-Vamonos Katara, hay que irnos antes de que llegue Azula y los Dai Lee- dijo Aang preocupado mientras tiraba del brazo de su amiga que solo se alejo entre las sombras de la cueva manteniendo fija una mirada hacia un joven que trataba de decifrar su significado -Zuko hay que seguir al Avatar e irnos de aquí, ya no es seguro- pero su sobrino no se movió o se inmutó siquiera a las palabras de su tío -¿Zuko, que sucede?- el joven agachó la cabeza mientras su mente era atormentada por una tormenta de pensamientos, sentimientos y emociones -y después de eso tío ¿Qué sigue? Solo seguir huyendo hasta que se acaben los escondites, pelear una guerra en la que no somos partidarios de nadie...-
-Zuko, no estás viendo la oportunidad que el destino pone ante ti, después de todas las pruebas y los retos que has tenido que encarar, los errores que puedes enmendar; si tienes acaso la sabiduría para elegir tu camino- pero entonces el chico le dedico una expresión que reflejaba desgaste emocional y un enfado notorio -y ese camino sería entrenar al Avatar, unirme a él y darle fin a la guerra a su manera, supongo- su tío no tenía modo de haber previsto ni la respuesta del joven que veía como su hijo o el cristal que lo apresó rápidamente al tiempo que un agujero se abría entre la roca de la cueva, pero no lo desconcertó quienes fueron los que emergieron del mismo -Zuzu, querido tío que alegría volverlos a ver- el príncipe se colocó en pose de combate, indispuesto a sufrir una derrota como la que lo hizo terminar en esa prisión -alejate Azula, está vez no me daré el lujo de ignorar a tus nuevos lacayos- amenazó el mayor de los hermanos del fuego -hay Zuzu, que formas son esas de hablarle a tu hermana, y más cuando venía a ofrecerte volver a casa y a los brazos de nuestro padre- aquella declaración lleno de consternación a Zuko lo que provocó que su postura flaqueara -¡no mientes, tu siempre me has mentido!- refutó colérico -yo cumplí con mi deber de ofrecerte mi mano amigable y tú oportunidad de volver a casa con tu honor restituido- finalizó la princesa alejándose junto a los maestros tierra.
-No puedes creer que ella te dice la verdad conociéndola y a tu padre- alegó su tío aún preso en el cristal -Zuko sabes que existen segundas oportunidades, está es la tuya, no comentas errores del pasado y has lo correcto- Zuko permaneció un momento en silencio meditando sus opciones, pero ese momento fue breve, ya había tomado una decisión.
Las llamas azules apenas se podían discipar con las ráfagas de aire del Avatar, y una constante presión por parte de maestros tierra renegados tampoco jugaba a su favor; Katara apenas y podía mantenerlos a raya mediante tentáculos de agua y algún otro truco de agua control bajo la manga. Un último impacto lo había estrellado contra los muros de roca -bien Avatar, parece que aquí es donde se termina tu viaje- Aang forcegeo con su propio cuerpo para alzar la mirada y contemplar a su atacante, después la ladeó a su amiga que se mostraba agotada y a poco le faltaba para ser abatida.
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Yo haré mi camino
FanfictionY si después de que Zuko y Katara fueran separados tanto por Aang e Iroh, el joven maestro fuego se hubiera rehusado a traicionar la confianza que le había brindado la maestra agua ¿qué futuro les abría aguardado no solo a ellos, sino al resto del...