29.- Después del túnel, hay salida.

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(Este es el primer capitulo que escribo con más de 2000 palabras, siéntense y disfruten de la lectura papá.)

Narra Rubén. 

-Y entonceh dijimoh ¡OSTÍA PUTA! y entramoh a la casah pa' cubrirnoh de loh balazoh de loh locoh ehtoh. Que si noh, noh mataban y toh. -Dijo Cheeto, sonando más convincente de lo que pensaba. 

-¿Y qué hacía aleh sin playerah? -Mangel se cruzó de brazos, quedando en pose Turn down for what de forma instantánea, casi veo unos lentes pixeleados pero era pura ficción.

-Esoh eh una hihtoria aparte, luego os contaréh. 

-¡Es que machoh, tú y tú maníah de dejar lah hihtorías inconclusah! -Esta vez alzó los brazos al aire, yo y alex veíamos la discusión con una gran sonrisa. 

Me aparté unos segundos de ellos y caminé hasta donde estaba Antonio aún con el móvil en la oreja, se le veía cabreado, me acerqué en silencio para no espantar o para que no me matase. 

-¡Pero es que como coño quieren que entre yo! ¡Ellos son unos malditos locos, con armas! ¡ARMAS! ¡A mis compas y a mi nos van a rajar un tiro que...! -Se giró y me miró, se calló unos segundos y luego solo dijo.- ¿5 minutos? Os esperamos. 

-¿Pasa algo, Antonio? -Susurré, cuando vi que la llamada había finalizado.

-Pasa que estos cabrones no me creen que tenemos al ex encarcelado y al drogadicto de Marck con una menor ahí secuestrada, pero lo arreglé, llegan en cinco minutos con patrullas y todo el rollo. 

-Oh... -Desvié la mirada hacía los chicos, que al parecer ahora se pegaban codazos mientras ''discutían'' ... Madre mía... 

-Te ves más tranquilo, Rubén.- Volví a mirar a Antonio, que me sonreía.- Tú tranquilo, que todo saldrá bien, tu hermana estará sana y salva y todo volverá a ser normal, te lo prometo. 

-Vale... Tengo que agradecerte por todo lo que estás haciendo por nosotros, Gracias, Antonio. 

-No, no me agradezcas, tío. Fue mi culpa que le estén haciendo esto a la pequeña de tu hermana, yo solo me estoy encargando de arreglar mis errores, además, de que digamos que Marck me debe una buena pasta. 

-¿Si? -Moví los labios, haciendo una mueca. 

-Si, hace un tiempo le vendí unas municiones a un tal Diego... Diego de la Mattaz, creo, Y el cabrón se quedó con toda mi parte. 

-¿Diego de la Mattaz? -El asintió.- ¿Un morenito bien feo y gordo? -Volvió a asentir un poco más extraño.- ... ¿Es drogadicto?... 

-¿Lo conoces? -Alzó una ceja, su cara reflejaba duda en su máxima expresión 

-Un bravucón chismoso que era mi compañero, que me hacía la vida imposible y una vez casi me vuela el cerebro con una pistola. 

-Oh... -Asintió, como entendiendo lo que decía.- Bueno... En fin... Tú tranquilo, tío, que encontraremos a tu hermana sana y salva, ¿Vale? 

-Vale.- Le sonreí, se me acercó y me abrazó de una forma muy varonil y para nada homosexual, me dio unas palmaditas en la espalda y solo se apartó sonriendo. 

Nos acercamos a los chicos que ahora hablaban de lo pasado, Cheeto nos comentaba que hace tiempo un vagabundo se quería hacer pasar por un tío de él solo para conseguir una porción de mercancía. Alex nos contó que cuando pequeño le gustaban mucho los dinosaurios, que tenía figuras de ellos y de que aún se sabía millones de tipos de ellos, finalizó con un ''Que lastima que se han extinguido''. Mangel contó una anécdota que una vez cuando llegó a su casa un hombre le intentó vender ''Marihuana'', pero que solo era Hierba sacada del parque. A pesar de las anecdotas, yo seguía en mi mundo, pensando en que le podrían estar haciendo a la enana, ¿Seguirá viva? ¿Le habrán echo algo? Como si... Se encargaría de matar con sus propias manos a Marck. 

Vivir La Vida. (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora