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«Ya está

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«Ya está. Se había acabado y, aunque sabía que tarde o temprano iba a pasar, no estaba preparada para ello»

Abby Payne

La joven salió rápido del campus para tratar de llegar a tiempo a la quedada con Mike, el cual le dijo por mensaje que ya la estaba esperando en la cafetería que habían acordado reunirse.

En su carrera por las calles de aquel lugar, mientras trataba de no llegar tarde a pesar de que se había entretenido en su última clase del día, su mente iba pensando en otras cosas que no debía. Como lo que le repetía su padre día y noche, haciéndola sentir inferior por aquel mismo tema de siempre.

Por el mismo tema por el cual ella no tenía amigos, nunca había tenido novio, ni mucho menos una relación íntima.

"Le asqueas a todo el mundo. Nadie te querrá en la vida porque les repugnas" —recordaba las palabras de Theo que le repetía siempre.

Le hacía sentir menos persona, a pesar de que tomaba medicación para ello. Pero ya se lo repetía tantas veces que hasta ella se lo pensaba. Y se sentía peor persona cada día que pasaba y no se lo confesaba a ninguno de sus amigos, sobre todo a Mike.

Es por ello que, cuando llegó a dicha calle donde se encontraba la cafetería en la que habían quedado, Abby se quedó fuera del escaparate del lugar y vio como Mike estaba mirando la carta mientras la esperaba a ella tranquilamente.

Verlo allí con aquella ropa del equipo que solía ponerse y ese rostro tan perfecto, le hizo pensar que no estaba siendo sincera para nada con él. Que temía decirle la verdad sobre ella, que temía que se burlase y le hiciera un gran vacío como en el pasado. Pero él merecía saberlo si quería seguir siendo amiga de él o no.

Quizás ni quería acercarse más, quizás haría que las únicas amistades que tuviese se alejasen de ella... Pero merecían saberlo, sobre todo Mike y Johanna. Pero no sabía en que momento decírselo a ambos.

Era ese día o nunca, por lo que sus nervios empezaron a juntarse y entró en la cafetería, al más estilo ochentero con sus sofás rojos y los trabajadores con aquellas ropas del mismo color. Miró a Mike, el cual seguía despistado hasta que este levantó la mirada y Abby juró que sus ojos brillaron nada más verla.

—¡Abby! —dijo levantando su mano, levantándose del asiento.

Para la sorpresa de la universitaria, Mike la tomó de las caderas y acercó su rostro perfecto sobre el suyo, para dejar un casto beso en la mejilla de la joven quien se quedó sin aire. No sabía como reaccionar cada vez que él le hacía eso, pero aquel día colocó sus manos sobre los hombros anchos del deportista y disfrutó de ese momento como nunca.

Cuando Mike se alejó de ella dejando que se sentase primero en el sofá que había frente al suyo, Abby dijo;

—Siento llegar tarde. El profesor se extendió en las explicaciones de contabilidad —respondió sin aquellas gafas tan grandes que solía ponerse, dejando ver mejor a Mike aquellos ojos marrones de Abby que tan loco lo volvían.

Experimenta Conmigo [+18] | NUEVA VERSIÓN 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora