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Ni siquiera el estar en el supermercado me salvo de aquella sensación. Me sentía un loco. Esto no era normal.

Sentía una presencia al caminar por los pasillos. Por el rabillo del ojo vi una silueta caminar hacia mí, armado de valor, gire para enfrentar lo que sea que era: era un trabajador que solo acomodaba los productos de la tienda.

Me sentí muy tonto, es bueno que nadie me haya observado.

¿Por qué me siento perseguido? ¿Será solo mi imaginación? ¿Tal vez sea de la influencia de leyendas de este lugar?

Me pregunte muchas interrogantes como esas, dentro del centro comercial y también de regreso a mi casa.

Regrese con la familia de hermanos y muy pronto ellos me lo agradecieron, me invitaron a cenar pero no podía. Ya había cenado en el centro.

Y cada noche que pasé no mejoró, hasta que me di cuenta que debía tener conmigo al muñequito que me hacía compañía. Me plantee que necesitaba una mascota.

Cuando podía olvidar esa sensación, era en las tardes cuando el sol estaba en su esplendor, me concentraba en mis pinturas y letras de mis canciones.

"te he enviado un obsequio, la entrega llega este día a ti, no me lo agradezcas"

"espero pronto ir de visita"

En la mañana fue el mensaje lo que me despertó.

— ¿Qué locura habrás hecho, Hobi? — me prepare para este día, además de la sorpresa de Hoseok, Mark hoy se mudaría, Kendall quedo de venir al atardecer para despedir en mi casa a él.

La puerta suena y veo que es un paquete muy grande, llega a mi altura, firmo los papeles que avalan la entrega. Tan rápido como tengo en mi sala aquello lo abro y lo que veo no me lo creo.

— Es un piano — no era moderno, eso era lo que me encantaba, parecía viejo pero en buenas condiciones — Hoseok te amo — fascinado toque las teclas; era bellísimo y ninguna nota sonaba mal.

Esta noche Mark no lo olvidaría.

Termine el último trazo del retrato de Mark, lo coloque con cuidado sobre mi cama y busque papel para envolverlo, mientras se iba secando.

La mente es confusa y poco predecible, ¿o solo será en mi caso?

Creí que me estaba volviendo loco, cuando de la nada, la pintura que había puesto en mi cama desapareció, pero no desapareció físicamente; el retrato de Mark ya no estaba, lo que si estaba pintado sobre el lienzo eran los ojos de alguien.

Me recordaron a Jimin.

Cerré los ojos por lo traumático que fue. Caí en el piso de mi habitación impactado.

— ¿Qué me pasa? — me sentía vigilado y por fin llore, todo lo amargo y mal que sentía lo desquite al llorar.

No creía estar tan estresado.

Las lágrimas seguían saliendo.

Mis brazos y piernas las tenía juntas, ¿es que acaso este lugar me está volviendo un loco?

Seguí inmerso en mi mente, aunque ya no miraba aquellos ojos en la pintura, mi mente lo había grabado. Era como sentir por medio de esa mirada el odio y anhelo de una persona. Una persona con malas intenciones.

La habitación quedo en silencio y yo quedé mirando un punto fijo, al fin había calmado mi alma.

La luz se veía opacada por colores rojizos.

¿Tanto tiempo llore?

¿Qué hora era?

¿Ahora qué hago?

Sabía que no podía quedarme toda la tarde aquí, pensé nuevamente lo ilógico que fui.

Yo pinte el retrato de Mark, no a Jimin.

La pintura es de Mark, no de Jimin.

— Mark — repetí, con un poco de miedo me levante, no quise ver antes de tiempo la pintura, recogí el papel decorador. Preparado voltee para ver el retrato y lo confirme.

Inhale y exhale lo más que pude, ahí estaba sin ser tocado, el retrato que tanto esfuerzo me tomo.

Me tranquilice, pues solo viéndola, regreso a mí la seguridad que me faltaba.

— No hay nada aquí — baje hacia la sala para poder envolverla y dejarlo a la mano en cuanto la necesitara.

No hubo más contratiempos o eso quise pensar. Nada había en esta casa, me mentalizaba, solo yo.

Cuando la puesta de sol llego a terminar, tocaron a mi puerta. Le abrí a Kendall, quien alegre y con los ojos llorosos me daba en unas charolas, la comida que tendríamos de cena.

— Estará con su compañeros y lo podremos ir a visitar o mejor aún él puede venir y reunirnos en mi casa — abrace a Kendall mientras le hablaba con voz calmada.

— Lo sé — nos preparamos para mejorar la presentación de la comida.

Una vez más, mi puerta fue tocada, Mark había llegado.

Le saludamos con alegría y le guiamos hacia la cocina, Mark se sorprendió por lo delicioso que se veía. Creo que quería verse como el hombre frio que me dio como primera impresión, pero no pudo evitar seguir fingiendo, cuando sus lágrimas salieron, intentó secarlas.

Kendall lo limitó, tomo sus manos y lo abrazó — es bueno llorar Mark — yo solo los miraba, parecían madre e hijo.

— Estoy tan agradecido, esto es lo más bello que alguien ha hecho por mí —

— Te mereces una buena velada — nos sentamos a comer, la estábamos pasando muy bien, Mark nos contaba lo que muy pronto haría, como era su nuevo departamento. 

Pero no paso mucho tiempo antes que un sonido resonara en el patio.

A los tres nos tomó desprevenidos, tanto que a mi volvieron los nervios de la mañana.

Vudu Doll - jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora