso cada vez que levantaba sus manos para mostrarle alguna prenda de ropa a Adam. Lucía hermoso, encantaba con su sonrisa todo el lugar, y su novio no demoraba en hacérselo saber con algún besó o esa mierda melosa de juntar sus narices y acariciarlas entre sí.
Parecían una pareja perfecta, sólo les faltaba el perro Yorkshire nervioso y chillón, que por cierto, no tardó en llegar corriendo al lado de Frank.
- ¡Gerard! - escuché gritar a Frank, sosteniendo al perrito que estaba vestido con tuto rosa - ¡Mira! - gritó acercándose a nosotros -. Ella es Kira.
- ¿No es un nombre muy atrevido para ser un yorkshire? - preguntó Bert.
- Uh... Es que es una perra atrevida - respondió Frank riendo -. Ataca Kira - le odenó, el pobre animal tiritaba y miraba Bert casi gritando un S.O.S.
- Ya veo - reímos.
- Se la regalé a Frankie cuando cumplimos siete meses - Adam se acercó a Frank posando su mano en el hombro de éste y con la otra acariciando a Kira-. Es nuestra bebé.
- ¿Te gustan los perritos, Gerard? - preguntó Frank.
- Mm... Soy alérgico a los gatos - me encogi de hombros y ambos levantaron sus cejas para luego reír.
- Eres idiota - dijo Bert en mi oído.
Y claro que soy un idiota, Frank me pone idiota y ese clima sexual que llega cada vez que está cerca. Algo en él me exije sexualizar cada acto que hace, es que es un chico con una mirada cautivadora, y no sé si sea porqué me he aguantado dedicarle mis pajas matutinas ahora que le veo la cara más seguido, o porqué ya en serio no son pajas lo que quiero dedicarle, pero me atrae, todo en él me atrae.
No me dí cuenta cuánto tiempo estuve observándolo acariciar a Kira pero estoy seguro que Bert y Adam si habían tomado el tiempo, sentí sus miradas interrogativas sobre mí, luego la de Adam se fue a un descuidado Frank, él jamás se percató que la saliva corría por mí mentón pensando en cómo sería perder mi virginidad con él y conocer más allá de la piel que cubría sus costillas y se dejaba ver por las rupturas de la polera negra. Debía controlarme si no quería que Adam se espantara y lo alejara de su amigo "raro", aunque el chico no parecía ser un novio celoso.
- Bien - interrumpió el más alto -, es hora de ir a tocar - sonrió, el sol casi daba como un efecto espejo en sus dientes-. Te dedicaré alguna canción - le dijo a Frank antes de besarlo e intentar irse.
- Adi - escuché a Bert soltar una risita, mi codo dio en sus costillas -, despidete de la niña -le exigió Frank.
- Oh... Lo siento cariño - se acercó a besar a Kira.
- Y lo que cantes debe ser para él - con su dedo índice Frank apuntó al cielo, Bert volvió a reír y yo no pude evitar hacer lo mismo. Frank volteó a mirarnos y nos regaló una sonrisa.
- Esto es ridículo - dijo Bert a mi oído.
- Lo sé - reí.
- Vengan - el bajito se acercó a nosotros y tomó mi muñeca entre sus manos, mis ojos se abrieron como platos al sentir su tacto -, vamos a ver como tocan - sonrió antes de arrastrarme con él al inicio del escenario.
La música comenzó con una guitarra acústica, un raspeo de 10 segundos y luego la batería decidió acompañarla, el público gritó eufórico al ver a Adam instalarse en el micrófono. Era una estrella de rock cristiano, la gente se había vuelto loca y cuando comenzó a cantar, todos coreaban con él. Definitivamente estaba al nivel de Black Sabbath y Adam era como un Ozzy Osbourne iluminado por la luz de Dios, el polo opuesto de la oscuridad, porqué incluso parecía que el sol amaba darle luz a su cabello y rostro.
- Esto parece una secta - escuché decir a Bert.
Justo en ese momento toda la gente levantó sus manos, cerró sus ojos y comenzó a moverse al ritmo de la música y voz de Adam. Frank, quien estaba en medio de nosotros me entregó a Kira, tomó una de mis manos y la de Bert, las levantó, cerró sus ojos y comenzó a moverse con el resto de la gente, obligándonos a movernos con ellos.
- Juro que te voy a matar - fue lo último que formaron los labios de Bert antes de entregarse a los cánticos cristianos.
Kira parecía asustada, Adam tenía los ojos cerrados mientras acariciaba de forma desvergonzada el pedestal del micrófono, Bert terminó por entregarse y darle la mano a la chica rubia que estaba a su lado; Frank se veía increíblemente sexy con los ojos cerrados, sus dientes mordiendo su labio inferior y con su cuello estirado, me estaban dando ganas de morder ese escorpión.
¿Y yo? Yo estaba teniendo una notoria erección en medio de un concierto para Jesucristo.
Perdoname Dios.