-"¡La nación del fuego me arrebató a mi madre!"- exclamó una devastada Katara a espaldas del exiliado príncipe de la nación del fuego -lo lamento- dijo dándose la vuelta hasta verla directamente -"eso es algo que tenemos en común"- la chica secó sus lágrimas y vio al joven que vestía como otro habitante del reino Tierra -se lo que les hice pasar, y no me enorgullece, al igual que esto- dijo tocándose aquella deformidad que le generó su padre -Zuko, tengo curiosidad ¿Quién y porqué te hicieron eso?- el joven ladeó su rostro tratando de disimular la repulsión que él mismo sentía por su cicatriz -fue el precio que tuve que pagar por perder mi honor, pero mi tío me hizo entender que yo soy el único que puede despojarme de mi honor- pronunció con un leve rastro de melancolía en su voz.
La chica se levantó y se acercó tranquilamente al maestro fuego colocando cálidamente su mano izquierda sobre su hombro -Zuko, ¿Quién te hizo esto?- pregunto consternada Katara mientras se incába frente a él y colocaba su mano suavemente en la cicatriz
-Mi padre- dijo relajando su postura solo enfocándose en aquella sensación que desde hacia tiempo no conocía; la mirada de Katara fue una mezcla de lástima y horror ante la mención de Ozai -como es posible que un padre haga algo así a su propio hijo- Zuko ladeó la cabeza apartando lentamente la mano de Katara -fuera como haya sido, esta marca ya es parte de lo que soy; para bien o para mal- replicó melancólicamente -no tiene que ser así- la mirada del sobrino de Iroh se iluminó y tomo una mueca de confusión -"tengo habilidades sanadoras"- el príncipe se levantó rechazando una idea que solo le daría falsas esperanzas -"no, las cicatrices no sanan, las heridas sanan"-
Katara se acercó a él nuevamente y está vez colocó ambas manos a los lados de su rostro -existe un tipo de agua muy especial y poderosa en la tribu agua del Sur- de entre sus ropas extrajo un frasco con detalles azules y blancos emulando el símbolo de la tribu agua -es el agua de los espíritus, y posee las propiedades curativas más poderosas del mundo, puedo usarla para liberarte de la cicatriz- dijo mientras abría el frasco y se disponía a emplear el preciado líquido hasta que un par de manos la detuvo -no- interrumpió con suavidad -si esa agua de los espíritus es tan poderosa, debe haber algo más importante en lo que usarla, que remover una cicatriz- contesto suavemente mientras removía su suave toque de las manos de la morena -Zuko...- pero antes de que pudiese replicar un fuerte ruido así como una nube de humo invadió la cueva y opaco brevemente el fulgor verdoso de los cristales -¡Aang!- inmediatamente abrazo a su amigo monje mientras esté último le dedicaba una mirada de recelo al joven maestro fuego -tio, es bueno verte- dijo respetuosamente el príncipe desterrado mientras era rodeado por los brazos del ex general, no obstante no le prestó demasiada atención pues está ya era acarreada por una joven morena que se había separado del chico de 112 años.
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Yo haré mi camino
FanficY si después de que Zuko y Katara fueran separados tanto por Aang e Iroh, el joven maestro fuego se hubiera rehusado a traicionar la confianza que le había brindado la maestra agua ¿qué futuro les abría aguardado no solo a ellos, sino al resto del...