Podría estar toda la tarde mirando su perfil y como llevaba aquellas papas fritas a su boca mientras miraba a su novio unos cuantos metros más allá y le sonreía debes en cuando.
Después de aquél gran concierto cristiano que dio su novio, nos tocó hacer el ridículo con Bert. Adam nos ofreció subir al escenario y preguntarnos sí sabíamos tocar algo de música, y ya saben, todo se fue a la mierda.
— Oh... Claro, Gerard toca guitarra y canta muy bien — respondió Bert —, y yo toco batería.
— Tú no sabes tocar batería —alcé una de mis cejas antes de sentir su codo en mis costillas —. Auch...
Y ahí estuvimos de pie durante casi treinta personas, mirandonos con desaprobación, esperando como aves carroñeras que estuviéramos casi muertos para acecharnos, y entre ellos estaba Frank, observandonos emocionado con una sonrisa llena de esperanza por recibir un buen concierto.
— Hola — sonó el pitido del acople —, mierda, disculpen... Mierda, no quise decir mierda, mierda — suspiré —. Lo siento — aclaré mi garganta —. Bien, esto es The Devil in I, de Slipktnot.
Olvidé que era un culto a Jesucristo, olvidé todas las canciones de la iglesia que mi abuela me obligó a aprenderme y aquellas estrofa de "Los que caminan por la vida señor, trayendo tu paz y amor". Esa mierda fue lo primero que llegó a mi cabeza y noté que la había cagado cuando nos miraron con asombro.
Pero el diablo se apoderó de mí cuando Adam abrazó por la cintura a Frank y besó su cuello. Dejé caer algunos cabellos en mi rostro y volteé a mirar a Bert, él me sonrió y comenzamos.
Bert es una reverenda mierda tocando la batería.
La gente se espantó, comenzó a murmurar y yo me dejé llevar por la música y la poca sincronía de Bert, cuando llegó la mejor parte de la canción.
— Step inside, see the devil in I — jamás disfruté tanto un gutural.
Entre los cabellos miraba a Frank que sonreía y me miraba emocionado. Casi cuatro minutos después terminamos, Bert tiró una de las baquetas, llegó en la cara de Adam.
— ¡Sí! — escuché gritar a Frank mientras aplaudía — ¡Wooh! — sonreía emocionado mientras todos los demás nos observaban como si hubiesen visto al diablo.
Y ahora hemos aquí, en una mesa bajo un árbol, comiendo papas fritas y observando el maravilloso perfil de Frank. Él nos felicitó por la actuación, incluso nos abrazó y pude olor su perfume de pinos, la suave piel de su mejilla junto con la mía y a Bert agarrando mi trasero para joderme.
Fue especial.
— Cantas muy bien — volteó a mirarme —, lo hacen muy bien — sonrió.
— Gracias — sonreí —. Tu novio también — dije entre dientes
— Oye, Frankie — habló Bert —, tu novio es un Dios Griego, Gerard no tiene oportunidad — mierda, no debí traerlo.
Automáticamente quise deslizarme hasta quedar bajó la mesa.
Frank negó y me miró con una sonrisa, levantó sus hombros y dijo:
— ¿Por qué no tendría alguna oportunidad? Tiene atributos .
— Gee, creo que vio tu erección.
— Cállate — mis mejillas ardieron por completo y ahora quería arrastrarme al infierno.
— Con Adam tenemos anillos — mostró su mano derecha, en su dedo anular llevaba un anillo que tenía escrito Love Wait —. Son anillos de castidad — sonrió —, pero necesito contarles algo — llevó su dedo índice a sus labios —, es un secreto.
— Mierda, esto me gusta — Bert apoyó sus codos en la mesa y se acercó para escuchar a Frank —. Vente — volteó a mirarme.
Llevé mi cuerpo a la misma posición de Bert, Frank observó todo su alrededor, aprecié sus iris moverse de un lado a otro hasta que se fijaron en los míos, sonrió mostrando sus dientes y tomó una gran calada de aire.
— ¿Conocen el Eje? — negamos —, bien, el Eje es una junta de jóvenes cristianos — acomodó sus hombros —, donde se hacen cosas que no puedes contar a los jóvenes que no han participado.
— Mierda, eso debe ser muy hardcore — dijo Bert con sarcasmo.
— Bien, dicen que todo lo que pasa en el Eje queda en el Eje — Frank levantó sus cejas —. Y la verdad es que le he dicho a Adam que soy casto...
— Oh... — dijimos ambos.
— ¿No me digas que son orgias cristianas?
— No Bert — Frank rió negando —, pero perdí mi virginidad en el Eje — suspiró —. Adam cree que soy virgen aún, por eso me regaló el anillo.
— Que perra Frankie — Bert soltó un rugido, Frank rió arrugado su nariz.
¿Ahora qué mierda? Mi vista se fue a Adam y al alrededor de él, intentando descubrir quién había sido el cretino que le arrebató la virginidad a Frank, y a pesar de que Frankie no era nada inocente, lo parecía. Su piel lisa, su cabello naranja y todo en él se daba para pensar que había caído del cielo, mas Lucifer también cayó de éste.
Pero ciertamente se notaba que Frank era un adolescente hormonal, tendría unos 19 años, un novio con cuerpo de Dios Griego y una abstinencia inceseraria en alguien que ya había conocido el mundo del sexo, que dolor de huevos debe tener Frankie.
Su mirada se fue a Adam, se levantó diciéndonos un "Vengo enseguida", caminó hasta él entre algunas personas, cuando llegó acarició los brazos de Adam, se puso de puntilla y lo besó, mientras el beso crecía sus ojos se encontraron con los míos.— Frankie es un pecador — dijo Bert sin dejar de ver la escena, yo asentí embobado y perdido en la mirada avellana.
Me quemaria en el infierno junto a Frankie.