Capitulo 22 Rivalidad

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Como era de esperarse la limusina no estaba ahí esperándolo como era de costumbre pero eso no puso a Adrien triste al contrario eso lo hacía sentir como alguien común y corriente, al fin podría hacer su propia vida fuera de los límites y condiciones de su padre.

Marinette: vaya, parece que se olvidaron de recogerte.

Adrien: a decir verdad, yo me fui de casa... así que núnca más vendrán por mi.

Marinette inmediatamente pensó que su amigo la estaría pasando mal, pero al voltear pudo notar en él una expresión de tranquilidad y felicidad que jamás se ubiera imaginado, si ella ubiera salido de casa seguramente estaría llorando debajo de un puente.

Marinette: eso extrañamente parece hacerte feliz.

Adrien: no tienes idea, ahora si no mal recuerdo, me invitaste a comer a tu casa, my lady.

Adrien estaba tan contento con su nueva libertad que olvidó que sólo Cat Noir se refería así a su Marinette.

Marinette: my lady?

Adrien: eh, ya te dije, te queda el apodo.

Marinette: tú, espera Adrien tu no...

En ese momento Adrien comprendió su error, aunque Marinette no tuviera memoria ella era la chica más inteligente y audaz que todo Francia había conocido.

Adrien: vamos Marinette, muero de hambre.

Marinette: por algún razón tu actitud me recuerda a la de un pequeño gato travieso y hambriento.

Adrien: con más razón no querrás dejar a este gato con hambre o si?

Marinette: vamos.

En alguna otra parte de París

Aquel chico peli azul se encontraba acostado en su cama mirando una uña para guitarra de Jagger Stone,claro que esa cuña era especial tenía más de 6 de esas cosas, pero verla le hacía recordar el día en que conoció a la peli azul, a aquella chica dulce que le había robado el corazón desde el primer instante, sin duda, ella era especial, siemplemente ella era "la chica", "la indicada", o almenos eso pensaba él.

Se paró de su cama y pensó que tal vez un poco de pan le vendría bien, ya era tarde y tenía un poco de hambre.
El peli azul tomó su bicicleta y se dirigió a la mejor panadería de todo París.

En la panadería Dupain-Cheing

Marinette: es raro que mis padres hayan cerrado hoy la panadería.

Al entrar a su casa Marinette encontró una nota de sus padres explicándole que habían ido a visitar a su abuelo, ya que uno de sus ratoncitos parecía estar un poco enfermo y lo llevarían a la veterinaria.

Marinette: parece que llegarán un poco tarde, mmmm ¿abriré la panadería o la dejaré así?

En ese momento Adrien tomó un delantal

Adrien: me encantaría ser panadero por un día o siempre, yo te ayudare.

Marinette: eres increíble, gracias Adrien, pero esta es mi responsabilidad y no quisiera que hicieras esto sólo por que si.

Adrien: ¿quién dijo que lo hacía gratis? Sino mal recuerdo tú me invitaste a comer, así que es un favor por otro.

Marinette: de acuerdo, gatito.

Sin duda, Adrien se estaba divirtiéndose muchísimo, marinette le había enseñado a prender el horno de piedra y a amasar masa e incluso lo había dejado hornear un poco de pan para que él pudiera llevárselo a casa.  Y ahora ambos estaban en el aparador acabando de despachar a un cliente.

Ladybug, la heroina sin amigos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora