Procolo, el hogar de todos los demonios y el fin de muchas almas. Un paraíso para cada demonio, lleno de lamentos de almas podridas, un cantico hermoso lleno de dolor y angustia. Los demonios vivíamos en armonía en nuestra isla, alejados de todos, alejados del bullicio de los humanos y alejados de nuestros hermanos oscuros. Nosotros los demonios no podíamos vivir en otra parte que no fuera nuestra isla, de no ser así, nuestro reino y nuestra vida acabaría poco a poco, convirtiéndonos en simple mortales. Los únicos que podían estar mucho más tiempo lejos de Procolo éramos la familia real, al vivir tanto tiempo en el hueco del abismo este se hacia parte de nosotros, así que se podría decir que viajábamos junto al caos.
Salir lejos de casa iba a ser un infierno.
Lejos de mi familia, mis hombres, la protección que mi pequeña isla me ofrecía, un completo infierno. Aun así esa era mi labor, proteger a mi pueblo y si para eso tendría que dejar de oír los mañaneros gritos, así lo haría. Llevaba conmigo a treinta hombres de mi completa confianza junto a mi padre, ir de visita a la casa de los dioses era una completa odisea. Al vivir en una isla lejos de la comunidad humana, los barcos eran nuestro único medio de transporte para cruzar nuestro bello océano y adicionando las constantes tormentas y huracanes que teníamos que pasar para salir de nuestro segura isla seria un martirio.
Ahora me encontraba en la oficina del barco planeando la seguridad al entrar a este santuario, pues el único que podía entrar era yo al ser ahora el rey. Un disgusto para mi padre, ya que, odiaba que lo dejaran de lado, realmente era un estúpido protocolo, pero bueno yo no hice las reglas.
Necesitamos al menos a diez hombres que este a veinte metros del santuario y los demás que estén esparcidos por el bosque- Mi padre era un grandioso general, conocía todas las tácticas de ataque. Podría sorprender hasta al mas preparado ejercito con una emboscada.
Mi rey, las brujas siempre están a esa altura, nos podrían sentir o peor aun emboscarnos- dijo Dante, mi general al mando y un gran amigo. Luchamos en la gran guerra codo a codo, sin duda pondría vida en sus manos.
Si las encuentran mátenlas, una bruja menos-dijo padre. La amistad entre las brujas y los demonios no es la mas hermosa. Todo se resumen a la traición de esa raza asquerosa.
Rey Gerew, tenemos tratados que cumplir no podemos matar a otro oscuro sin una razón- Un buen punto para Dante, ver discutir a mi general al mando y a mi padre era pan de cada día. La fascinación de mi padre por terminar todo con la muerte era siempre debatido por los ideales de mi general.
Ya no soy el rey pequeño oscuro- Si mi mesa no estaba rota era gracias a la divinidad de mi dios.
Señor Gerew, no creo que el plan que quiere llevar a cabo sea el mejor- Claramente escuche como los dientes de mi padre chirriaban de enojo al ver la calma de mi gran amigo. Seria un hermoso funeral, llevaría mucho vino.
Deja de hablar como una pared, exprésate hijo- Las manos de mi padre empujaron hasta la pared a mi amigo, mientras el solo sonreí- Vamos, defiéndete. Hazme sentir orgulloso de ti.
Señor Gerew, no creo que sea lo mejor como vera usted ya esta un poco mayor para...
Gran gancho padre- mi padre voltio a sonreírme enseñándome sus largos colmillos.
Mi rey, lo siento- Dante le dio una patada de lleno al estomago de mi padre. Esto seria una completa falta de respeto en cualquier reino, manada, aquelarre o lo que sea, pero a nosotros los demonios solo era la forma de hacer que te respeten, no importa que seas el mas débil de entre todos, como demonio tenias que acerté respetar. Un rey no es mas que su pueblo y el pueblo no es más que su rey, la igualdad.
