Sofía
Ya venía de regreso al infierno, pero, ahora en Tijuana. Veníamos en un vuelo privado de los Croce, las familias convivían tranquilas, esperando llegar a casa.
El tema de trabajar en la maquinaria nunca más se volvió a tocar después de esa promesa —a la que no le tenía tanta fé— de Arthur. Solo me dijo que lo mantuviera en secreto hasta que hubiese algo confirmado.Era impresionante cómo mi tío obedecía a John de una manera tan servicial. De alguna manera u otra parecía que podía lamerle los zapatos en cualquier momento. Los Croce iban a llegar a su casa, no era una mansión, pero vaya que sí era grande, con muchos lujos, con sirvientes y con garage. Algo muy costoso que el señor Croce se había ganado a lo largo de los años. Me atrevía a decir que no de manera honesta.
Y nosotros, nos regresaríamos a una casita modesta, donde podía vivir una familia cómodamente. Nuestro hogar apenas era un cuarto de lo que era la suya, y eso, a mi tío, le purgaba. Tomando vino, se le veía la envidia y el deseo de tener el mismo porte, la misma clase, la misma cantidad de dinero que su jefe, y haría todo para conseguirlo.Venderme, por ejemplo.
Si yo me casaba con Arthur, pasaríamos de ser los gorrones, a ser la familia política del señorito. Tendríamos los mismos lujos y comodidades que ellos, y eso, a mi tío lo enloquecía. Era bastante gracioso que cuando no estaba cerca del señor Croce, se quería parecer a él, igualito a Arthur. Claro, Arthur tenía más derecho que mi tío, era su hijo. Pero solo por un momento ¿En realidad un señor de cincuenta años que nunca ha tenido nada en su vida, que nunca había sido honesto, cortés, se merecía algo bueno? ¿Un hombre así merecía respeto?
Absolutamente no. Sin embargo, él lo exigía, él decía merecerlo, él se creía la gran figura de revista y de negocios, cuando solamente era la sirvienta de John Croce.
Una sirvienta tiene mucho más valor que un hombre arrogante, calculador y frívolo. Lo veía desde mi asiento y no podía entender cómo se podía detestar tanto a un ser humano.Cuando llegamos a Tijuana, los Croce se fueron en su auto. Nosotros en un taxi, pues mi tío esperaba fielmente al coche que su jefe le iba a regalar cuando fuera esposa de su hijo. Nunca había ahorrado ni un solo centavo para tenerlo por su cuenta, estaba esperando que se lo dieran en las manitas.
John nunca le había querido subir el sueldo, a pesar de ser una empresa prestigiada y con buenos capitales, nosotros vivíamos, hasta a veces, limitados. Suponía que Croce le ponía ese límite para presionarme respecto a la boda. Pues con cada avance que tenía con Arthur, era cuando el señor se daba todos los lujos que quisiera.Apenas entramos a casa, se aspiró el olor a hogar. El mes que ese hombre no había estado aquí se veía más vivo, no tenía el aire fúnebre del que ahora se coloreaba. Ese verde olivo suave, se convirtió en un verde grisáceo y sucio.
Mi tío aventó su maleta al sillón, se iba a dar un baño y a descansar. Mi tía venía como un adorno, solo recogía las cosas que el señor aventaba, de nuevo habíamos tomado el papel de las sirvientas y el patrón.Ella tenía que hacer la comida para el señor ogro. Mientras tanto, toda la ropa sucia del viaje esperaba por mí en las tres maletas. Era una montaña de telas apestosas enfrente de mis ojos al estar en el patio trasero. El señor pidió algo extravagante de cenar en lo que se comía la pizza que encargó cuando llegamos. La pobre de su esposa se quedó en la cocina mitad del día, y yo, lavando a mano lo más rápido posible, era tanta ropa que después de una hora, apenas se había ido la mitad. En el avión me la pasé criticando a Rogelio y todo el día lavando, estaba a unos metros de los botes de basura, a unos metros del arbusto donde seguramente Rafael ya había dejado mi diario y el cual no había podido ver por estar lavando los calcetines asquerosos del señor. Comí la pizza fría de a mordidas, ya se estaba oscureciendo y apenas había terminado.
Entré a la casa, mi tía estaba igual de cansada que yo. Nos quedamos sentadas en el sillón, viéndonos una a la otra, exhaustas.
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Huellas en la arena #Wattys2022
Romance🏆 GANADORA DE LOS WATTYS 2022🏆 Sofía es un alma libre e independiente, que es atada por los pensamientos anticuados de su tío, quien la mantiene en casa desde que ha sido una niña. Rafael es un alma perseverante con miles de sueños, prisionero de...