Capitulo 6

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Había decidió no asistir tampoco este año, no después de lo ocurrido. Estaba en casa, escribiendo en aquel diario que pensaba que había perdido en su memoria. Elena estaba mirandolo de nuevo, después de que Damon le hubiese dicho que era una hermana para él, desapareció de aquel lugar inservible. Miró a Stefan, estaba vez se había acercado, echaba de menos no sentirle. Acaricio su pelo dejando a Stefan con un poco de temblor. Se levantó de golpe, mirando a todos lados, se preguntaba una y mil veces si estaba allí, la única ayuda que podría recibir sería de Cassidy, La Protectora a la que había dejado el libro. El timbre sonó de una, cuando abrió la puerta el si vio esperanza.

- Bonnie. Dios mio.

Se abrazó a ella como nadie dejándola algo perdida.

- Hola a ti también.

- ¿Donde te habias metido? - le dijo mirándola con las manos en los hombros de esta.

- le miró seria.- Estaba buscando ayuda para traerla de vuelta.

Se dirigió  por ultima vez a Elena que le correspondió la mirada.

••

Había ido obligada, sabía que lo hacía por Elena. El armario de Caroline era más grande que su casa. Pasó la mano por todos los vestidos que había en una de las partes. Sacó uno azul de piedras preciosas que estaba guardado en una caja.

- Es precioso.- le dijo Cassidy. La rubia se descompuso por recuerdos de su mente.

- Me lo regaló un viejo amigo.- Cerró lo ojos por ultima vez antes de meterlo en la caja negra.

Cassidy siguió mirando hasta ver otro azul que le descompuso. Ese vestido lo había visto antes, en una foto que le envió su prima. Al tocarlo se le vino una imagen.

Una fiesta, de hace unos años su prima bailando y pensando que ese no era su acompañante. Al mirar, vio a Damon, quiso saber más de por que no había ido stefan si se supone que debería estar ya allí, con ella.

- Cassidy, hola.- le pasó la mano por delante haciéndola reaccionar. Ella volvió en si y dejó de nuevo el vestido. - Dime, ¿que te parece?

- Me gusta el dorado.- señalo a uno de los vestidos que había encima de la cama.
¿Dorado? Le pasó a Caroline ese pensamiento por la cabeza pero si tiene el mismo gusto que Elena, entonces valdría la pena. Ella eligió el azul pero la morena le recomendó el verde, todo por que decía que ella era de colores otoñales.

Resoplo y lo cogió.

- Esta bien, voy a cambiarme.

Le dijo para luego entrar en el baño.

Ella seguía mirando, pero ninguno era su favorito. No sabía por que razón, le había venido a la mente el beso de Damon. Había dado el asunto por zanjado pero recordarlo le subía la moral. Se paso los dedos por el labio inferior y una sonrisa se le dibujo en el rostro Cassidy, vuelve. Le dijo su vocecilla interior. No podía enamorse, era una pérdida de tiempo y ella había sufrido. Así que no, esta vez no será así. Se dijo de nuevo para volver la vista a la rubia.

- ¿Como estoy?

- Me encanta ese vestido.

••

Se había arreglado igual que el día que bailó con Elena. Se miró al espejo de nuevo y salió del baño. Una vocecilla familiar le vino desde atrás. No se lo creía ni él. Salió de allí, mirando la habitación hasta encontrar lo que buscaba.

- ¿Meghan?

- Hola Damon.- dijo sirviéndose un vaso por ella misma.- Mucho tiempo ha pasado desde mi muerte.

Meghan Berry, aquella chica que debió morir en aquel partido, detrás de las gradas. Ahora estaba allí, en su casa. ¿como se le ocurrió invitarla? Ah, si, por que estaba enamorada de ella. Era una aprovechada que oyó lo que era para transformarse.

- ¿Que es lo que quieres?- le dijo apretando los puños.

- una amigita mía esta por aquí, la vi el otro día besandose contigo. Que poca discreción tenéis. - dejó el vaso de nuevo.- Ah, y feliz día de Miss Mystic Falls.

Cuando ella iba a salir de la casa, otra voz estaba al otro lado de la puerta. Cassidy había llamado pero nadie le hizo caso, se sentó en uno de los escalones a esperar. Fue el momento justo.

- Bueno Damon, nos vemos esta noche.

Grito desde la puerta. Esto tiene que ser una broma... Es lo único que se le paso por la cabeza, no había pasado ni una sola semana desde el accidente y ella seguía vivita y coleando. Ella solo cerró los puños suspirando.- umm, hola.

- Tu otra vez. ¿no te bastaba con entrar a casa de mi primo como para entrar ahora aquí?

- ehh, tranquila fiera.- le dijo levantando las manos.- yo solo venía a saludar.

Le sonrió descaradamente pero ella no aguanto mucho más. Empezó a mirarla profundamente, cuando poco a poco Meghan iba tirándose al suelo agarrándose la cabeza.

- ¡Cash, basta!

Al verlo desde el umbral de la puerta, repetir su nombre de esa forma le había enfadado aún más. Se posicionó delante de ella, parándola. Meghan volvió a sentir alivio y salió a velocidad infrahumana de allí. Cassidy miró por última vez todo hasta volverse oscuro. Se desmayó en sus brazos, pasó un brazo por el hueco de sus rodilla y otro por su espalda hasta llevarla al sofá.

Pasaron dos horas hasta que despertó de aquel sitio, al levantar los ojos vio que Caroline estaba allí, mirándola de cerca.

- Al fin despestartes. Tenemos una hora para volver al baile.

Se levantó agarrándose la cabeza. Una manos la ayudaron a sentarse, allí estaba. Aquellos ojos azules mirándola de nuevo. Oyó un carraspeo que no provenía de ninguno de los dos, al girar un poco, Elena la miraba con desprecio.

- ¿Como has podido hacerlo? Te dije ninguno de los dos. ¡Niguno!- gritando la última palabra, tiró el vaso al suelo dándole una patada.

La rubia se asustó demasiado al ver aquello volar solo por los aire.

- Perdonad, los poderes se mueven solos.

Su sentimiento de culpa se apoderó de ella, además de tener que disculparse por algo que no había roto.

- ¿Puedes traerle un vaso de agua, por favor?-Le dijo Damon para poder estar solos mientras se iba.- No has sido tu.- Se cruzaron un instante sus miradas.- Elena, se que estas ahí.

Se sentó en la mesa, enfrente de los dos, mirándolos. Odiaba que su prima fuera feliz o al menos lo intentará. Al poco, estaba empezando a toser sangre cosa que levantó a Cassidy de una.

- Elena, Elena, mirame.- la sentía fría como el hielo al tocarla. Hay estaba, sin parar de toser en medio de la sala. Nadie podía hacer nada, ni si quiera ella. En segundos despareció. Miró a Damon con cara de miedo.- Ya no puedo ver a Elena.

Inseparables.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora