¡Te encontré! - MyungYeol

Capitulo 02. "Visitas"

El reloj marco las dos de la mañana, por mucho que intentará tratar de dormir un poco, SungYeol simplemente no podía, la idea de ir a la cárcel lo llenaba de miedo, no quería ir a ese lugar, el no era ningún asesinó, su único error fue enamorarse de la persona equivocada. Muchas veces sus papás le dijeron que estar junto a Niel no era bueno, que tarde o temprano terminaría mal, y vayan que tuvieron razón.

— ¿Cómo un simple Omega pudo matar a ese enorme alfa?, por más que lo pienso no logro entenderlo pero supongo que los celos y el ciclo de calor les hace perder la razón — comentó uno de los oficiales que venía en la patrulla — Debes cuidarte niño, allá adentro es un infierno

— Ya les dije que no mate a nadie. No pienso hablar sin que mi abogado este presente — contestó molesto, por muy asustado que se sintiera no lo demostraría, sería fuerte para enfrentar todo lo que viniera.

— JAJAJA ¿abogado?, Eso... — la patrulla se detuvo bruscamente. SungYeol rápidamente miró hacia las ventanas, pudo ver enormes árboles a las orillas parecían estar detenidos en medio de una carretera, eso puedo ver por las luces de la patrulla.

— ¿Dónde estamos? —  preguntó alarmando, esto no debía ser normal.

—  ¿Qué pasó? — preguntó el oficial tocando su arma pero su compañero, que venía manejando, no respondió solo bajo del auto y abrió una de las puertas traseras. Aquello asustó más al omega.

—  ¡¡No sé acerque!!, ¡¡No No No!!! —  gritó arrinconándose al otro extremo de la patrulla. — ¡¡Aléjate!! — pidió comenzando a llorar, esto debía ser una horrible pesadilla. El oficial, quién tenía mucha más fuerza, lo tomó de los pies y lo jalo para acostarlo en el asiento trasero.

— Tranquilo, no quiero hacerle esto a un Omega tan lindo como tú pero son órdenes — contestó el oficial sonriendo antes inyectarle un sedante en el cuello.

— No me toque... — su voz comenzó a debilitarse, solo bastaron un par de segundos para que SungYeol se quedará completamente dormido.

— Shhh shhh...

~•~

Sus ojos se sentían pesados, poco a poco comenzó abrirlos, no tenía la suficiente energía como para levantarse, todo el cuerpo le dolía. Se despertó bruscamente al recordar todo lo sucedido del día de ayer. Miro a su alrededor, estaba en un enorme cuarto con paredes oscuras, lo único que había ahí adentró era una pequeña mesa de madera vieja, en un pequeña ventana con un vidrio opaco y la cama donde estaba acostado.

— ¡Agh! — se quejo, no tenía puesta la ropa de ayer sino un pantalón y una enorme camisa de color gris.— ¡¡Sáquenme de aquí, soy inocente!! — gritó mientras golpeaba repetidas veces la puerta de la habitación. — ¡¡Mamá, Papá ayudaaaaa!! — seguía gritando, segundos después un oficial muy molesto llego.

— ¡¡Ya cállate!! —  gritó pateando la puerta — Sino quieres ser castigado, contrólate estúpido Omega — contestó abriendo la puerta de la habitación, tomo la muñeca de SungYeol.

— ¡¡Suéltenme!!, ¡¡No me toque!! — se quejo tratando de soltarse de su agarré.

— ¡¡Ya cállate!! — gritó el oficial golpeando con su puño el estómago del Omega, este cayó de rodillas al piso por la falta de aire. - Allá afuera los betas son los esclavos de Omegas como tú, que solo nos humillan - se agachó jalando del cabello a SungYeol para que lo mirará. — Pero aquí, los betas son lo que mandan, así que andarte con cuidado, mocoso — lo empujó

SungYeol lo miro con recelo tratando de controlar su respiración.

— Ahora quédate quieto — le ordenó sacando un pequeño collar grueso estilo choker de color negro de su bolsillo del pantalón para ponerlo en el cuello del Omega.