4.- Matarte involuntariamente.

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Pov. Rubén.

Desde ese día todo se volvió jodidamente extraño, pero eso luego se los contaré.

-Vale... ¿está despejado? -pregunté en un susurro.

-Sih, tu ven. -Comenzamos a correr, vale, si, habíamos subido a la azotea de un edificio privado, pero salir fue más fácil que cabrear a mangel, y figense que cabrear a mangel si que es fácil cuando tienes argumentos. pero no importa.

-Vale, se hace tarde. -Dije mirando como el cielo lentamente se tornaba oscuro por la llegada de la noche.

-¿Me ehperah? debo ir a buhcar argo donde er cheeto.

-¿Tú amigo el drogadicto? -Hice una mueca con los labios.- Sabes que no se me da eso de andar con tus amistades tan raras.

-¿Amihtadeh rarah? Lo dice er que tiene de amigo un tíoh muh raroh, ¿Como se llamabah? ¿Aleh? -Dijo agarrando mi mano.- Andah, no seah aburrioh, dame cinco minutoh.

-Vale.- Bufé con bastante mala leche. Cheeto era la hostia, era muy gracioso y todo eso, pero me daba algo de miedo ese tío, por que siempre anda con un porro en la mano.

Caminamos un rato en silencio, escuchando solo nuestras pisadas sobre las piedras y la tierra. Serían las 9 de la noche ya, quedaba mucho tiempo, la noche era joven.

-¡Eh, Holah tío! -Saludó feliz mangel a cheeto, este estaba sentado en plena vía publica con un porro entre los dedos, al vernos sonrió, y se levantó de su lugar.

-Holah chavaleh, ¿Qué tal? -Sus ojos estaban algo rojos y sonreía algo más de lo normal.

-Hola cheeto. -Sonreí, este se acercó y me abrazó en modo de saludo. Miré a mangel, con ganas de estallar en carcajadas, el solo se puso la palma en la boca, intentando no reír.- Eh tío, ¿Tan emotivo andamos?

-Eh que haceh mucho que no noh veiamoh. -nos separamos y solo sonreí.

-Valeh, cheeto, nesecitoh un favoh, ven. -Ellos se apartaron unos metros, ni puta idea de que hablaban pero ya qué. me quede ahí mirando hacia cualquier lugar, esperando a que pasara en tiempo.

-¡Rubén! -Escuché y sentí como se me congelaba la sangre.

-¡¿Enana?! ¿Estás loca, que haces acá? -Corrí hasta ella, su respiración era fuerte, me agache a su altura.- ¿Qué pasa?

-Mami y él señor están peleando denuevo, me escapé de casa para venir a decirte, por favor, debes detenerles.

-Mami y el señor siempre peleean, ¿Qué tiene de raro? -Dije suspirando.

-¡Él señor sacó el arma, rubén! ¡Mami no es una persona loca ni mala, por favor ven!

-¡¿El arma?! ¡ME CAGO EN LA PUTA! - Grité frunciendo el ceño, miré a mi hermana.- Tú no debes decir eso, es malo... -Ella asintió.

-¿Qué coñoh pasa acá? -Me giré y venían cheeto y mangel, vale, tranquilo rubius, no puedes ir con la enana, ¿Y si pasa algo grave? ¡debo apresurarme! Mierda.

-Hay problemas en casa, debo ir. -Dije de manera firme.- ¿Me cuidan a la enana? es peligroso ir con ella, por favor. -Dije de manera apresurada, el tiempo corria.

-Noh hay problemah. -Comentó cheeto con ese aire de no entender un carajo, pero ahí estaba. Miré a mangel.

-Tú ve tranquiloh, yo te la cuidoh, y cuidao'. -Dijo Mangel.

-Gracias. -Sonreí mientras me giraba hacia mi hermana.- Escuchame, iré a casa a parar todo, y cuando sea seguro te vendré a buscar, ¿Vale? se buena con el tío Mangel y el tío Cheeto. -Ella asintió y yo comencé a correr, las calles eran trancitadas a estas horas, esperaba llegar lo más pronto posible a mi casa, y que no fuese demasiado tarde.

Al llegar desde afuera se escuchaban los gritos de ambos, me enfrento a cualquier cosa, hasta a un tío con arma de fuego, pero lo haré solo para salvar a mamá. Pateé la puerta a lo pelicula de acción mientras avanzaba a paso firme, sintiendome poderoso, cuando ni tengo y con qué defenderme. lol.

-¡¿Mamá?! -Pregunté al llegar al salón de la pequeña casa, estaba el señor con un palo, ¡¡¡UN MALDITO PALO!!! Al parecer buscando a mi madre, en el suelo había sangre, un poco, pero había... Oh no.

-¿Rubén? -El tipo este me miró y al instante frunció el ceño.- ¡¿OTRA VEZ INTERPONIENDOTE ENTRE UNA RELACIÓN DE PAREJA?! ¡YO NO TE EDUQUÉ ASÍ!

-¿ESTÁS DE COÑA? SUELTA EL PALO, ANTES QUE QUIERAS QUE TE LO META POR EL CULO. -Dije acercandome a él.- ¿Donde está mi madre?

-No lo sé, la muy puta se acaba de escapar.

-No te atrevas a llamar puta, a mi madre.- Este tío se llevaría fijo unas patadas en el culo.

-¿Y quién eres tú para prohibirmelo?

-Yo soy ÉL Rubén Gundersen. -De un movimiento rápido le arrebaté un palo.- ¿Otra pregunta?

-¡ENTREGAME ESO! -A cambio el sacó su pistola, esto no era un trato justo, y me la estaba jugando con todo.

-Te jodes. -Con el palo le golpeé en la cabeza, tan fuerte, que hasta me dolió a mi. -¿Seguirás insultando a mi madre? -Él se calló, estaba en el suelo, sosteniendose la cabeza.- ¡¿ME ESCUCHASTE, MALDITO?! -Golpeé sus costillas de una patada. el chilló de dolor.

Se levantó, pero al parecer no había acabado, ya que me lanzó un vago balazo pero era tan imbécil que ni me rozó. Fue entonces cuando se lanzó hacía mi, golpeandome el estomago. Me recobré y le mandé un puñetazo en la boca, el repitió mi acción, solo que 4 veces más fuerte, cosa que hasta sentí el sabor a sangre en mi boca.

-¡YA BASTA! -Le golpeé el estomago, y aprobeché de levantarme para golpearle en un solo lugar, en donde le dolería por semanas.- Dile adiós a tus hijos, puto.- Patada tras patada.

-¡Ellos se irán, pero y él que está dentro de tu madre qué! -Esa fue la gota que revasó el vaso. Una patada en la cabeza lo dejó inconsiente.

-¡Mamá! -Comencé a llamarle, de manera desesperada, pensando en lo peor.

-H-hijo. -Escuché su voz, débil, corrí hasta su habitación y estaba sentada en el suelo, se sostenía el estómago y respiraba agitadamente. Algo dentro de mi se rompió.

-Mamá... -Me acerqué a ella y a cargué hasta su cama, le recosté y le acaricié el cabello.- ¿Como te sientes?

-No pasa nada... Estaré mejor mañana. Estará todo bien, mañana...

-Duerme, necesitas descansar. -Le dije en un susurro, mientras besaba su mejilla y salia de la habitación.

-¿Qué hago yo contigo?... -Le pregunté al cuerpo inconsiente de ese hombre en mi salón.- ¿Existe una manera involuntaria de matarte, para que paremos de sufrír, maldito bastardo? -Le golpeé el ojo una y otra vez.- Para que te acuerdes de mi, mal nacido.

Vivir La Vida. (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora