Rafael
Sofía estaba borracha.
Esa era la premisa. ¿Cómo le hacía para que mi cerebro reaccionara al verla bailar, como una loca en el centro de todos? Si siempre fui yo el que hacía el ridículo cuando andaba borracho, no mi chica. Y es que hace una hora era la reina, la más sensual de todas las muchachas, se movía tan bien que me dejó impresionado. Pero ahora era una especie de trompo combinado con un chapulín. La veía como mi mamá esperándome afuera del bar con su chancla en mano y con sus tubos para la cabeza recién puestos, solo la veía preocupado, rayos ¿Cómo se iba a subir a su habitación estando así? Y mañana su resaca no la iba a dejar en paz.
—Sofi, mi amor, ya es tarde —Le dije al oído, sosteniéndola de los hombros.
—¡Qué bien! —contestó alegre, aún con su bailecito—. Mira, vamos a bailar esa canción que hace wuuu wuuu —Imitó el sonido de las sirenas de una patrulla que pasaba afuera.
—Es una patrulla Sofi...
—¿Vienen por nosotros? —Empezó a ver a todos lados, asustada, como si se la fueran a llevar a ella—. No, por nosotros no, por ti mi amor —Se colgó en mi cuello con sus brazos.
—¿Por mí?
—Por exceso de belleza, guapo —La miré muy raro, casi como si estuviera viendo a mi hermano feliz.
—Parece que te convertiste en mí apenas te tomaste la segunda cerveza —La alejé de mi pecho para que pudiera acomodar su postura.
—Yo tomé alcohol, no embellecedores —Y ahí iba de nuevo, a tumbarse en mi cuerpo como si yo fuera una cama de pie.
Dejé que siguiera con su bailecito tierno y raro a la vez. Me fui con Armando que, siendo el más responsable de los tres, estaba ahogado de borracho. Traté de que esos dos inútiles me ayudaran pero no servía de nada, se reían de mí.
—¿La vas a llevar a su casa así de mal? —Me preguntó Armando.
—Ni modo de dejarla aquí güey —Le dí un golpe en la espalda—. Qué irresponsables son con la bebida, deveras —Me sentía tan hipócrita al regañarlos cuando yo era peor.
—Estás de malas porque Stephanie no te dejó tomar —Se burlaron—. No disfrutaste la noche.
—Sí lo hice, pero, ¿quién la iba a llevar a su casa? No puedo manejar en su estado...
—Has que la virgen te habla homie, te has ido peor que nosotros en tu carcacha.
—¡No es una carcacha! —Defendí a mi cochecito—. Además no había problema, era solo yo. Y si choco, me la llevo a ella entre las patas...
—Lo que hacemos los hombres por amor... —Y trabado del habla, el tuercas se puso a cantar la canción que habían puesto.
Ahí supe que no podía contar con ellos para nada. Voltee a ver a Sofía, que seguía allí, sola, bailando, o su intento de hacerlo. Me la llevé arrastrando, pero se detuvo.
—Yo puedo ir sola —dijo firme y segura, sin embargo, al medio metro que caminó lejos de mí, azotó.
—¡Amor! —Corrí a recogerla, ella estaba tirada en el suelo, riéndose como hiena, con el pie doblado.
—Me duele... —No entendía cómo es que si le dolía, se seguía riendo mucho.
—Para la otra no te dejo tomar nada —La regañé, ayudándola a pararse—. Tú y mis amigos no tienen llenadera...
Volví a llevarla entre mis brazos, no podía caminar bien. Arrastraba el pie que se lastimó, y la cosa se agravaba. Borracha, mareada, y con el pie cojo ¿Cómo iba a trepar?
Como pude la metí al coche, a los pocos minutos se quedó dormida, dándome esperanza que esa siesta de media hora que duraba el trayecto de aquí hasta su casa, le hiciera bajar la borrachera. Me sentía muy raro, pues regularmente era a mí a quien llevaban dormido en su coche, no al revés. Y vaya que es difícil cargar con una muchacha de diecisiete ebria y con muchas ganas de bailar. Me imagino que aguantarme a mi mismo era insoportable. Pobre de Carlos.
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Huellas en la arena #Wattys2022
Romantizm🏆 GANADORA DE LOS WATTYS 2022🏆 Sofía es un alma libre e independiente, que es atada por los pensamientos anticuados de su tío, quien la mantiene en casa desde que ha sido una niña. Rafael es un alma perseverante con miles de sueños, prisionero de...