Bert tenía un plan y eso me asustaba, estaba en un 99% seguro de que aquél plan sería un fracaso, y el otro 1% confiaba en que valdría la pena. La tarde en la que estuvimos en casa del Señor Sombra, sólo hablamos de aquél plan y la misión de cada uno. Matt estaba demasiado convencido en qué funcionaría.
Cuatro días después de nuestra visita al submarino sativo de Matt, llegó el jueves, el sagrado jueves que para ser sincero, no quería que llegara. Simplemente porqué las horas pasarían lentas y ya no me quedaban uñas para seguir comiendo por mi ansiedad.
El reloj, como nunca, avanzaba y su tic tac sonaba en mi cabeza de manera molesta. Eso me ponía de mal humor y pensaba en gritarle al chico que a dos metros míos estaba masticando una goma de mascar sin cerrar su puta boca. Ya saben, ese sonido de mierda que hace la boca cada vez que la goma pasa por tus dientes y luego cambia de un lugar a otro.
- ¿Qué pasó cara de poto? - escuché la voz grave de Bert, acto seguido su cara estaba frente a la mía con una sonrisa insoportable.
- Lárgate o te dejó derecho el diente que tienes chueco de un sólo golpe.
- Oh... ¿Qué pasho? - dijo con sarcasmo - ¿Nervios? - suspiré y asentí -. Tranquilo, está todo arreglado, eso sí... Se cambiaron algunas cosas del plan.
Mierda.
Eso no se oía bien, si ya el plan original era una mierda, pues éste, seguramente, sería aún peor.
-... Entonces cuando lo ví se me ocurrió "Gerard debe ser el héroe".
Escuché decir a Bert mientras mi mente y ojos estaba en la boca del chico ¿Qué mierda? Esa maldita goma no tiene color.
-... Él no te robará el cómic. Le dí las características de Frank al chico y pues le robará su morral - suspiró -. Soy un genio, si no fuera porqué este país de mierda odia a Putin, pues me llevarían los Rusos.
El plan nuevo era: simular un robo en dónde yo sería el héroe. Bert había convencido al chico de que corriera lento y que claro, yo pareciera Usain Bolt a su lado. Frank correría hacía mi con preocupación, me agradecería por mi heróica acción y fin. Seguramente dejaría de ser medio virgen.
Medio porqué ya saben, Manuel es mi mejor amigo, aún que por una opción personal prefiero llamarlo Bruce.
[...]
18:56 p.m, si mis cálculos de acosador no estaban equivocados, Frank estaría dando la vuelta en la esquina donde está el ex trabajo de Bert, para llegar al semáforo y cruzar hasta la tienda, arreglar su cabello mientras espera la luz verde y revisar su móvil mientras sonríe. Sí, siempre lo observaba desde la vitrina, a esta hora me excusaba con que la debía arreglar sólo para verlo a él.
Decidí hacer lo mismo, sólo para estar seguro de que el plan de Bert iría por buen camino. Fuí hasta ala vitrina y arreglé por milésima vez el mismo estante. Frank estaba ahí, justamente ahí: esperando la verde del semáforo, sonriendo y sacando el móvil de su morral, apenas dos metros más allá ví al roba comics, el chico con el que Bert había hablado para simular el asalto.
Todo iba bien hasta el momento.
Desde la puerta de la tienda, Bert miraba como Frank se disponía a cruzar la calle, me miraba haciendo movimientos raros con su cabeza, el culo me vibró. Mi celular había recibido un mensaje.
"Estoy llegando a la tienda ¿Un helado luego del trabajo? 🥰".
Pensé en dos cosas: Frank se había detenido al menos dos metros de la puerta para escribirme es mensaje. Y la otra era que, esa invitación a un helado podría tomarla de dos formas. El emoji con corazones me aclaró que no era nada de lo que mi cabeza estaba imaginando, aunque hubiese deseado que sí.
Un grito y luego un "¡Ayuda!" Me alertó que era el momento de entrar a la obra y ser el héroe de éste drama.
- ¡Mierda, Gerard! ¡Mueve ese culo pálido y corre!
- Sí, sí.
Miré para todos lados y caminé hasta la puerta, observé al roba comics mirarme extrañado con sus ojos azules y llenos de ojeras. Bert con su boca hizo un tímido pero inquietante sonido de "ps", y ahí comenzó la acción.
El tipo comenzó a correr, Bert me dió un codazo entre medio de las costillas, Frank me observó extrañado, esperando algo de mí y mierda...
Era el momento de ser Usain Wayne (ajá... Sería como Batman con la velocidad de Usain Bolt).
Mis piernas reaccionaron y comenzaron a correr.
- ¡Gerard, cuidado! - escuché gritar a Frank.
- Esto es por tí, princeso - quise gritarle, pero mi cabeza se concentraba en mantener el oxígeno para poder sobre vivir.
Estuve apunto de alcanzarlo, cuando al dar la vuelta, ambos chocamos, mi nariz dió con la nuca del roba comics y su frente dió con un muro de concreto.
Esperen, era él, era el Señor Sombra.
Matt lo había tomado con sus brazos, lo levantó del piso y lo sacudió, luego de eso le quitó el morral de Frank.
- ¡Gerard! - escuché detrás mío.
¿Saben qué es lo malo de cambiar un plan al último momento? Que el que iba a participar de éste sea el último que se enteré. Bert jamás le dijo a Matt que todo había cambiado y ¿adivinen? Ahora Matt había quedado como...
- Mi héroe - escuché la tierna voz de Frank, voltee a mirarlo emocionado, con mi nariz escurriendo sangre por el golpe, pero sus ojos estaban pegados en los marcados brazos de Frank -. Gracias por ayudarme.
Frank se acercó a Matt, recibió el morral y con sus manos acarició los brazos del Señor Sombra.
- Pero que brazos tan fuertes tienes - comentó entre coquetas risas.
-... Creo que el plan no resultó - la puta voz de Bert hizo que saltara del susto. Me extendió su mano con un papel higiénico de dudosa procedencia, todo en Bert es dudoso.
- Ño mi digas... - dije en un tono gangozo.
- Ñi ti digo.
Lo odio.