Poema #24: Caridad (Tercera virtud)

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Aunque yo hablase,
todas las lenguas humanas o angelicales,
si no tengo caridad,
soy como una campana que resuena,
o un platillo que retiñe,
aunque mi aspecto se desaliñe,
con el paso de los años,
la caridad no se pierde,
y además de amar a mis hijos,
amaré a mis nietos,
y si es posible,
a mis bisnietos,
¿Quien soy yo, sin esta,
la mayor de las cosas trascendentales?
Se nos dió un nuevo mandamiento,
que nos amasemos los unos a los otros,
como Jesus nos amó,
es el cimiento de la relación humana,
¡Lloró! ¡Lloró!
El hombre o la mujer,
que pierde a su pareja,
expiró, se esfumó,
como el humo que se funde,
con el aire que respiras,
¿Suspiras?
No sabes el tiempo que te queda,
se va consumiendo la llama,
te ruego que no sea la del amor,
aunque profetice,
con excelencia
y conozca todos los misterios,
y toda la ciencia,
y aunque tenga tanta fe que montañas translade,
sin amor no soy nada,
y el tedio me invade,
misericordia quiero,
y no sacrificios,
el amor está de vicio,
besar, acariciar, abrazar,
manjar bajo un aguacero,
de maldad que recubre,
el mundo entero,
ese será mi ajuar cuando me entierren,
que mis seres más queridos,
me hayan dado un cariño indeleble,
un cielo me prepara el Ungido,
pues sin él soy un pobre endeble,
He aquí el tesoro que nos dejaron nuestros ancestros,
de generación en generación,
¡He aquí el amor!

amor dispuesto y paciente,
no envidioso,
ni presumido ni orgulloso,
no es ordinario o vulgar,
tampoco ávaro,
pues es el Lázaro que guía,
y encuentra tu aguja en el pajar,
no se irrita,
¿Has hecho una cosa detestable?
El amor no tiene en cuenta el mal,
¡da un indulto a los culpables!
Se alegra de la verdad,
y no de la injusticia,
pues a esta última la tiene reclusa,
en una cárcel de niebla,
donde a tientas dará con sus víctimas,
por lo tanto,
sus tretas serán ínfimas,
todo lo excusa,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo tolera,
el amor nunca falla,
es la contraparte del odio,
al que le da una batalla,
entre esta virtud, la fe y la esperanza,
el amor es más grande,
¡Deja que en tu vida mande!
Compartamos con alegria,
esta perla de los mares,
a nada la compares,
A una madre tienes que quererla,
a un padre tienes que honrarlo,
a un incrédulo tienes que pescarlo,
¡Ama también a tus amigos,
y a tus amigas!
Ora por tus enemigos,
camina por el prado,
aléjate de las ortigas,
acoge el regalo del Amado



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