No podía creerlo, ¿Que demonios había dicho? No, no podía ser posible, Daniel no podía ser Sesshomaru Taisho, esto si que era una broma de mal gusto. El ojidorado le apuntaba con su propia arma, el arma que Inuyasha le regalara por su primer cumpleaños dentro del cártel. La joven rió y él afincó más el arma.
-Si, si, ya me dí cuenta de que eres un chico malo- bromeó la azabache. -Ya, baja el arma- gimió mientras elevaba sus caderas pegando así, su trasero al aún erecto miembro del peliplata.
-No te muevas o te reviento los sesos- amenazó el ojidorado con firmeza. La joven volvió a reír y el frunció el entrecejo.
-Daniel, baja el arma- ordenó un tanto nerviosa.
-¿Tienes miedo?- cuestionó presionando con su mano izquierda la cara de la joven contra la almohada.
-¿Por qué habría de temerte Daniel?- preguntó entre risas nerviosa.
-Ya te dije que mi nombre es Sesshomaru Taisho!- gruñó el platinado colocando el arma a centímetros del rostro de la joven y detonándola contra la almohada.
-Que haces!- gritó con miedo. -Sesshomaru Taisho está en el rancho shikkon, los muchachos deben estar rompiéndole la cara!- dijo mientras intentaba hacer que el ojidorado la soltara.
-Yo soy Sesshomaru Taisho, es a mi a quien buscabas, fue a mi esposa e hija que mataste y ahora es mi turno de cobrar venganza... Arruinaste mi vida, Miko, arruinaste mi carrera, pero al fin te tengo como quería- siseó con el ceño fruncido. La joven temblaba, los latidos de su corazón retumbaban en sus oídos y había perdido el habla. Sin duda alguna, el hombre que tenía a sus espaldas y sobre ella era quien decía ser; ella ni sus hombres habían vuelto a hablar de Sesshomaru Taisho desde el día en que había matado a Kagura y Rin, ella pensó que no había peor tortura para alguien que vivir con el recuerdo de ver morir a su familia y no poder hacer nada. Había dejado de buscar a Sesshomaru porque Kohaku consiguió información de que Sesshomaru Taisho había sido dado de baja; fatal error. Ahora Kohaku le había llamado para decirle que lo habían capturado y ella tomó la noticia sin desconfianza alguna. ¿Cómo podían haberlo capturado si Taisho ya no pertenecía a la DEA? Si Taisho estaba con ella en la cama ¿a quién habían capturado?.
El celular de la Miko vibró iluminando tenuemente el pequeño espacio. El platinado lo tomó sin despegar el arma de la parte trasera de la cabeza de la chica.
Era un vídeo. Al darle play, el vídeo empezó a reproducirse. Eran ellos; era Inuyasha, Kohaku y Shippo dándole una tremenda paliza a Touga. El exagente apretó los dientes y gruñó furioso al ver lo que le hacían a su padre. Salió de la cama y le ordenó a la Miko que se vistiera.
-¿Qué.. qué harás?- preguntó la azabache, tenía miedo de lo que él pudiera hacerle.
-Nos vamos!- gritó mientras se ponía la ropa con una mano y con la otra le apuntaba.
-¿irnos, a dónde? No saldrás vivo de aquí!- intentó sonar valiente pero su miedo era más que obvio.
-Muévete!- le ordenó.
-¿Vas a entregarme?- demandó a saber la Miko con el ceño fruncido.
-Que te muevas te digo!!!- le disparó cerca de los pies y la joven se tensó. Recordó como Souta moría en sus brazos y apretó los puños.
-Entonces... Entonces vas a matarme- dijo mirando fijamente el suelo mientras terminaba de vestirse. -¿Como puedes quejarte de que haya matado a tu mujer y a tu hija si tú también mataste a mi familia?...me dejaste sola!- azuzó con rabia.
El ojidorado la tomó del brazo y la jaló hacia la entrada donde estaban las botas de ambos, la obligó a ponerselas y él hizo lo mismo mientras le apuntaba a la joven. Tomó el AK47 y varios cargadores, la Miko apretaba los puños con impotencia. ¿Por qué no le hizo caso a Inuyasha? Él le había dicho en una ocasión de que no se confiara del Gringo pero ella pensó que se lo decía por celos.
-Tu familia opuso resistencia, la orden de captura que dí, la mandaron al carajo cuando el pájaro negro empezó a disparar... Andando- ordenó empujándola hacia afuera. -Gritas y te mueres- amenazó. -Actúa normal- espetó metiendo la escuadra en su cintura y llevando el AK en sus manos. Caminaron unos 400 metros y se encontraron con Kimon; uno de los socios colombianos.
-¿Todo bien?- cuestionó el colombiano mirando a la pareja con desconfianza. Era extraño que salieran a caminar bajo el torrencial aguacero que estaba cayendo y sin conocer el lugar.
-Todo bien, vamos a dar una vuelta- respondió el ojidorado.
-¿Una vuelta, Bajo lluvia?- inquirió apretando el AR15, estaba preparado por si el platinado levantaba el AK.
-¿Acaso no puedemos ir a coger bajo la lluvia y alejados de todos ustedes?- demandó el ojidorado frunciendo el entrecejo.
-Miko ¿Tú y el Gringo...?- la pregunta fue respondida antes de ser formulada.
-Si- espetó la joven antes de que el exagente la abrazara y empezaron a caminar alejándose del campamento./////////////// (DEA) /////////////////////
-Pero que carajos pasó!!!- gritó el anciano en la oficina de gestión de operaciones.
-El jefe nos dejó solos en el tiroteo y se entregó a los hombres del cártel- informó el agente Yöhei.
-¿En que demonios estaba pensando Taisho? Reúne a las fuerzas especiales, iremos a buscarlo- ordenó Totosai pero Yöhei se negó.
-No señor, él me pidió que le informara sobre una investigación que él mismo empezó hace 8 meses- extendió su mano para entregarle una carpeta que contenía un informe detallado.
-¿Que es esto?- demandó a saber el viejo.
-Hace 8 meses, la Miko fue vista por última vez en una discoteca en las Vegas. Testigos afirman que la mujer estuvo bailando con un joven muy elegante y la descripción de él coincide con la del exagente Sesshomaru Taisho... El tipo que llamó para dar la información nos dijo que el hombre la sacó de la discoteca por la parte trasera y así lograron huir... El exagente Taisho no volvió a su trabajo en el casino desde esa noche; al parecer se fue con la Miko y sus hombres. El agente Touga tiene dos hipótesis: Que su hijo pudo haber sido asesinado por la Miko o que quizá Sesshomaru esté trabajando para la Miko dentro del cártel- finalizó el moreno dejando al jefe con la boca abierta.
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EL CÁRTEL DE LA MIKO
Fanfiction-Que Dios te cuide y te acompañe en tu camino, hija.- la madre superiora daba la bendición a la joven novicia que después de un largo periodo en el convento había pedido un permiso para ir a visitar a su familia antes de su rito de consagración sin...