Creo que vi mi vida pasar-El gran Rey Gerew en una pelea de niños, no sé que diría mi madre, pero si puedo imaginar su mirada de desaprobación.
Después siguen con sus juegos, creo que tu idea, padre, es buena-Como gran demonio que es mi padre le golpeo ligeramente el hombre a Dante- Sim embargo, seria mejor alejarnos unos cinco metros más para evitar una disputa innecesaria.
Ahora sí vi como una radiante sonrisa se formando en el rostro de mi gran amigo. Ya me estaba imaginando el baile ridículo que estaría haciendo en su cabeza.
Como ordene mi rey- Hizo una ligera inclinación- Le diré a mis hombres cómo se armarán en cuando lleguemos.
Lo vi salir con el pecho en alto al ganar, una vez más, a mi padre.
Tú también te puedes retirar padre, deseo estar solo para pensar mis palabras al dirigirme hacia los ancianos- me senté en mi cómoda silla de cuero, un pequeño capricho que me había dado gracias a las innumerables películas que mi padre me hacia ver para demostrarme de como debía decorar mis oficinas.
Claro que no, nosotros no le debemos nada a esos asquerosos ancianos llenos de lujuria y maldad- La amistad entre los ancianos y los demonios tampoco era agradable, ahora que pregunto con cuales oscuros nosotros los demonios nos llevábamos bien, creo que solo las "sirenas" eran oscuros a los que les representábamos respeto.
Padre esos asquerosos seres son capaces de evitar conflictos entre los oscuros y aunque tampoco sean de mi agrado tengo que presentar mis respetos- Los oscuros ojos de mi padre me miraron como si un loco estuviera en su delante.
Gerew, antiguo rey demoniaco. Mi padre y yo éramos dos gotas de agua, pálidos como una hoja, dueños de unas cejas demasiado poblados a mi parecer, quijada cuadrada que según mi madre haría desfallecer a las damas, nariz con una pequeña curva en el medio y con un cuerpo que a lo largo de los años se convirtió en puro musculo. La única diferencia era mi cabello negro ondulado como mi madre y el con un rubio casi blanco que cada rey demonio poseyó hasta mi llegada.
Mi querido hijo tanto pasar tiempo con ese bueno para nada de Dante te esta convirtiendo en toda una nenita- Estar junto a mi madre si que se le ha pegado, "nenita" es enserio.
Pase mis manos por todo mi rostro, enserio necesitaba un momento para mi- Padre, por favor sal.
Bien, pero que quede claro que volveré y pienso discutir contigo sobre eso de dar respeto a esas pasas arrugadas- Lo vi salir cual diva, según muchos de los amigos de mi padre antes de conocer a mi hermosa madre era un total amargado, amargado con la vida. Un total cambio.
Al fin pude sentir la calma de mi oficina, según mi madre este era el lugar mas tranquilo del barco. Era una pequeña habitación en tonos grises, adornado con cuadros de mi querido Procolo. Sin embargo los cuadros que mas amaba eran los que se encontraban en un pequeño estante a la derecha de la habitación y el único cuadro en mi escritorio, los retratos de mis padres. La radiante sonrisa de mi madre podía alumbrar hasta el cuarto mas oscuro. Gracias a las innumerables veces en que mi madre había insistido tenia un sofá cama café en mi oficina, según ella porque siempre me quedaba dormido en la silla del escritorio. Mas allá de eso, mi oficina estaba vacío.
Aun así, era mi lugar favorito en todo el barco, claro que debes en cuando una escapada al salón principal para disfrutar con mis hombres un buen vino e increíble compañía era un buen plan.
Mi rey- ni un puto segundo, dame paciencia Zarak.
ESTÁS LEYENDO
Camino al Caos
FantasyLos oscuros habían vivido en la ignorancia durante toda su existencia, adorando a dioses que solo los crearon por castigo a su desobediencia. Ahora que la puerta de la verdad estaba abierta tenían dos opciones luchar por lo que aman o seguir al usur...