Cuento #18: El Gato Y La Bruja (3a Parte)

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Por la mañana, a eso de las 11, el padre Zacarías llamó a nuestra puerta. Parece que el plan iba viento en popa. No me parecía de buen gusto y costumbre escuchar conversaciones ajenas, así que me quedé alejado. No escuché ninguna discusión, por lo que consideré que su corazón se había ablandado y eso me alegró el semblante. Esa misma tarde, poco antes de la Misa mi ama salió, así que supuse que iba ella. En el tiempo que estuvo fuera, me puse a rezar todas las oraciones que sabía, incluida la de Daphne, por si estaba en el Purgatorio. Mi ama volvió muy contenta y yo también estaba feliz. Sacó unas velas, y yo, ingenuo, pensaba que eran por una buena causa, pero lo que oí y ví hizo que mi pequeño corazón gatuno diera un vuelco de 360 grados. Se puso a rezarle como si fuese Dios, para que la protejiese, y le ofreció incienso y comida, ¡como si fuese un ídolo! Esa noche, antes de acostarme, lloré y lloré, recé y recé y dije para mí mismo:
-No ha entendido el sacrificio de Jesus, nuestra Santa Misa, está metida de lleno en todo tipo de vicios, ¡Señor, Señor que puedo hacer! ¡Dame una solución!
Me desperté, ya sin ganas de nada. Fui al callejón e intentemos planear planes, pero no se nos ocurrió nada. Siempre había muchas pegas. Nos juntemos a rezar todos los gatos del barrio, intentando encontrar una solución de parte de Dios, ¡y vaya si la encontremos! No hicimos ningun esfuerzo más aparte de orar, y siempre creeremos, mis amigos gatos y yo que fue fruto de la Divina Providencia, no del azar. Era el día de Halloween y como todos los días cercanos a esa fiesta, teníamos que estar en nuestras casas antes del anochecer, pues se nos sacrificaba al Diablo, muchos amigos míos perecieron de esta catastrófica forma. Volvía yo de rezar, con el miedo metido en el cuerpo por si me capturaban y me hacían daño, crucé la calle a unas manzanas al sur de mi casa, cuando un grupo de chicas jóvenes, con unos vestidos rojo sangre me cogieron de la cola violentamente y me metieron dentro de un saco, ¡fue horrible! ¡Porque sois muy pequeños nos sabíamos lo mal que lo pasabamos los gatos en esa época! Mientras una sostenía en alto el saco, comenzaron a darme patadas y puñetazos, maullaba y maullaba de dolor, hasta que por fin se cansaron y las oí decir:
-Uno más para el sacrificio del pentáculo
-Este gato será una buena ofrenda para el Principe de las Tinieblas.
Se reían a carcajadas y yo ya estaba magullado. A lo lejos ví alguien caminando y por el ruido de las pisadas pude deducir que era mi ama, "¡Por fin! ¡Ayuda humana!"-dije para mis adentros, estaba muy feliz de saber que salvarían mi pellejo en unos instantes, así que para llamar más la atención del transeunte maullé muy fuerte. Entonces, oí decir a mi ama:
-¡Ey! ¡Vosotras! ¡Ese gato es mío! ¡Dejadle en paz!
Mi ama había regresado para hacer justicia, aunque en esos tiempos iba por el mal camino, todavía apreciaba a los suyos, entre los que estaba yo, un humilde minino. Mientras estaba dentro del saco, gimiendo de dolor, oí una pelea estrepitosa, llena de golpes y palabras, que como gato de buenad costumbres y conservador que soy, bo me atrevería a repetir aquí. Supe que todo había terminado cuando oí correr a alguien, he de suponer que fueron las que iban a sacrificarme. Maullé de alegría, ¡mi ama me había rescatado! Ella abrió el saco y acariciándome me besó y acarició con mucho esmero. Rapidamente me llevó al veterinario donde fui sanado. Volvimos a la casa a las 1 de la noche. Entonces mi ama se pronunció y se arrepintió de todo lo que había hecho, lo ratificó con estas palabras:
-Así que esto es lo que le hacen las brujas a los pobres animales... Son muy crueles, ¿no te parece, michu?
Sentada, me puso en su regazo y dijo,, como sabiendo que entendía perfectamente de lo que estaba hablando:
-Las brujas son malas, mi madre, Daphne, sabía perfectamente de estas cosas, y rezó intensamente para que hubiera paz en el mundo. Los ídolos ni son buenos. ¿Ronald, sabías que he tenido un sueño precioso? He soñado que me ahogaba en un mar muy profundo y cada vez estaba más hondo, en ese momento una mano amiga me cogió del brazo y tiró hacia mí, a la superficie, casi sin esfuerzo, cuando ya estaba en tierra firme, reconocí quien era, era Jesus
En ese momento me llené de alegría y maullé, animado, Jesus la había salvado. Estaba tan cansado emocional y fisicamente hablando, que me dormí poco después. Cuando desperté en la mesa ya no había brebajes, pociones, o muñecos vudú, sino uns Biblia, un Rosario y un escapulario. Mi ama finalmente se convirtió y fue feliz, también yo, por supuesto"

Cuando hubo concluido el relato de sus aventuras, ya era bastante tarde.
-¿Que os parece la historia, mis nietecitos? - preguntó el anciano gato
-Fue espectacular tu intervención en ls historia, abuelo- concluyó George
-No soy más que una herramienta, que toda la Gloria sea para el Dios de las Alturas- dijo Ronald
-¿Nos contarías otra abuelo? - preguntó Rupert.
-Es muy tarde, debeis dormir, es necesario para vuestro cuerpo. Otro día será, y la proxima historia que os cuente os sorprenderá aún más.
-¡Viva!- gritaron los jóvenes al unísono.

Todos estaban cansados, y se durmieron pronto.

FIN

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