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Me acerque a la vela y encontré de nuevo al desconocido, con llaves en mano mientras guardaba la libreta de visitas. Se dio cuenta de mi presencia, pensé que le espantaría, pero no fue así.

Rasque mi cuello avergonzado por distraerme.

— Lo siento — suspire — creo que me deje llevar por el bonito lugar — reímos por lo despistado que era.

— No se preocupe, ¿eso quiere decir que le gusta la casa? — levantó una ceja y no dejó esa seguridad que tenía.

— Si, la quiero. Por el precio que tenga —

El chico sonrió aún más y muy pronto saco de su mochila unos papeles, me dejó sentado leyéndolos, mientras el hacia una llamada.

Leí lo que decían aquellos documentos, no los iba a firmar en este momento, lo dejaría a mi abogado.

— Perfecto, mañana la persona a cargo de la venta lo verá y se asegurara de explicar todos los incisos del contrato — el chico había regresado y supongo que con quien había hablado fue con el encargado.

— Claro — mientras me daba la ficha para saber el lugar y la hora acordada para comprar esta casa, una pregunta llego a mi "¿Quién era el?".

Bueno, eso no me iba a quitar el sueño, tal vez era un asistente.

— Oh cierto, se me estaba olvidado — me quite el suéter, lo doblé y se lo entregue — se lo agradezco —

— Es un placer, por cierto me llamo Jimin — estreche su mano — estos lugares llegan a ser muy fríos, pero este es un buen vecindario, aquí somos amigables, cualquier cosa que necesite me puede llamar —

Y una nueva duda atravesó, no pude ocultar mi confusión. "Jimin" se rio y volvió a repetir.

— Yo también vivo en esta cuadra, mi casa es la contigua — señaló a su izquierda.

Me sorprendió, pero no por mucho al saber que él sería mi vecino, y si decía que todos los vecinos eran igual de amigables, no tendría problemas con nadie. Este lugar era un sueño.

Jimin me llevó al centro comercial, al igual que yo, él necesitaba comida que comprar.

Después de darme un pequeño tour por el lugar, me dejo en una tienda de ropa, aprecie su ayuda y sentí la obligación a regresar el favor, así que ofrecí acompañarlo al supermercado, el cual acepto.

No soy de ser amigos, la verdad Hoseok se acercó a mí y con insistencias se volvió mi mejor amigo, soy muy tranquilo y dejo mejor que la gente hable y yo solo escucho.

Es así como Jimin, la mayor parte del tiempo hablaba acerca de buenos productos del estado. Al no ser de Estados Unidos debía conocer todo acerca de este lugar. Doy gracias por haberme quedado embelesado en la casa que así pude conocer a Jimin, me siento más tranquilo, no creo poder hacer muchos amigos aquí, pero conocer a alguien como Jimin es una bendición.

Tuve muchos escenarios y hasta pensé que me robarían el primer día. Me muero de risa por lo negativo que tal vez puedo ser. Aunque no me puedo confiar mucho de la primera persona que vea. Así que no me confiare tanto de Jimin.

— ¿Necesitas que te lleve a tu hotel? — dice de la nada mientras miro algunos dulces, a la espera que nos cobren.

— No hay necesidad, muchas gracias Jimin. Mi hotel está del otro lado de la ciudad, tomare un taxi. Es más fácil —

— Está bien — volví a mi tarea de elegir un dulce para el camino, cuando una brisa fría recorrió mi cuello, el escalofrió volvió a mí — veo que estas temblando, te daré mi suéter, me lo puedes regresar mañana o cuando te instales en tu nueva casa — Jimin se quitó su suéter y volvió a insistir en que lo usara, por más que quería decir que no, el frio que tenía, me obligó a tomarlo.

Esa fue la primera señal. Debí de hacer caso a mis sentidos, en que aquella sensación me seguiría durante algunos días en mi propio hotel.

La compra se concretó. Le di las buenas noticias a Hoseok y el me felicitó por haber encontrado un lugar tan prometedor. Me aseguró que vendría a visitarme con Taehyung en cuanto los extrañara.

¡Todo iba tan bien!

La casa estaba amueblada, por lo que la compra fue un poco más elevada pero aceptable. En cuanto llegue junto con mi equipaje, admire mi nueva casa.

Era tan bella, pequeña y cómoda. ¿Cómo decir que no?

Era el sueño que no sabía que podría desear.

Al entrar todo lo que recordaba seguía ahí, los pasillos parecían que brillaban con la luz de la mañana; era extraño que yo despertara tan temprano, en Corea no era así, siempre me ha gustado dormir, pero cada vez que me sentía inspirado, no se me cruzaba dormir.

Era una buena señal.

Cada casa se encontraba alejada a una buena distancia, pero lo bastante cerca para verse y saludarse. Era perfecto. El olor a canela no dejó la estancia.

Me recordó un poco a Jimin, me pregunto ¿dónde las habrá comprado? Sin duda se lo preguntaría cuando lo viera.

"El suéter"

Era verdad, casi se me olvidaba. Me dirigí a la casa de Jimin, a la vez tenía tiempo para observar todo el vecindario.

"Sin duda iré a caminar cerca del lago".

Cuando toque la puerta de su casa, a los segundos Jimin abrió, se sorprendió y me felicito por comprar la casa. Le di gracias por su ayuda y le devolví el suéter, además de comentarle mi ida al lago.

— Bueno, no debería espantarte en tu primer día, solo ten cuidado por las orillas hay musgos y a veces la tierra no es tan firme como se ve —

Vudu Doll - jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora