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Necesitaba mi celular, pero no pude encontrarlo. Me preocupaba porque eso significaba que lo había perdido en otro lugar, tendría que comprar uno nuevo y contactar a Hoseok, gracias a mi buena memoria, sabia el teléfono de hobi.

El día pasó desapercibido, y de nuevo la noche había caído. Estaba terminando de cenar, pero el gato produjo un sonido hacia la ventana, a veces escuchaba ese bufido en mi anterior edificio cuando los gatos de algún vecino intentaban defenderse o amenazar a otro gato.

Me espantó que siguiera mirando a la ventana; la luz no llegaba a acaparar toda la casa, así que donde miraba el gato, estaban las sombras de los arbustos o eso creía...

Me acerque para verificar si existía otro gato por la ventana, solo vi oscuridad y el pasto moverse. No quise dejarme influenciar por la actitud del gato, pero mejor evitar algún percance. Cerré las cortinas de la cocina, también con llave la puerta; apague las luces y deje encendida la del pasillo. Regrese a la planta alta, dejando en cama al gatito.

Tomaría una ducha para tranquilizarme. Solo soy yo y la mascota de Mark. Deje el agua correr y entre en cuando se volvió tibia, usualmente mis ideas fluyen mejor cuando estoy en la ducha.

Estaba en la regadera enjabonando mi cuerpo, cuando de la nada un olor a canela llegó a mis sentidos. Me tranquilice aún más y deje que el agua hiciera su efecto. De repente todo a mí alrededor pareció lejano y extraño: ahora la regadera era una cascada, el olor seguía intensificando y muy pronto sentí que mi piel era acariciada por otro par de manos. El agua tibia se convirtió en caliente, se podía ver el vaho; algo andaba mal.

Me parecía... que estaba olvidando en donde me encontraba... y con quien.

"Yoongi" escuche decir a mi alrededor. Yo me encontraba en algún trance porque dejaba que aquella presencia siguiera tocándome.

"¿Dónde estoy?" me dedicaba a pensar.

Con el paso de los segundos aquella criatura se volvía más humano: su cabellera negra, los músculos de su abdomen, las manos acariciándome y una piel tostada. Tomó mi mentón y me hizo verlo; mis ojos se abrieron ante Jimin.

Su mirada penetrante. Su agarre fue aún más duro.

— ¡basta! — dicte, mi cuerpo me traicionó en cuanto lo sintió más — ¿Qué me haces? —

"Yoongi" volvió a susurrar.

Grité sin energías, aletargado.

Creo que de alguna manera sirvió, pues la imagen de Jimin se convirtió en el vaho del agua caliente. Recupere mis cinco sentidos, sin comprender que había sucedido, solo que estaba en la regadera. Pronto el agua se volvió fría.

Salí del baño, vestido para dormir.

Aún estaba temblando de miedo por aquella ilusión, "nunca he pensado en alguien de esa manera". Y mucho menos de alguien al que apenas conocía.

— ¡que mierda! — exclame con mis ánimos a flor de piel. No soy gay.

No es que fuera homofóbico, al contrario, creo que el amor es amor. Más bien, yo sé que ningún hombre me llamaría la atención. Estoy seguro que soy heterosexual y que no tengo intenciones desde que conozco a Jimin para pensar así de él.

Exclamé, porque me sentía mal conmigo mismo. No estaba teniendo control de mis sentimientos. Antier estaba petrificado de miedo, ayer había dormido de maravilla y hoy tengo esos pensamientos con mi vecino.

— Necesito enfocarme, piensa frío suga — cubrí mis ojos con mis manos, masajee mi cabeza y busque al gato para dormir.

— ¿Qué ves amiguito? — con miedo pregunte en cuanto lo vi mirar la ventana.

Sacudí mi cabeza y palmee mis mejillas.

— Es natural que miren de esa manera, suga, ya duérmete — me hablaba a mí mismo.

Cargue al gato hacia la cama y lo deje acomodarse.

El maulló y de alguna manera, sentí que me decía buenas noches. Sonreí y lo deje a mi lado.

Los días siguientes, por más extraño que parezca, si tenía en cuenta lo nervioso que me sentí los primeros días: fueron calmados. La sensación de ser vigilado se había ido y con ellos se había ido el gato.

Mark me dio gracias y me comentó que había conseguido un buen lugar. En un mes estaría fuera de este vecindario.

Eso me contó hace dos semanas, faltaban aproximadamente otras dos para que dejara el sitio.

Por mi parte al sentirme cómodo, comencé a pintar los bellos paisajes que Nueva Orleans tenia. Primero que todo, sentía que necesitaba regalarle un presente a Mark antes de que se fuera.

No me había olvidado del escenario que quise pintar cuando estuvo en mi cocina, quería regalarle un retrato de él.

Aun no lo terminaba, y ya que estaba muy inspirado, pinte la imagen del árbol de mi patio.

La música por su parte estaba en espera, a veces llegaban las letras a mi mente y otras veces se iban.

Cuando tenía tiempo iba a comer con la señora Kendall, ella se veía triste a causa de la mudanza de Mark, eran cercanos. Y al parecer, éramos nosotros a los únicos que nos dolía la ida de Mark.

— La cultura Haitiana, no es aceptada por estos lugares, Mark no viene por las tardes por el desprecio de los vecinos — decía Kendall sentada a mi lado. Yo llegaba temprano a su restaurante, para poder pensar a solas y me iba cuando la gente empezaba a llegar (los saludaba con una sonrisa amistosa y ellos igual) — es un joven que maduró muy rápido para su edad. Sus padres están viviendo en Los Ángeles, Mark nunca les quiso preocupar, así que ellos no saben del pésimo año que paso por aquí —

— Me imagino, Mark dice que no le interesa lo que piensen de él, pero que tampoco soportara más tratos así — sorbí mi café.

— Exacto, todo por culpa de un difamador, alguien estuvo comentando cosas acerca de él y su cultura, desde ahí comenzaron a molestarlo. No le dan importancia a sus opiniones y solo recibe miradas altaneras, pienso que hace bien en irse, yo me iría también sino fuera tan vieja como lo soy ahora — su mirada era cansada y muy triste, vi cómo se secó las lágrimas con un pañuelo.

— Estará en un lugar mejor, y cerca de su universidad, si gusta cuando se instale iremos a visitarlo — mantuve la esperanza que no saldría de nuestras vidas.

Ella asintió con una sonrisa y muy pronto, tuvo que retirarse a cocinar por los visitantes. Las clases habían comenzado de nuevo; el otoño estaba siendo cada día más frío. 

Vudu Doll - jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora