Capítulo treinta y tres

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Rafael

El susto del gato se me quedaba corto al verla parada enfrente de mí. Siendo tan natural en público sin su peluca castaña y con muy poquito maquillaje, me miraba de la misma manera en como yo lo hacía. Nos quedamos viendo fijamente a los ojos por unos segundos, tratando de asimilar que estábamos en la misma ciudad, a la misma hora, en el mismo espacio. Le trataba de sonreír pero la expresión de sorpresa y de susto no me la quitaba nadie.

—¿Qué haces aquí? —Le pregunté en mi tontera del impacto.

—¿Tú qué haces aquí? —Me regresó la pregunta, titubeando.

—Vine a una exposición de... —Me jaló del brazo para llevarme hasta afuera de los vestidores para que no nos vieran.

—¡Dios! Ni en mis sueños más locos pensé que estaríamos aquí —Me abrazó, no me la esperaba, así que me quedé quieto, sintiendo sus hermosos brazos rodearme—. ¿Qué haces aquí? —Insistió, separándose.

—Vine al lanzamiento de una nueva colección de ropa inspirada en mi mamá.

—¿Tu mamá?

—Sí, los papás de Vanessa me trajeron porque ellos tienen dos puntos de venta aquí...

—¿¡Y por qué no me habías dicho nada!?—susurró fuerte, dándome un golpe en el brazo.

—¡Porque no sabía que era aquí en New York! Me enteré un día después de que te fuiste —Se cubría la boca asombrada, como si no creyera que yo estuviera ahí—. No te lo había dicho con tanta cosa que habíamos pasado...

—¡Pero es importante! —Volvió a pegarme—. ¿Cuándo es?

—Hoy a las cinco en un salón cerca del puente —Volteaba hacia afuera, buscando o escondiéndose de alguien—. Qué tonto ¿Vienes acompañada?

—Por mi tía... —Me respondió sin dejar de ver para afuera.

—¿Cómo te ha ido?—La rocé con mis dedos en el cuello, ella reaccionó con una sonrisa.

—Más o menos —dijo no tan convencida—. Lo importante es que estás aquí —Me robó un beso en la mejilla con cuidado—. Voy a ir a la exposición.

—No Sofi, no debes de exponerte así —La regañé, ella asentía con la cabeza.

—Quiero estar contigo en ese momento tan importante —Seguía cuidando los lados—. Déjame ir contigo...

—No Sofía, entiéndeme —La tomé de los hombros—. Es muy peligroso, estás con toda la manada de buitres.

—¡No me importa! —soltó—. Yo quiero estar contigo...

—Recuerda que habíamos quedado en hacer como si nada pasara —La volví a centrar en mis ojos—. Hagámosle creer a tu tío que seguirás todo al pie de la letra para cuando menos se lo espere, escapemos los tres ¿Recuerdas?

—Rafa...

—No hay opción —Negué con la cabeza cuando ella me contradecía—. Tenemos toda una vida para estar juntos, tranquila —Con mucho trabajo, logré tranquilizar a mi chica, que seguía como guardia vigilando a sus lados. No podía dejar de verla, era mi deseo hecho realidad.

—¿Vas a comprarte algo? —Me preguntó al fin.

—Un esmoquín para la tarde —Señalé mi próxima adquisición—. ¿Y tú?

—De compras —Me enseñó su cartera llena de dinero, pero su cara era de desagrado—. Vamos a ir a una cena y baile de máscaras esta noche en The St Regis

Huellas en la arena #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora