~B~

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— Bueno, no debería espantarte en tu primer día, solo ten cuidado por las orillas hay musgos y a veces la tierra no es tan firme como se ve —

— No lo olvidare, nos vemos —

Deje atrás las casas y muy pronto pude contemplar las orillas del lago. El agua estaba tan cristalina que se veía un espejo del cielo, quité mi tenis y me acerque a tocar la orilla: estaba muy frio, tan frio que recorrió mi columna demasiado rápido. Poco a poco me fui aclimatando y seguí caminando por la orilla, me refugie en un árbol y jugué con el lodo, con mis pies.

El sueño pronto llego a mí, no sabía si era buena idea tomar un descanso y acostarme aquí, ¿alguien podría asaltarme o algún animal me podría picar? Podía ser, pero el sueño se volvía más pesado, que decidí jugarme mi destino al dormir en este mismo lugar. Esperaba que fuera solo unos minutos.

Cerré los ojos, pronto supe que navegaba en sueños, porque frente a mi habían sombras danzando sobre el lago. Pero no sentía que fuera un buen sueño, me dio escalofríos los sonidos de mí alrededor. Era gente que venía danzando y rezando palabras al azar, parecía un festival, pero no pareciera algo tranquilizador. Sonidos de graves a agudos y sonidos de tambores resonaban.

Aquella calenda no hacía más que acercarse al lago y sentarse a la orilla muy cerca de mí. Tenían la piel oscura y su rostro no se les veía, parecían ser sombras, pero al contrario de las que estaban aún danzando sobre el lago, estas tenían ropa antigua.

Parecía que la oscuridad se hacía más densa, y ahora las personas susurraban. Eso me estaba dando aún más miedo, las ramas detrás de mí crujieron; el frio y la sensación de que algo había a mis espaldas se hicieron presente, mi cuerpo se quería levantar, pero el miedo me hizo quedar. Me iba a dar un paro cardiaco si no me despertaba. Por el rabillo del ojo vi a una sombra que se hacía notar acercándose, sin duda eso venia hacia mí.

"Esto es un sueño", "es un sueño", "debe ser un sueño".

Con una plegaria volví a cerrar los ojos, pensando en que si no lo veía tal vez esto acabaría. Seguí rezando y pronto los susurros dejaron el lugar, aquel presentimiento se fue de igual forma.

¿Te acuerdas de la sensación que tienes cuando despiertas de una pesadilla?

Era lo mismo que experimente pero con dolor en el cuerpo por las pequeñas piedritas que se incrustaron en mi espalda. No importa tanto.

Me acomodo aun en shock, sabía que todo fue una pesadilla, aun así, estaba recordando lo poco que no se había borrado de mi mente. Todo lo que ahora recordaba era solamente esa sombra que se encontraba detrás.

El cielo estaba limpio aunque se veía que pronto llegarían algunas nubes.

Mire de nueva cuenta el lugar, lejos se veían a algunas familias y chicos jugando en el agua. Vaya sí que tuve suerte de que nadie me viera. Podrían haberme asustado o robado, o yo los habría asustado.

Reí por las tonterías que podían suceder.

Me levante y seguí mi camino, con mis tenis en mano.

A lo lejos, por el camino donde pasaría, llegue a ver a un sujeto tomando algas del lago. Posiblemente para algún experimento o tal vez medicamento.

Cuando tenía tiempo, podía pensar en muchas explicaciones o simplemente divagar por respuestas de cualquier tipo.

Sin evitarlo me había acercado a él, iba a ser algo raro lo que a continuación haría, pero sería más incómodo alejarme sin decir alguna palabra, eso pensaba.

— Hola, buenas tardes — pare para tener una plática pequeña.

El joven, posiblemente de mi edad o un poco más grande, me mira extrañado más me devuelve el saludo — hola... ¿eres nuevo por aquí? —

— Si, de hecho es mi primer día por el lago — continúe.

— Eso explica por qué estas por este lado del lago y hablándome — su tono no fue grosero pero no me parecía que le agradara hablarme.

— El lago es muy tranquilo en las mañanas, solo estoy de paso por curiosidad... — intente ser cortes y mejor no alargar más la plática — supongo que aquí no hay restaurantes — deje que el extraño hablara pero solo dedicaba a guardar sus frascos.

— No, no hay, solo te puedo aconsejar que fueras a la casa de la señora Kendall, ella es la más cercana, a menos que quieras caminar 30 minutos — él se levantó por fin.

— Me suena bien, ¿podrías decir dónde buscar a la señorita Kendall? — el extraño ríe, vaya parecía tan frio hace unos segundos.

— Si le dices señorita la harás sonrojar y puede que hasta quiera casarse contigo, voy hacia ella, puedes venir —

Convencido le acompaño y volvemos hacia donde están las demás familias. Entre la gente que se nos quedan mirando veo a Jimin acompañado de sus amigos, le saludo y él aunque sorprendido llega hacia mí, deteniéndose también mi guia.

— Yoongi que bueno verte, ¿A dónde te diriges? —

— Tengo hambre, iré a buscar un poco de comida — señalo a mi acompañante el cual frunce su ceño.

— Puedo invitarte de comer, vine con algunos amigos y tenemos comida suficiente — Jimin me toma del brazo pero con gentileza le paro.

— Agradezco tu invitación, pero no puedo dejar el antojo de ir a comer con la señora Kendall — pensé que también sería una grosería decirle que ya no necesitaba al otro chico.

— La señora Kendall... si ella suele tener un buen sazón, ¿sabes cómo llegar? —

— Si, de echo él me está guiando —

— Está bien —

Aquella situación me hizo abrir los ojos: en primera no sabía el nombre del extraño y la otra era que tanto Jimin como él no se llevaban.

— Bueno, te veré luego— le palmee el hombre amistosamente a Jimin y me fui alejando junto con el extraño.

Vudu Doll - jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora