CUARENTA Y CUATRO.
PENULTIMO.
Una de las camillas recién descargadas de la ambulancia se abría paso a gran velocidad por todo el pasillo del hospital hacia el quirófano, la rubia que era su amiga mantenía una expresión de susto en su rostro, solo la vio entrar su antigua casa junto a una botella de vino, pero al ver salir humo por la puerta que olvido de cerrarla rápidamente se alarmo, si tan solo hubiese llegado un minuto tarde ella en verdad hubiese muerto. Eso le recordó la última charla que mantuvo con sus hermanos.
—Ella es muy débil. —comentó Ernst casi en un susurro.
—Amelie tu deberías ayudarla —Evans le mantuvo la mirada a su hermana —. Su voluntad la mantendrá de pie un largo tiempo, pero no será para siempre.
— ¿Van a irse?
—De cualquier manera tu deberás ayudarla, si la vida nos separa ella no sabrá qué camino seguir. —dijo Ernst ahora más seguro.
Al parecer ambos tenían razón, la rubia solo sintió su corazón estrujarse al ver el estado tan deplorable de Hadley, su cuerpo inconsciente estaba más delgado, sus pómulos se marcaban más y no precisamente era algo lindo de ver, más allá de eso el hermoso rostro en el que sus hermanos se habían interesados estaba hecho trizas por el dolor.
—Si ella logra pasar esa etapa tan crítica, podrá curarse en un 60% —el entusiasmo de Ernst al decir su diagnóstico era notable.
—Pero esto solo será posible si llegas a tiempo. —las palabras de Evans la tomaron por sorpresa.
—Esto parece más un plan que una simple suposición. —habló Amelie con cierta confusión.
—Si su mente no crea otra personalidad para superar esta etapa querrá decir que ya no tiene la condición para hacerlo o la voluntad de Hadley es demasiado firme —explicó —. El siguiente paso será el suicidio, si logras salvarla en el último instante su mente ser reiniciara y su vida lograra ver el primer rayo de luz.
Amelie más que nadie sabía todo por lo que Hadley tuvo que pasar, Hadley era una persona dulce, pero al encontrare con Evans y Ernst fingió ser como ellos, tener una vida igual a la de ambos, definirse como una Psicópata a su imagen y semejanza.
—A veces ser alguien que no somos puede ser nuestra mayor destrucción.
Al paso de algunos minutos uno de los doctores que se mantuvo dentro del quirófano sorprendió a la rubia que había comenzado a dormirse por el cansancio.
—¿Familiar de Hadley?
—¿SI?
—La señorita tuvo una gran intoxicación por el monóxido de carbono que inhalo, pero logramos estabilizarla. Ahora entro en un estado de coma.
El coma en el que entro no la asustaba con gran escala, escuchó rumores sobre aquel monóxido y la mayoría de personas entraban en un coma después de sobrevivir.
—Muchas gracias doctor.
Desde ahora la vida de Amelie se uniría con la da Hadley como se lo había prometido a Ernst y Evans, Amelie se convertiría en la nueva familia de Hadley. Renata o Lenay quien fue considerada "amiga" de Hadley era el peón más desechable de toda su historia al ser la cómplice del vejo de su padre.
5 DIAS DESPUES.
Parecía una eternidad, la oscuridad parecía no tener ni principio ni fin, las sonrisa de Ernst y Evans se plasmaban en su mente, aquellos recuerdos felices junto a ellos llenaban todo a su alrededor, parecía una película, cada vez que recordaba lo bueno la luz comenzaba a llenar el lugar, y una gran sensación de paz comenzó a embriagarla.
¿Quizás así era la muerte?
Pero una imagen se robó toda su visión, una única imagen, eran ellos, estaban felices en el lugar que estaban, escuchaba sus voces decir que lo habían logrado.
"Habían logrado encontrar una cura para Hadley, su querida Hadley"
Algunas lágrimas llenaron sus ojos al verlos llenos de alegría y emoción, verlos felices por ella y entonces se arrepintió por lo que hizo, por su muerte causada, por tirar a la basura sus sacrificios y ahora que lo pensaba, ellos también estaban felices con todo lo que pasaba, y ella debería estar feliz por ellos, eso fue lo que faltaba, verlos de nuevo aunque sea por unos cortos segundos.
En ese momento perdono a su padre; decidió liberarse de su pasado y por fin llegar al ansiado futuro que Ernst y Evans se habían encargado de construir para ella, recordaría su pasado con una sonrisa porque en el estaban esos dos hombres que la consolaron y la libraron del pasado oscuro y aterrador.
Para ser feliz hay que tener mala memoria.
Las escenas no terminaban aun, observó cómo cada parte de ella, múltiples imágenes de su rostro y cuerpo eran desplegadas como papeles tirados al viento, y eso no era más que aquellas personalidades creadas por el dolor, por el odio y esa inasible sed de defenderse o más bien vengarse.
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UNA CURA PARA HADLEY®
Teen FictionLos trastornos mentales han sido sinónimo de alteraciones en el pensamiento y en las emociones, lo que nos ha llevado a tener distintas conductas en relación con las personas a nuestro alrededor; Hadley ha comenzado a experimentar ciertas conductas...