La más mínima posibilidad

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-¿Qué le sucedió?- exclamó el viejo Huu alternando miradas entre la maestra agua en los brazos de Zuko y el Avatar que Sokka había depositado sobre de las raíces del árbol colosal -un relámpago los golpeó a cada uno, están muy graves- respondió la voz temblorosa y angustiada de Sokka al maestro agua que rodeaba a ambos junto con sus compañeros y compañeras -¿ustedes pueden hacer algo para salvarlos, tienen habilidades curativas como ella?- cuestionó duramente el príncipe mientras depositaba a la joven en una raíz cercana a dónde se encontraba el maestro aire -y ¿quién es tu nuevo... amigo?- conocían lo suficiente sobre los maestros fuego y la gente de la nación del fuego para reconocer a uno de los suyos cuando lo veían -es un... conocido de mi hermana- y eso no ayudaba sino que atraía más miradas de sospecha y desconfianza sobre el joven con la cicatriz -¡¿pueden ayudarla o no?!- espetó Zuko frustrado con su inactividad así como latencia.

-Nosotros no podemos hacer NADA-

-¡¡Entonces vinimos hasta aquí para nada!!- la idea de haber derrochado valioso tiempo que Katara necesitaba para seguir viva le hervía la sangre al sobrino de Iroh, el cual se acercó a ellos con los puños a nada de explotar en llamas -calmate- trató de frenarlo Sokka rogando internamente por qué no hiciera alguna locura y tuvieran que someterlo -lo que quería decir es que nosotros, los hombres, no podemos ayudarla porque nosotros no tenemos las habilidades para sanar; pero nuestras mujeres si- eso no bastaba para Zuko, pero cuando menos había sido moderadamente suficiente para evitar que su irá lo hiciera calcinar a todos los presentes, o delatar su fuego control.

La mitad de los hombre se sumergieron en las aguas del pantano desapareciendo entre ellas con la clara intención de ir a por sus mujeres, la otra mitad permaneció en la zona donde se encontraban los heridos, como medida de seguridad ante la presencia del extraño sujeto de carácter explosivo que no inspiraba confianza en nadie. Y aún así, este no se había alejado o soltado la mano de Katara ni un instante, aún cuando el guerrero de la tribu agua forcejeo su hombro para apartarlo.

Finalmente un remolino por cuál los hombres se fueron originalmente se volvió a abrir trayendo nuevamente a los 7 hombre junto con 4 mujeres de distintas edades: dos de ellas de edad moderadamente avanzada rondando entre los 45 y los 55 años, una joven morena de aproximadamente la edad de Katara y una mujer de cerca de 30 años. Las curanderas rápidamente se acercaron a la los dos heridos, instando a los hombres a alejarse, para su desgracia el príncipe de la nación del fuego se reusaban a alejarse.

-Si quieres que ella viva otro día, aléjate de ella y déjanos ayudarla- el hombre primero les dedico una mirada venenosa antes de darle una mirada a una agonizante morena que apenas respiraba -adelante-

Los hombres se habían alejado para darle a las mujeres el espacio que requirieran para llevar a cabo las curaciones necesarias, pero pasada no más de una hora las sanadoras regresaron con miradas de pesar en sus rostros -estan demasiado graves, el niño tal vez pueda sobrevivir si realizamos sesiones de curación diarias por meses pero la chica... Solo tiene un par de días-

-No, no, no, no puede ser, no hay algún remedio o conocimiento antiguo que puedan usar para salvarla- replicó Zuko siendo inundado por la desesperación y el miedo -sus heridas son muy graves, el agua no puede hacer nada por ella- contesto melancólica la mujer de mediana edad -lo único que pude hacer por su novia es estar junto a ella y que se vaya en paz- contesto tristemente la curandera de 55 al joven pelinegro.

-¡No es mi/su novia!- respondieron Sokka y Zuko al unísono -pero aguarde, Katara mencionó algo sobre algo que llamo "agua de los espíritus" que podía sanar casi cualquier herida- la mirada de las sanadoras y el hermano de la chica se iluminaron con esperanza gracias a la información aportada por el hijo de Ursa -¿es posible, pueden usar el agua de los espíritus para salvarlos?- las cuatro compartieron miradas tratando de ponerse de acuerdo y entender los riesgos que acarrearía esa medida tan drástica -es posible, riesgoso y tiene muchas posibilidades de fallar, pero da una mínima posibilidad- afirmó la joven.

-¡Es suficiente para mí, no importa el riesgo, si existe la más mínima posibilidad de salvarla hay que tomarla sin importar que!- declaro abiertamente sin dar siquiera a Sokka el chance de hablar -esta de acuerdo joven, es su hermana después de todo-  el joven no demoró en secundar la elección de Zuko, no importaba el riesgo, no dejaría ir a Katara tan fácilmente.

Yo haré mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora