Prólogo

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Volvió a dar una última mirada por la ventana, pero aún no había señales de que hubiera llegado. Se dirigió a la alacena y sacó los platos al tiempo que daba una mirada a la niña que jugaba en el jardín. Los distribuyó en la mesa mientras sentía el aroma de la comida casi lista inundar sus fosas nasales.

—Huele bien —le sonrió a la mujer a su lado, quien le regresó el gesto antes de volver a tapar la olla.

—¿Estás seguro que vendrá? Tal vez esté demasiado ocupada, Tony —Pepper deslizó la opción, temiendo herir la susceptibilidad del hombre.

—Sí. Acaba de escribirme para confirmar, llegará pronto. Mientras tanto, trata de ralentizar el proceso así no comemos nada frío —Tony besó la mejilla de su esposa y continuó poniendo las cosas en la mesa.

Los últimos años después del chasquido habían sido para la mayoría como el fin del mundo. Pero Tony no podía empatizar con el sentimiento. Tenía todo lo que podía llegar a necesitar en esa cabaña en el medio del bosque y, lo que no, al menos iba una vez por mes a visitarlo y compartir una comida. Era una buena vida, pero aún le costaba disfrutarla del todo por lo que significaba para el resto del mundo. Había días buenos y malos.

Escribió un mensaje para apurar a la chica en su llegada. No era como si pudiera excusarse con el tráfico, después de todo. El arcoiris que usaba de transporte se caracterizaba por su inmediatez, según sabía. Presionó el botón de enviar y soltó un suspiro. Esa chica se llevaría un regaño en cuanto llegara.

—La mesa está lista, ¿necesitas ayuda con algo? —preguntó, tratando de distraerse del sentimiento de infantil ansiedad y emoción por la llegada de Liv.

—Solo falta preparar la en... —la voz de Pepper fue opacada por el grito emocionado de Morgan en el jardín.

—¡Liv! —se escuchó llamar a la niña, provocando que su padre corriera hasta la puerta trasera.

Y allí estaba, vestida con unos raídos jeans -los cuales Tony podía apostar que tenían más de cinco años- en un esfuerzo de parecer una civil y no la soberana de algún reino lejano, con Morgan en sus brazos, abrazándola férreamente.

—¿Qué? Nos hemos extrañado —dijo la muchacha a modo de saludo, encogiéndose inocentemente de hombros.

—Llegas tarde, señorita —Tony no iba a dejar traslucir lo contento que estaba de verla, no al menos sin pelear un poco con ella antes.

—Lo lamento, asuntos reales, ya sabes —Liv bajó a Morgan y se acercó para darle un abrazo y un beso en la mejilla al hombre.

—Sí, sí, excusas. Pasen las dos a lavarse las manos. La comida está lista —ordenó con tono paternal, aunque una pequeña sonrisa luchaba por abrirse paso en su expresión.

—Es bueno verte Tony —Liv le guiño un ojo antes de entrar a la casa.

—Lo mismo digo, niña.

Warzone Queen || Bucky Barnes (Warzone Legacy 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora